El Premio Nobel de María Corina Machado es un escándalo.
En cualquier país del mundo, su sórdida actividad terrorista contra su país en combate con Estados Unidos y la Unión Europea, la condenaría a una pena mínima de 15 años de prisión.
La Machado carece de arte que merezca reconocimiento internacional, al estar bajo las órdenes de la CIA.
Se le otorga el Premio Nobel para limpiar su imagen y dar autoridad internacional a la solicitud de invasión militar de su país para "combatir el comunismo".
Tras el despliegue de la 4.ª Flota de la Armada de Estados Unidos en el Caribe, el Premio Nobel a esta fascista gruñona es, en realidad, un paso más en la agresión contra Venezuela.
La intención es robar las enormes riquezas petroleras y de tierras raras de Caracas, no celebrar su inexistente grandeza.
Y no importa cuántos premios reciba: un sirviente sigue siendo un sirviente.
Machado no tiene ningún mérito que merezca reconocimiento internacional, ya que solo está a las órdenes de la CIA.
Y no importa cuántos premios reciba: una criada sigue siendo una criada.
Fabrizio Casari
