A punto de iniciarse una nueva campaña electoral, y en medio de tensiones externas con Venezuela y Ecuador, hay muchas preguntas en el ambiente en relación con las Farc.
¿Tratarán de influir en las elecciones? ¿Se han deteriorado sus vínculos internacionales? ¿Reciben ayuda o han ayudado a Hugo Chávez o a Rafael Correa?
Desde la muerte hace algo más de un año de ‘Manuel Marulanda’, su sucesor ‘Alfono Cano’ no ha dado declaraciones a ningún medio colombiano, pero tras varias semanas de insistencia decidió romper su silencio y responder por Internet un cuestionario de CAMBIO sobre estos y otros temas de interés.
CAMBIO: Después de que el presidente Uribe suspendió la mediación del presidente Chávez en la liberación de secuestrados, ¿las Farc han seguido teniendo contactos con el Gobierno venezolano?
‘ALFONSO CANO’: No. Retirado el presidente Chávez como facilitador de ese proceso, cesaron nuestras conversaciones pero nuestra admiración por los objetivos bolivarianos del Gobierno venezolano es la misma de siempre y nuestra gratitud por sus esfuerzos en pro de un acuerdo humanitario será perenne.
¿Reconoce que el gobierno Uribe aisló a las Farc en el plano internacional?
Mientras se desarrollaron los diálogos del Caguán ampliamos las relaciones con gobiernos y organizaciones en los diferentes continentes. Rotos los diálogos, el gobierno Pastrana y la Casa Blanca desataron una ofensiva diplomática contra las Farc que, obviamente, generó modificaciones en las formas de relacionarnos con la comunidad internacional.
Pero mantenemos relaciones en todo el mundo, sujetas a la discreción que se debe.
La sensación es que las Farc han perdido interlocución internacional, que ya no son tan fuertes en ese campo.
No podría precisarle qué tan fuertes somos en ese campo porque es una apreciación subjetiva, pero le reitero que en las nuevas condiciones de la diplomacia del siglo XXI mantenemos muy buenas relaciones en muchas partes del mundo.
¿Qué significan Venezuela y Ecuador dentro de su estrategia política?
El sueño bolivariano de una patria grande que integre a todos los pueblos de América Latina y el Caribe, que desate su enorme potencial de manera soberana y nos posicione ante el mundo como la gran nación que debemos ser.
¿Qué efectos tuvo la muerte de ‘Reyes’ para los vínculos externos de las Farc?
‘Raúl’ era el responsable de las relaciones internacionales de las Farc y obviamente su muerte tuvo un impacto importante en ese nivel, pero dado que en las Farc todos los trabajos de dirección se analizan, planifican y desarrollan en equipo, pudimos recobrar el ritmo. Hoy, la responsabilidad de darle la dinámica adecuada a las necesidades del momento es del comandante ‘Iván Márquez’.
La incautación de los computadores de ‘Raúl Reyes’ los dejó al descubierto, prácticamente sin secretos.
Con los supuestos computadores de ‘Raúl’, lo que se ha presentado es una burda manipulación propagandística de los gobiernos de Colombia y Estados Unidos: como cortina de humo o para subir puntos en alguna encuesta, o para difundir públicas sospechas sobre algún presidente de algún país vecino cada vez que lo consideran necesario.
La rectitud de muchas figuras públicas ha sido sometida al escarnio y a la lapidación. Nada de lo atribuido a los computadores ha sido serio y lo poco que ha pasado por el rigor de la Justicia ha sido desechado por inconsistente.
Los correos entre el Secretariado encontrados en esos computadores indican que las Farc tienen negocios de narcotráfico y de armas e inversiones en Venezuela.
Los computadores supuestamente encontrados tienen lo que los gobiernos de Bogotá y Washington han querido que contengan. Han hecho de ellos una lámpara de Aladino a la que acuden cuando necesitan una disculpa o una justificación.
Los han transformado en arietes contra los pueblos vecinos, al convertir las ‘filtraciones’ ordenadas desde la Presidencia en puntal de la diplomacia colombiana y, en muchas ocasiones, de la política interna, sin que nadie pueda dar fe de la veracidad de la información que difunden venenosamente.
También hay comunicaciones entre miembros de las Farc con personas del gabinete del presidente de Brasil ‘Lula’ da Silva. ¿Cuál es la relación con ese gobierno?
En época del proceso del Caguán participaron de diferentes formas muchos gobiernos y organizaciones de la comunidad internacional. Lo demás son especulaciones irresponsables.
¿Cuánto fue realmente el aporte económico de las Farc a la campaña de Rafael Correa al que ‘el Mono Jojoy’ se refiere en un video conocido hace pocos días?
No hemos entregado ni armas ni dinero a gobiernos u organizaciones de otros países, pues lo que conseguimos apenas nos alcanza para nuestra propia brega. ¿Por qué habríamos de contribuir a la campaña electoral de una persona, como el actual presidente Rafael Correa al que ni siquiera conocemos?
¿Cómo terminaron en poder de las Farc unos lanzacohetes que Suecia le vendió al Gobierno de Venezuela y que el Ejército colombiano incautó en octubre de 2008?
Uribe acudió al terror mediático para insinuar que el Gobierno de Venezuela nos facilitó unos lanzacohetes que habíamos capturado hace mucho en un enfrentamiento militar en la frontera, hecho que fue ampliamente informado a la opinión en su momento. Ni los pueblos ni los gobiernos del mundo son tan tontos como piensan en el Pentágono y en la Casa de Nariño. Sencillamente se trata de cocinar las condiciones para justificar la entrega de la soberanía nacional de Colombia a Washington, reconociendo que le quedó grande la pelea contra las Farc.
¿Qué significó para las Farc la muerte de ‘Manuel Marulanda’?
La ausencia de nuestro líder y guía, de nuestro referente fundamental y nuestro eje. Pero también del maestro que nos inculcó la irrevocable decisión de perdurar en el esfuerzo que él comenzó en compañía de Jacobo y sus compañeros de Marquetalia. Nos enseñó, como en la poesía de Neruda, que el mundo no termina en nosotros mismos.
¿Y el asesinato de ‘Iván Ríos’ a manos de un subalterno? Eso fue interpretado como una señal de la crisis y de la descomposición que viven las Farc.
Es un hecho sobrecogedor pero absolutamente aislado de un demente ambicioso, captado por los servicios de inteligencia del Estado, que fue capaz de asesinar tan cobardemente a un revolucionario de las altas calidades de ‘Iván’ y luego proceder con la sevicia que conoció el mundo entero.
Hay razones para deducir que las Farc tienen graves problemas internos: con ayuda de sus carceleros se han escapado secuestrados, el número de deserciones aumenta, los combatientes que han desertado dicen que la moral de la tropa es baja…
Una organización con baja moral no está en condiciones de mantener una permanente actividad militar como la que informamos a través de los partes de guerra.
El Gobierno trata de crear un estado psicológico triunfalista, pero de tanto mentir al final se va a transformar en un bumerán.
Desertores ha habido siempre, las llamadas desmovilizaciones son una gran estafa sustentada en bazofia recogida en poblados y cárceles para agrandar los listados, desviar recursos públicos y engañar a la opinión. No tenemos graves problemas internos, no hay crisis.
La ofensiva del gobierno Uribe los ha obligado a replegarse, eso no lo puede negar.
La realidad es que enfrentamos la más grande ofensiva contrainsurgente jamás desatada en Latinoamérica que en solo dineros del Plan Colombia ha recibido de Washington 10.000 millones de dólares de ayuda, con una fuerza pública comprometida en la guerra cercana a los 500.000 hombres y un presupuesto anual de 8.000 millones de dólares.
Eso es lo real, lo concreto. Si la situación de las Farc fuese de crisis, el Presidente no habría invitado a los gringos a escalar su invasión. No lo consideraría necesario.
¿Los golpes que recibieron las Farc el año pasado cómo han afectado sus planes?
De fondo, ninguno. Hicimos los ajustes necesarios en nuestras estructuras y así lo informamos a la opinión pública, y reajustamos algunos planes de cumplimiento inmediato.
Nada más. Las vicisitudes propias de una lucha como la que adelantamos han sido superadas y mantenemos el interés de privilegiar temas como el canje, acuerdos humanitarios, solución política del conflicto,
Asamblea Constituyente y otros asuntos vitales para Colombia, así como el trabajo con los sectores populares y en el movimiento de masas.
¿Qué significó para el Secretariado la ‘Operación Jaque’?
Un hecho de la guerra como tantos otros y de especial impacto. Un golpe de mano posible gracias a una traición y a la dirección de estadounidenses e israelíes que participaron de su planeación, ejecución y utilización política. Lo asimilamos, pero un golpe no afecta la estrategia ni los lineamientos de las Farc.
¿Qué tan ciertas son las discrepancias y rivalidades entre usted y ‘el Mono Jojoy’?
Desde siempre, la propaganda enemiga ha pretendido sembrar cizaña en el interior de las Farc. Nuestra unidad es monolítica.
¿Es consciente de que la lucha armada no tiene aceptación, del rechazo generalizado a las Farc y a prácticas tan atroces como el secuestro?
Déjeme hacerle dos razonamientos: quienes hacemos parte de las Farc soñamos con la paz, la anhelamos con intensidad, la queremos conocer porque desde que nacimos el país está en guerra. Nosotros no amamos la guerra, nos obligaron a armarnos.
Y otra consideración: la nueva actitud de Estados Unidos hacia América Latina, reflejada en Honduras y en los anunciados acuerdos con Álvaro Uribe, van a generar reacciones muy radicales en el Continente.
¿El reconocimiento del estatus de beligerancia ya se convirtió para ustedes en un asunto accesorio?
No, por ningún motivo. Menos ahora que Washington califica y descalifica a su antojo y traza la pauta a los otros ejes del poder mundial, sobre a quién o a quiénes se debe satanizar. La brega por el reconocimiento como organización político-militar, con una propuesta de Estado sostenida en una visión revolucionaria de la sociedad continúa siendo vital para el desarrollo de nuestro proyecto.
¿Qué ha pasado con el cabo Pablo Moncayo? ¿Por qué no lo liberan a él y a los uniformados que siguen secuestrados en forma unilateral y sin condiciones? Sería una señal positiva.
Hace tres meses informamos nuestra decisión de liberarlo unilateralmente, pero el Gobierno se atravesó y ha impedido su liberación.
Y en cuanto a los mandos militares y policiales capturados en la confrontación, que son prisioneros de guerra, solo serán liberados mediante un canje. Excepcionalmente, y como evidencia de nuestra voluntad por alcanzar acuerdos, entregaremos al cabo Moncayo y al soldado profesional Calvo (Josué Daniel Calvo Sánchez), sin contraprestación alguna, directamente a la senadora Piedad Córdoba y al profesor Gustavo Moncayo, quienes por su transparencia blindarán nuestro gesto.
¿Cuántos secuestrados quedan en poder de las Farc entre militares, policías y civiles?
Los mencionados prisioneros de guerra integrantes de la Fuerza Pública son 23. También están retenidos dos concejales, con posibles vínculos con paramilitares y responsabilidad en actos de corrupción.
Y en cuanto a retenciones con fines económicos, puedo decirle que hoy se cuentan con los dedos de una mano.
¿Por qué no incluyen en las liberaciones a secuestrados por razones económicas?
El canje y las acciones complementarias están referidas a los prisioneros de guerra.
¿Por qué las Farc no abandonan el secuestro?
En toda confrontación militar hay muertos, heridos y detención de combatientes. Mientras esta perdure habrá prisioneros de guerra así el Gobierno se empeñe en llamarlos tercamente secuestrados.
¿Es consciente del costo político que les significa el secuestro a las Farc?
Esta forma de lucha conlleva necesidades, como las financieras, que tratamos de cubrir con colaboraciones voluntarias de amigos e impuestos a los sectores más ricos de la sociedad.
¿El canje es una prioridad para las Farc?
Para este Gobierno los prisioneros de guerra que mantenemos no clasifican en los estratos altos, ni generan efectos importantes en las encuestas y por eso el Presidente se da la licencia de impedir las liberaciones que hemos anunciado.
¿Hay alguna posibilidad de negociación ó diálogo con el gobierno Uribe?
Una salida civilizada al conflicto no puede depender de la voluntad de una persona, por poderosa que sea. Así que, independiente de quién ocupe la Presidencia, persistiremos en buscar salidas políticas al conflicto.
¿Tiene una fórmula sustituta a un despeje para eventuales diálogos?
Lo determinante son las garantías oficiales para un encuentro del Gobierno y las Farc que despojen de cualquier peligro y tensión a los participantes, y posibiliten las mejores condiciones para las conversaciones.
¿Por qué persistir en la guerra?
Siempre hemos pensado que nadie que ame realmente la patria puede desearle ese destino, y por eso cada vez que ha sido factible hemos conversado con los representantes del Estado en busca de construir acuerdos que lleven a la convivencia.
No ha sido posible pero esto no nos lleva a desistir de tal empeño. Hay que hablar, dialogar y ello significa espacio, garantías, medio ambiente, grandeza, tolerancia, voluntad y decisión.
¿El regreso de ‘Simón Trinidad’ y de ‘Sonia’ de Estados Unidos seguiría siendo una condición para el intercambio humanitario, para el diálogo?
Hemos exigido garantías de modo, tiempo y lugar para que representantes del Gobierno y los nuestros analicen la viabilidad y los términos de un canje. Lo demás son especulaciones.
¿Hay algún tipo de contacto con el Gobierno?
Ninguno. Ni siquiera permiten recibir al cabo Moncayo.
¿Qué significaría una posible reelección del Presidente en el horizonte de una eventual negociación?
Lo esencial son las concepciones políticas y los intereses que represente la persona que asuma en el próximo periodo. Si sus convicciones están inundadas de violencia, guerra, vindicta y autoritarismo, la confrontación persistirá y seguramente alcanzará nuevos niveles.
Si existe una visión democrática, civilizada, patriótica y realista, la perspectiva será alentadora para Colombia.
¿En caso de que algún día se llegara a un acuerdo de paz, usted y otros miembros del Secretariado se verían aspirando a cargos de elección popular o como miembros de una Asamblea Constituyente?
¿Nosotros luchando toda la vida para al final integrarnos a un régimen político como el actual? Miremos el poder legislativo: más de 80 reos paramilitares, varios más ladrones, parlamentarios en ejercicio elegidos con menos de 1.000 votos, Teodolindos a granel, genuflexiones a cambio de notarías, trasteo de votos, de partidos…
¿Por qué las Farc nunca le han concedido algún valor a la desmovilización de los paramilitares y al proceso de Justicia y Paz?
Porque fue una farsa. Los verdaderos jefes del paramilitarismo permanecieron ocultos, lavaron los dólares del narcotráfico, se quedaron con las tierras usurpadas, no repararon a nadie y terminaron copando el aparato del Estado. En las cárceles de Colombia y los Estados Unidos quedaron presos los bandidos más ingenuos que creyeron en sus jefes.
¿Cree que la Corte Penal Internacional terminará juzgando los crímenes de guerra cometidos en desarrollo del conflicto colombiano?
Es una verdadera espada de Damocles que pende sobre el país, que al activarse con todos sus protocolos internacionalizará, no solo el conflicto, sino muchos aspectos de la vida nacional. Parece que el Presidente, siempre tan previsivo, estrecha lazos con Washington, buscando burladeros en caso de que le falle su macabro plan de reelección indefinida.
Foto: Felipe Caicedo / Fuente: Cambio