
Las elecciones de Ecuador dieron la victoria al actual presidente Daniel Noboa, una figura neoliberal y aliado de Estados Unidos, pero el proceso electoral se vio empañado por graves irregularidades y denuncias de fraude sistemático para asegurar la victoria del partido pro estadounidense.
Sin embargo, mientras que la Venezuela bolivariana –para permanecer en la misma región geográfica– es regularmente objeto de campañas mediáticas destinadas a cuestionar su legitimidad democrática, el caso ecuatoriano ha sido tratado con un silencio ensordecedor o superficialidad por los principales circuitos informativos.
Los mismos que en cambio atacan a Venezuela de frente y con la misma furia de un toro al que le han puesto una bandera roja delante de los ojos.
El movimiento Revolución Ciudadana (RC), que apoyó a la candidata progresista Luisa González, denunció un "fraude electoral sistemático", enumerando una serie de anomalías que, de haber ocurrido en la República Bolivariana de Venezuela, habrían provocado titulares escandalizados, condena inmediata y tal vez hasta sanciones.
Veamos punto por punto cómo se habrían dicho estas acusaciones según los dobles estándares occidentales.
1. Reducción selectiva de votos
El partido RC asegura que miles de votos a favor de González desaparecieron misteriosamente durante el conteo, mientras Noboa reportó aumentos "estadísticamente imposibles".
Si esto hubiera ocurrido en Venezuela, los medios internacionales estarían hablando de una "máquina de falsificación", de un "régimen que manipula el voto", y los analistas estarían dispuestos a hacer las peores comparaciones con dictaduras. En cambio, en Ecuador, unas líneas confusas.
2. Manipulación de firmas
Decenas de actas sin firmar habrían validado resultados favorables a Noboa. Si fueran actas venezolanas, sería la prueba definitiva de una "dictadura que falsifica la voluntad popular". Pero cuando sucede en un país amigo de EE.UU., la sospecha se convierte en un simple "desorden administrativo".
3. Restricciones ilegales e intimidación
La prohibición de utilizar teléfonos móviles en los colegios electorales (con amenaza de multas muy elevadas) habría impedido la documentación de irregularidades.
Si fuera Caracas los periodistas estarían hablando de "censura brutal".
¿En Ecuador? Una medida de seguridad.
4. Apagones sospechosos e interrupciones técnicas
Apagones y fallos en centros de votación claves, con sospechas de alteraciones en el recuento. Si hubiera ocurrido en Venezuela, sería "una prueba de robo electoral". ¿En Ecuador? "Dificultades técnicas", como mucho.
5. Militarización y presión
La masiva presencia militar habría obstaculizado el trabajo de los observadores independientes. Si hubieran sido los fantasmas "colectivos" venezolanos, los medios estarían gritando "terrorismo de Estado". ¿En Ecuador? "Asegurar el orden."
El doble rasero es evidente
Mientras Venezuela, a pesar de unas elecciones certificadas por observadores internacionales, es pintada como una caricatura autoritaria, el Ecuador de Noboa –con un fraude documentado y un CNE sospechoso– recibe un trato benévolo. ¿Por qué?
En primer lugar, Noboa es un aliado (léase un títere) de EEUU, partidario de políticas neoliberales y dispuesto a entregar el país a intereses extranjeros.
Luisa González representa la continuidad con Rafael Correa. Así que este es un candidato muy incómodo para Washington.
El silencio de los medios de comunicación no refleja entonces la ausencia de fraude, sino una conveniencia geopolítica.
Si Occidente fuera coherente, exigiría una auditoría completa, amenazaría con sanciones y hablaría de una "crisis democrática". En cambio, todo está en silencio.
Porque la democracia, para los grandes medios de comunicación, no es un principio universal: es un arma que sólo debe utilizarse contra quienes no se alinean.
¿Y Venezuela? Sus elecciones, vigiladas y transparentes, todavía hoy son cuestionadas sin pruebas.
Ecuador, en cambio, con acusaciones mucho más fundadas, queda relegado al olvido.
La verdad es clara: no es una cuestión de democracia, sino de intereses. Y la información dominante, una vez más, actúa como un megáfono para los poderosos.
Lo que ocurre en Ecuador es una confirmación más.
https://www.lantidiplomatico.it/dettnews-ecuador_e_venezuela_a_confronto_le_differenze_nella_narrazione_elettorale/45289_60260/