Su residencia pontificia de Letrán se llenó de mujerzuelas, eunucos y esclavos, convirtiéndose en escenario de excesos y de orgías en el que el pontífice se movía como pez en el agua. Por lo demás, era un hombre completamente inculto que hasta ignoraba el latín. En su habitual jerga grosera juraba por Venus o por Júpiter y brindaba por los amores del diablo. Un día tuvo el capricho de ordenar un diácono en una cuadra, y, en otra ocasión, consagró obispo a un muchacho de diez años.
La noche del 14 de mayo del año 964, Juan XII fue asesinado de un martillazo en sus aposentos, por un marido celoso que lo encontró en el lecho con su mujer. Realmente a nadie le sorprendió este episodio, ya que desde su elección como pontífice a los 17 años, corrieron rumores de violaciones e incestos. De hecho, se aconsejaba a las mujeres que no acudieran a la iglesia San Juan Laureano, no fueran a ser violadas por su Santidad.
La noche del 14 de mayo del año 964, Juan XII fue asesinado de un martillazo en sus aposentos, por un marido celoso que lo encontró en el lecho con su mujer. Realmente a nadie le sorprendió este episodio, ya que desde su elección como pontífice a los 17 años, corrieron rumores de violaciones e incestos. De hecho, se aconsejaba a las mujeres que no acudieran a la iglesia San Juan Laureano, no fueran a ser violadas por su Santidad.