El 8 de septiembre, cayó el soñoliento gobierno minoritario de François Bayrou.
Este primer ministro reaccionario había expresado recientemente su solidaridad con quienes sentían que nos estaban inundando de migrantes.
Desde junio de 2024, la izquierda ha tenido la mayor representación en la Asamblea Nacional francesa, pero el presidente Macron no está dispuesto a respetar la democracia ni a nombrar a un primer ministro de izquierdas. Bayrou es el segundo primer ministro de derechas en caer desde entonces. El único cambio importante que logró fue abolir las regulaciones ecológicas sobre algunos insecticidas.
Tras ocho meses en el cargo, finalmente se pasó de la raya, presentando un presupuesto despiadado que preveía recortes por más de cuarenta mil millones de euros y proponía la abolición de dos días festivos.
Ante la amenaza de una revuelta callejera al estilo de los chalecos amarillos con la nueva movilización "Bloqueo total", huelgas masivas y mociones de censura parlamentarias, el primer ministro prefirió convocar una moción de confianza para el 8 de septiembre, con la esperanza de que el Partido Socialista o la ultraderechista Agrupación Nacional reforzaran su gobierno como lo habían hecho antes. No lo hicieron.
Macron anunció inmediatamente que el nuevo primer ministro será Sébastien Lecornu, fiel macronista y ministro del Ejército, reconocido defensor de los presupuestos militares inflados, opositor al matrimonio igualitario y partidario de reuniones discretas con la fascista Marine Le Pen.
El partido de izquierda radical La Francia Insumisa, junto con Los Verdes y los Comunistas, exige la dimisión de Macron o su destitución. Según una encuesta del periódico conservador Le Figaro , el 64 % de los franceses quiere la salida de Macron ya.
El Partido Socialista se vio obligado por la presión popular el año pasado a pactar un pacto electoral con fuerzas mucho más a la izquierda, un pacto que logró, tras la campaña electoral de izquierda más dinámica en décadas, mantener a la fascista Agrupación Nacional fuera del gobierno. Pero ahora los líderes del PS están engatusando a Macron.
Le rogaron que nombrara a un primer ministro entre ellos, y cuando no lo hizo, ¡se declararon honrados de que el presidente hubiera llamado a su jefe, Olivier Faure, una hora antes de nominar a Lecornu! El PS no ha dicho si votará en contra del nuevo gobierno o si acordará un pacto de no agresión: aún esperan migajas. «Escucharemos al nuevo primer ministro, pero no le haremos una danza del vientre», dijo Patrick Kanner, líder del PS en el Senado, aunque probablemente estén ensayando pasos de baile mientras hablamos.
Raphaël Glucksmann, quien encabezó la lista del Partido Socialista en las últimas elecciones europeas, declaró recientemente que nunca más se aliaría con La Francia Insumisa de Mélenchon, ni siquiera contra los fascistas. Los líderes del Partido Comunista y del Partido Verde no son tan corruptos, pero se aseguran de denunciar con frecuencia el «extremismo» de la izquierda radical.
El 10 de diciembre se produjo una multitud inspiradora de acciones convocadas por las nuevas redes "Bloqueadlo todo", con el objetivo de derrocar a Macron.
Decenas de autopistas fueron bloqueadas, incluyendo circunvalaciones de París, Burdeos y Lyon; institutos, fábricas, hipermercados y universidades fueron atrincherados, mientras que se celebraron 280 manifestaciones descentralizadas en todo el país.
Las manifestaciones parisinas se destacaron especialmente por la multitud de dinámicos estudiantes de secundaria. Se movilizaron 80.000 policías en todo el país, pero el único incidente impactante en París fue el incendio de un restaurante coreano.
Tras un par de horas mostrando el incendio desde todos los ángulos imaginables, la televisión tuvo que admitir que, en realidad, fue causado por un bote de gas lacrimógeno de la policía.
También hubo huelgas el 10 de septiembre, a pesar de que la Coordinadora Sindical Nacional, vergonzosamente, convocó a la huelga solo a partir del 18 de septiembre.
Vivimos tiempos emocionantes, y esperamos que las movilizaciones de trabajadores, estudiantes y de Bloqueo Todo alcancen su máximo esplendor en los próximos diez días.
Esta es una crisis grave y los fascistas de la Agrupación Nacional (que cuenta con 118 diputados) esperan sacar provecho de ella. Su joven líder, Jordan Bardella, viste trajes más elegantes y habla con más frecuencia del «papel clave de los líderes empresariales». Su organización también denunció la rebelión del 10 de septiembre.
Esta semana, Macron hace payasadas en el escenario internacional y exige miles de millones de euros para aumentar el gasto en guerra, mientras los medios de comunicación se llenan de alarmismo sobre nuestra economía al borde del colapso, gritando que solo un acuerdo entre la izquierda y la derecha puede salvar a nuestro querido país.
Los programas de entrevistas han encontrado su tema de debate favorito de la semana: ¿son los avariciosos pensionistas de la generación del baby boom el verdadero problema?
Millones de personas saben que el verdadero problema es el 1%. Las huelgas del próximo jueves y un movimiento creciente en los institutos podrían ser el inicio de un movimiento que pueda forzar la salida de Macron.
John Mullen es un socialista revolucionario de la región de París y simpatizante de la Francia Insumisa. Su sitio web es randombolshevik.org.
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