Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Juramenta, mano sobre la Biblia Sotomayor




Sotomayor Juramenta


En el fin de semana juramentó como jueza del máximo foro judicial de los Estados Unidos (el Tribunal Supremo), la jueza Sonia Sotomayor, quien es de ascendencia puertorriqueña.


Todos aquí en la isla estamos muy orgullosos por el logro de esta mujer que tiene unos orígenes muy humildes y por sus propios esfuerzos logró una silla en este tribunal donde se ventilan los casos más difíciles de la nación americana.


Siendo la jueza hispana y puertorriqueña, nos tiene que llenar de satisfacción la designación y final elección de una compatriota.

Es importante que todo juez de este foro trate de ser lo más objetivo posible al momento de presidir un caso y en el pasado muchos de ellos lo han logrado rindiendo opiniones que han resultado en victorias para los derechos humanos, como el caso Roe v. Wade, 410 U.S. 113 (1973), donde se legaliza el aborto, y Engel v. Vitale, 370 U.S. 421 (1962) para prohibir que oficiales de un estado formularan una oración “oficial” y obligaran el recitarla en las escuelas, y Abington Township School District v. Schempp (consolidada con Murray v. Curlett), 374 U.S. 203 (1963) que prohibió 8 a 1 que un estado promoviera la lectura de la Biblia en las escuelas.


Estos casos son ejemplos de la lucha por mantener una separación de iglesia y estado tal y como los fundadores de la nación americana lo visualizaron. La mayoría de los juezes pudieron a pesar de ser en su mayoría cristianos el rendir opiniones consonas con la objetividad.


Sin embargo en los últimos 8 años el fundamentalismo cristiano ha logrado poner en posiciones claves a juezaes con visiones radicalmente cristianas, que han ido erosionando poco a poco derechos civiles y constitucionales.

A pesar de que la constitución americana en ningún sitio dice que un oficial ya sea la toma

de posesión de un presidente como Barack Obama, o como en el caso de la jueza Sotomayor debe juramentar poniendo su mano sobre un libro sagrado como la Biblia, el Corán (libro sagrado del islamismo) o las Vedas (Iibro sagrado de la India), cuando un oficial en una sociedad tan pluralista como los Estados Unidos lo hace, lo que hace es mandar un mensaje claro y contundente a todos los que lo ven.

Al juramentar poniendo su mano sobre la Biblia como hizo el sábado la jueza Sotomayor violenta la primera enmienda de la constitución americana, que prohíbe que la legislatura haga ley alguna con respecto a la adopción de una religión o haga ley alguna que prohíba la libertad de culto, de expresión, de prensa, de reunión, o de petición.

La jueza debería comprender que al juramentar lo hace para todos los ciudadanos de la nación y no solo para los cristianos, y al juramentar sobre la Biblia, la jueza efectivamente le dice a los millones orgullosos ciudadanos y patriotas que son ateos, musulmanes, chinos, hindúes, judíos, etc, etc. Etc. que sus decisiones estarán matizadas por un cierto grado de visión cristiana.

Como en mi entrada sobre Francis Collins y el NIH, no es que yo me oponga a la religión de la jueza fuese la que fuese, sino a el mensaje pongámosle, subliminal, que envía a el país, al juramentar usando el libro del cristianismo.


Al juramentar poniendo su mano sobre la Biblia la jueza se convierte en una proselitista para una religión en particular. ¿Se pudiesen imaginar qué pasaría en una situación ficticia, si en vez de usar la Biblia, y para sorpresa de todos, la jueza en último minuto hubiese escogido el Corán? Me imagino que el corre y corre los desmayos, y la negativa del Juez presidente del tribunal supremo John Roberts (un cristiano declarado), a tomarle el juramento si esto hubiese pasado.

Es claro que a estos oficiales a tan altos puestos de gobierno se les hace una investigación exhaustiva antes de aprobar su nominación para asegurase que esta situación ficticia no ocurra nunca (o sea que la persona escogida tenga que demostrar su cristianismo).


Pero el punto que quiero hacer es que de la misma manera que crea ansiedad y revuelo el que se juramente sobre el Corán, entre los que no son musulmanes, ateos, y otras religiones, el juramentar sobre la Biblia causa la misma ansiedad, disgusto y rechazo por los millones de ciudadanos buenos, trabajadores y patriotas cuya única diferencia es que no comparten la religión cristiana.


Así pues no entiendo como en Estados Unidos se pretende continuar con esta práctica ilegal e inaceptable de toma de juramentos a oficiales electos usando un libro sagrado en particular, como afirmando la falacia de que las mayorías son las que mandan.


En adición la Biblia es uno de los libros sagrados más sangrientos, deshumanizantes, violentos, y con leyes que violan las más simples normas convivencia y moralidad, solo léanse aqui algunas de las injusticias brutales en la Biblia y sabrán lo que me refiero.

Related Posts

Subscribe Our Newsletter