Por Julio Fumero
lac/jf
Guatemala, 22 ago (PL) Nunca antes médicos guatemaltecos formados en Cuba celebraron su graduación oficial en su tierra natal hasta hoy, cuando 62 de ellos recibieron sus títulos.
En ceremonia de fuerte simbolismo, los jóvenes con promedio de edad de 25 años son oficialmente desde este sábado profesionales de esa rama, al culminar seis años de un aprendizaje iniciado en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana.
Los postreros seis meses de la carrera de esta quinta promoción de guatemaltecos en la ELAM (curso 2003-2009) trascurrieron en varios departamentos de este país, bajo la tutela de integrantes de la brigada médica cubana, sus últimos profesores.
La mayoría estuvo en los lugares más remotos de la geografía nacional y en total los ahora egresados hicieron dos rotaciones en las especialidades de medicina general e integral.
La decana de la facultad de medicina de Cuba en Guatemala, doctora Madeleine García, también explicó cómo por primera vez los estudiantes de la ELAM concluyen estudios en sus naciones de origen donde haya facultativos colaboradores de la Isla.
Un anfiteatro en el municipio de Mixco, en la periferia capitalina, fue prácticamente repletado mayoritariamente por familiares de los graduados, varios de los cuales expresaron sus opiniones a Prensa Latina.
Sin excepción, mostraron agradecimiento a las autoridades cubanas, pero sobre todo al líder de la Revolución, Fidel Castro, por la oportunidad brindada a hijos, hermanos, nietos, sobrinos o primos.
"De otra manera fuera imposible que mi hija fuera médica", señaló la madre de la egresada Gloria Surec Guantá, cuyos apellidos denotan su origen indígena -que es decir humilde- por ambos troncos, materno y paterno.
Ernesto, hermano de Melina Ruano, ofreció un criterio aún más amplio, al afirmar que lo más importante de esta ayuda es cómo ahora ella irá a salvar vidas a las comunidades donde un privado no acude porque no recibirá la alta remuneración monetaria a la cual está acostumbrado.
"Allí tampoco van porque representa un gran sacrificio personal, una cualidad que la medicina cubana inculca a los estudiantes como principio, y el ejemplo de ello lo dan quienes van de la Isla de la Libertad a cooperar en otros países", agregó.
Amplificada fue esa opinión por Víctor Orellana, padre de Byron, seleccionado para dirigirse a la audiencia en nombre de todos los familiares, en uno de los momentos más emotivos del acto.
"Cuba -dijo- los recibió y les brindó su cariño sin pedir nada a cambio", palabras acogidas con fuertes aplausos, prolongados todavía más al mencionar la grandeza de Fidel Castro como artífice de la creación de la ELAM.
Canciones de contenido social fueron interpretadas en la ceremonia por varios de los propios nuevos galenos, aquellas con las cuales matizaban sus veladas -inolvidables, según mencionaron- en la escuela latinoamericana, junto a alumnos de múltiples orígenes.
También estuvo presente el recuerdo de Ernesto Che Guevara, el médico argentino convertido en guerrillero argentino-cubano.
Una de sus sentencias sobre esta profesión presidió la ceremonia: "Vale más la vida de un solo hombre que toda la riqueza del hombre más rico de la Tierra".
En ceremonia de fuerte simbolismo, los jóvenes con promedio de edad de 25 años son oficialmente desde este sábado profesionales de esa rama, al culminar seis años de un aprendizaje iniciado en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana.
Los postreros seis meses de la carrera de esta quinta promoción de guatemaltecos en la ELAM (curso 2003-2009) trascurrieron en varios departamentos de este país, bajo la tutela de integrantes de la brigada médica cubana, sus últimos profesores.
La mayoría estuvo en los lugares más remotos de la geografía nacional y en total los ahora egresados hicieron dos rotaciones en las especialidades de medicina general e integral.
La decana de la facultad de medicina de Cuba en Guatemala, doctora Madeleine García, también explicó cómo por primera vez los estudiantes de la ELAM concluyen estudios en sus naciones de origen donde haya facultativos colaboradores de la Isla.
Un anfiteatro en el municipio de Mixco, en la periferia capitalina, fue prácticamente repletado mayoritariamente por familiares de los graduados, varios de los cuales expresaron sus opiniones a Prensa Latina.
Sin excepción, mostraron agradecimiento a las autoridades cubanas, pero sobre todo al líder de la Revolución, Fidel Castro, por la oportunidad brindada a hijos, hermanos, nietos, sobrinos o primos.
"De otra manera fuera imposible que mi hija fuera médica", señaló la madre de la egresada Gloria Surec Guantá, cuyos apellidos denotan su origen indígena -que es decir humilde- por ambos troncos, materno y paterno.
Ernesto, hermano de Melina Ruano, ofreció un criterio aún más amplio, al afirmar que lo más importante de esta ayuda es cómo ahora ella irá a salvar vidas a las comunidades donde un privado no acude porque no recibirá la alta remuneración monetaria a la cual está acostumbrado.
"Allí tampoco van porque representa un gran sacrificio personal, una cualidad que la medicina cubana inculca a los estudiantes como principio, y el ejemplo de ello lo dan quienes van de la Isla de la Libertad a cooperar en otros países", agregó.
Amplificada fue esa opinión por Víctor Orellana, padre de Byron, seleccionado para dirigirse a la audiencia en nombre de todos los familiares, en uno de los momentos más emotivos del acto.
"Cuba -dijo- los recibió y les brindó su cariño sin pedir nada a cambio", palabras acogidas con fuertes aplausos, prolongados todavía más al mencionar la grandeza de Fidel Castro como artífice de la creación de la ELAM.
Canciones de contenido social fueron interpretadas en la ceremonia por varios de los propios nuevos galenos, aquellas con las cuales matizaban sus veladas -inolvidables, según mencionaron- en la escuela latinoamericana, junto a alumnos de múltiples orígenes.
También estuvo presente el recuerdo de Ernesto Che Guevara, el médico argentino convertido en guerrillero argentino-cubano.
Una de sus sentencias sobre esta profesión presidió la ceremonia: "Vale más la vida de un solo hombre que toda la riqueza del hombre más rico de la Tierra".
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