La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), perteneciente al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, retiró las sanciones a 28 empresas y personas que actuaban como intermediarios comerciales del gobierno de Cuba.
La medida permite a estas entidades e individuos volver a hacer negocios en territorio estadounidense.
Los ahora beneficiados se dedican al comercio de productos para una gran variedad de sectores, desde el agropecuario hasta el turístico, industrial o de servicios.
La mayoría radican en diversos países latinoamericanos, como México, Argentina o Panamá, aunque también algunos lo hacen en Japón, Holanda y el Reino Unido.
Entre las empresas liberadas de sanciones por la OFAC se hallan Caribsugar, con sede en Londres; Nippon-Caribbean, asentada en Tokio; Corporación Argentina de Ingeniería y Arquitectura, en Buenos Aires; Curef Metal, radicada en Rotterdam; Exportadora del Caribe, en Ciudad de México, y Mariscos de Farallón, en Panamá.
Por su parte, fueron nuevamente autorizados a negociar en los Estados Unidos los panameños Alejandro Abood Angelini y Carlos Alfonso González; así como los mexicanos Carlos Domínguez, de Viñales Tours; Wilfred Eggleton y Guadalupe Ortiz, de Cubanatur, y Daniel García, de Proarte, entre otros.
El anuncio del Departamento del Tesoro forma parte del proceso de normalización de relaciones entre Washington y La Habana iniciado en diciembre de 2014, y se inscribe en los esfuerzos de las últimas semanas por blindar los avances en esta dirección antes de la llegada a la presidencia de Donald Trump.
Trump ha criticado abiertamente la política de acercamiento de la administración Obama hacia la Isla y ha anunciado posibles retrocesos y condicionamientos a lo acordado hasta hoy.
No obstante, empresas estadounidenses como Google y Norwegian Cruises firmaron recientemente convenios con el gobierno cubano y otras están en negociaciones para ello.
Justo este jueves se anunció la exportación hacia los Estados Unidos de carbón vegetal producido en Cuba y arribó a La Habana el primer vuelo de Alaska Airlines a la Isla, muestra de la voluntad de la comunidad empresarial estadounidense de incrementar sus negocios con Cuba.