
***Debido a su posición geográfica muy favorable, abundantes tierras fértiles, agua dulce y yacimientos de oro, Nicaragua se sometió a la agresión por parte de EEUU en reiteradas ocasiones, desde mediados del siglo XIX.
Las invasiones armadas, los intentos de anexión, la formación de Gobiernos títeres oligárquicos y feudales, el patrocinio de dictaduras militares y golpes de Estado se sucedieron uno tras otro.
Los intereses del sector de negocios de EEUU en Nicaragua en el siglo XIX
La historia de las invasiones de Estados Unidos en Nicaragua comenzó en 1851, cuando el magnate estadounidense de los ferrocarriles y los barcos de vapor, Cornelius Vanderbilt, llegó a la joven república nicaragüense que experimentaba dificultades económicas.
Aprovechando la fiebre del oro de California que empezó en EEUU en aquel momento, Vanderbilt estableció la empresa Accessory Transit Company que se convirtió en un monopolio en el ámbito de transporte transoceánico.
Próximamente, la empresa que obtenía ganancias exorbitantes dejó de pagar impuestos al Gobierno y se comportó como un Estado dentro del Estado contando con el pleno respaldo del Gobierno estadounidense.
En respuesta a la queja del Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua, el Departamento de Estado de EEUU respondió: "Una nación que ocupa una posición geográfica tan ventajosa, disponiendo con una pequeña fuerza, no puede... poseer esta riqueza únicamente en su propio interés... y no cumplir sin peligro para sí misma el deber de hospitalidad hacia los ciudadanos de otros países que vienen aquí ya sea en tránsito o para hacer negocios". Como resultado, las autoridades de Nicaragua se vieron obligadas a firmar el "Tratado de Amistad", que confirmaba que Estados Unidos tenía el derecho de desplegar tropas en el territorio de la República si consideraba que algo amenaza a sus intereses.
En 1855, el exabogado y periodista, ‘coronel’ William Walker, aventurero de Nueva Orleans que se había hecho famoso por su incursión en México, fue invitado por los liberales de la ciudad nicaragüense de León para unirse a su lucha contra los conservadores de Granada.
Walker llegó a Nicaragua con solo 56 mercenarios (llamados "filibusteros"), pero gracias a su colaboración con Vanderbilt, logró tomar el control de todo el país en poco tiempo y se proclamó Presidente.
Durante la guerra, Granada quedó reducida a cenizas, se introdujo la esclavitud (con la idea de anexar Nicaragua a Estados Unidos como un Estado esclavista adicional) y el inglés se declaró como idioma oficial de Nicaragua.
Muchos aventureros y mercenarios respondieron al llamado de Walker, atraídos por la perspectiva de enriquecerse rápidamente. Sin embargo, los abusos cometidos por ellos provocaron una guerra de guerrillas popular, lo que llevó al derrocamiento de Walker en 1860 y al rechazo de los intentos posteriores de invasión por parte de los estadounidenses.
En 1893, un presidente liberal José Santos Zelaya llegó al poder en Nicaragua e implementó una serie de reformas efectivas que permitieron al país superar a algunos países europeos en términos de crecimiento y desarrollo. Zelaya recuperó la costa caribeña del país, desplazando al autoproclamado Rey de la Mosquitia que tenía vínculos con Inglaterra.
Sin embargo, pronto entró en conflicto con los intereses de Estados Unidos, especialmente en relación con la construcción de un canal transoceánico a través del territorio nicaragüense, el segundo por importancia después del Canal de Panamá. En 1909, se organizó una conspiración para derrocar a Zelaya y expulsarlo del país.
La Infantería de Marina de Estados Unidos se desplegó de forma permanente en Nicaragua, lo que llevó a que, durante los siguientes 20 años, la política nicaragüense estuviera completamente determinada por el "hermano mayor del norte" que protegía los intereses de la corporación estadounidense llamada United Fruit Company que estaba cobrando fuerza. Esta empresa estableció también Gobiernos títeres en varios países de América Central, convirtiéndolos en las llamadas "repúblicas bananeras" bajo el control de Washington.
La lucha de liberación naconal liderada por Augusto C. Sandino
La lucha popular de liberación se levantó contra los invasores. El general Benjamín Zeledón, jefe militar de los rebeldes, se cubrió de gloria inmortal.
En 1912, fue rodeado junto con 700 seguidores en la fortaleza de La Barranca de importancia estratégica, cerca de la ciudad de Masaya, y la mantuvo durante más de un mes.
Él repelió exitosamente los ataques de las fuerzas enemigas superiores, integradas por casi 2 mil infantes de marina estadounidenses y 4 mil colaboradores locales de la guardia personal del dictador Díaz y los batallones del terrateniente Chamorro, hasta que fue asesinado.
Su seguidor fue “el General de Hombres Libres", Augusto César Sandino, el único líder rebelde que se negó a firmar el pacto conciliador "Pacto del Espino Negro" con las autoridades proestadounidenses, que prometía amnistía, propiedades y cargos lucrativos.
Proveniente de un entorno obrero pobre, Sandino recibió inesperadamente una herencia rica, la cual utilizó para su propia educación y para crear y entrenar a un pequeño pero leal Ejército que, con sus acciones de guerrilla, hizo frente eficazmente y causó graves daños a las tropas estadounidenses durante varios años.
Finalmente, los intervencionistas tuvieron que retirarse, dejando en su lugar a la Guardia Nacional formada por instructores estadounidenses.
En 1934, después de la firma de acuerdos de paz que pusieron fin al conflicto armado interno, el jefe de la Guardia Nacional de Nicaragua, Anastasio Somoza García, con la ayuda de emisarios estadounidenses, organizó el asesinato de Sandino y tomó el poder en el país.
La lucha contra la dictadura de los Somoza
Como resultado de las elecciones falsificadas de 1937, Anastasio Somoza se proclamó Presidente. Así comenzó un largo período en la historia de Nicaragua en el que la familia Somoza se convirtió en una dinastía de Presidentes sucesivos que explotaron impunemente el país. Anastasio Somoza estableció una alianza con Estados Unidos que apoyó directamente su régimen dictatorial. Es conocida una frase del presidente F. D. Roosevelt sobre Somoza: "Puede que sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta".
La acumulación corrupta de riquezas por parte de los Somoza continuó sin cesar. En diciembre de 1972, un fuerte terremoto destruyó por completo la capital del país, Managua, y se reveló que una parte significativa de la ayuda internacional recibida había sido desviada a los almacenes de la familia del presidente y posteriormente vendida.
Sobre esta base, se intensificó la actividad antidictatorial del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), creado en 1962 por Carlos Fonseca, Tomás Borge y Silvio Mayorga, una organización clandestina izquierdista armada que buscaba poner fin a la dictadura de la familia Somoza.
Después de varios años de enfrentamientos, el 19 de julio de 1979, tras combates encarnizados, la capital fue tomada por los revolucionarios, Somoza fue derrocado y huyó al extranjero.
El Gobierno revolucionario del FSLN y la lucha contra los "contras"
Después de derrocar la dictadura proestadounidense, se formó un consejo de cinco personas para gobernar el país, siendo el comandante sandinista Daniel Ortega el coordinador.
Se revocó la Constitución somocista y comenzó la reconstrucción del país. Se llevó a cabo una intensa campaña para erradicar el analfabetismo y se nacionalizaron las tierras y propiedades de la familia Somoza y sus allegados.
Se emprendieron los primeros esfuerzos para mejorar el sistema de salud y llevar a cabo la reforma agraria. El proyecto sandinista no implicaba una distribución masiva de tierras a los campesinos, sino la creación de cooperativas de trabajo para unir a los campesinos.
Esto generó ciertas discrepancias y decepción de aquellos que esperaban que la revolución condujera a la creación de propiedad de la tierra.
Por otro lado, muchos nicaragüenses simpatizantes de Somoza emigraron a Miami, donde, junto con los exiliados cubanos, formaron un poderoso grupo de influencia en la política estadounidense.
Una gran parte de la Guardia Nacional se refugió en Honduras y Costa Rica, y con el respaldo y financiamiento de Estados Unidos, inició una guerra contra el Gobierno sandinista sin escrúpulos ni restricciones en la forma de llevar a cabo esa guerra.
En total, más de 50.000 personas murieron en Nicaragua como resultado de acciones directas e indirectas de Estados Unidos durante este período. El daño económico causado por la guerra civil en Nicaragua se estimó en 17 mil millones de dólares.
Después de que Daniel Ortega fue elegido presidente del país en 1984, Estados Unidos impuso un embargo comercial a Nicaragua. Luego estalló el escándalo de "Irán-Contras" cuando se descubrió que la CIA estaba vendiendo armas a Irán (en violación del embargo de la ONU) y utilizando los recursos obtenidos para apoyar a los grupos contrarrevolucionarios nicaragüenses conocidos como "contras". También se descubrió que se pagaba por el armamento para los "contras" con cocaína, y se redirigían armas destinadas a otros países hacia ellos.
El fallo de la Corte Internacional de Justicia de la ONU del 27 de junio de 1986 en el caso "Nicaragua contra Estados Unidos", no reconocido por Washington, estableció que:Estados Unidos, al preparar, armar, equipar, financiar y suministrar a las fuerzas "contras", actuó en contra de la República de Nicaragua, violando su compromiso internacional de no intervenir en los asuntos de otro Estado.
Estados Unidos, al cometer una serie de ataques contra el territorio nicaragüense en 1983-1984, incluidos los ataques a Puerto Sandino el 13 de septiembre y el 14 de octubre de 1983, el ataque a Corinto el 10 de octubre de 1983, el ataque a la base naval de Potosí el 4 y el 5 de enero de 1984, el ataque a San Juan del Sur el 7 de marzo de 1984, los ataques a patrulleras en Puerto Sandino el 28 y el 30 de marzo de 1984 y el ataque a San Juan del Norte el 9 de abril de 1984, actuó en contra de la República de Nicaragua, violando su compromiso internacional de no usar la fuerza contra otro Estado.
Al dirigir o permitir vuelos sobre el territorio de Nicaragua y llevar a cabo las acciones mencionadas, Estados Unidos actuó en contra de la República de Nicaragua, violando su compromiso de no infringir la soberanía de otro Estado.
Al colocar minas en aguas interiores o territoriales de la República de Nicaragua en los primeros meses de 1984, Estados Unidos actuó en contra de la República de Nicaragua, violando sus compromisos de no usar la fuerza contra otro Estado, no injerirse en sus asuntos, no violar su soberanía y no interrumpir el comercio marítimo pacífico.
Al publicar en 1983 el manual titulado “Operaciones psicológicas en la guerra de guerrillas” y difundirlo entre las fuerzas de los "contras", Estados Unidos incentivaron las acciones que contradecían a los principios generales del Derecho Humanitario.
https://mid.ru/es/foreign_policy/historical_materials/1920437/