EL BLOQUEO A CUBA

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EEUU/Israel: La guerra perpetua

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****Jeffrey Sachs advierte que Netanyahu y Washington hunden a Israel en un abismo moral y político

“Biden alimentó un fracaso desesperanzador e imprudente al seguir, apoyar, financiar, armar y proporcionar inteligencia para acciones completamente destructivas, crueles, imprudentes e ilegales de Israel”. Foto: Christian Wind.

En 1996, cuando Benjamin Netanyahu se convirtió en Primer Ministro por primera vez, elaboró un plan con asesores políticos estadounidenses al que se llamó Clean Break. 

“Era un plan para una guerra perpetua de los Estados Unidos en el Medio Oriente, para derribar a todos los gobiernos que apoyaban la causa palestina respaldando a grupos como Hamas y Hezboláh”, informó Jeffrey Sachs [1].

Ante lo expuesto por Sachs ante el Cambride Students’ Union, Trump retuiteó a sus palabras. Sachs señala que lo imputado por él al gobierno de Estados Unidos “no es exactamente el discurso de campaña de Trump, no es exactamente el núcleo de la política exterior estadounidense que se puso tan imprudentemente y de manera despiadada en manos de los extremistas israelíes”, comentó.

Al tiempo, el presidente de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, congresista Brian Mast, lideró el camino para que esa Cámara sacara adelante un proyecto de ley “que probablemente pasará por el Senado y será firmado por el Presidente Trump con sanciones contra la Corte Penal Internacional. 

En otras palabras, no contra Netanyahu, no contra aquellos que cometen crímenes de guerra, sino contra la Corte por señalar crímenes de lesa humanidad”.

Sachs cita una serie de hechos políticos entre Israel y Estados Unidos que a su juicio “significan por supuesto que el gobierno de Netanyahu está tratando de presionar a Trump para que lance ataques con misiles contra Irán.

 Y Trump no parece estar muy entusiasmado en este momento, a juzgar por algunas cosas que ha dicho, mientras Netanyahu está usando la orden de la CPI como una razón para no ir a Washington”.

Sachs afirma que no hay dudas de que Netanyahu ha estado en pie de guerra contra Irán durante esencialmente 30 años. “Esta no es una historia nueva, y en medio de todas las guerras que ha provocado, Irán es el último en caer. 

Y esto es muy interesante porque, como mencioné, su entusiasmo por la guerra en Irak y su entusiasmo por la guerra en Siria son absoluta y claramente parte de una agenda que incluía siete guerras. 

Para avalar esto tenemos muchos testimonios, pero el más importante es el del ex comandante de la OTAN de Estados Unidos, Wesley Clark”.

Poco después del 11 de septiembre, un alto funcionario del Pentágono le entregó a Clark un documento que incluso sorprendió al militar, dijo Sachs. 

“Y el general Clark ha hablado extensamente sobre esto desde entonces –puedes encontrar sus discusiones en línea–. Lo que decía ese documento era que la política del gobierno de los Estados Unidos incluía siete guerras en cinco años; esta era la lista de Netanyahu y las siete guerras eran conflictos esencialmente en la región árabe más Irán. 

Así que se extendían por el Medio Oriente y el Noreste de África e incluían al Líbano, Irak, Siria, Irán, Libia, Somalia y Sudan”.
Fritz anticipó la política de las siete guerras.

Esta idea de las siete guerras era de hecho la política ya a finales del 2000, según Dennis Fritz, “un informante muy importante” que en ese momento era un alto comandante de la Fuerza Aérea y que más tarde fue asignado a revisar documentos clasificados sobre la guerra de Irak en nombre de uno de sus arquitectos, Douglas Feith. “Fritz nos ha dicho en un libro llamado Deadly Betrayal que sí, que esta idea de guerras en serie una tras otra era la política a seguir. E Irak fue la primera de las siete guerras”.

“Eligieron Irak porque pensaron que tenían una excusa en una pieza de legislación aprobada en 1998 durante la presidencia de (Bill) Clinton –esto es mucho antes del 11 de septiembre– llamada la Ley de Liberación de Irak. Es asombroso leerla; es una ley que dice que es intención del gobierno de los Estados Unidos derrocar a Saddam Hussein. 

Tres años después, “el 11 de septiembre se convirtió obviamente en la excusa, en el momento para actuar. Y se decidió, bajo sionistas clave en el gobierno de los Estados Unidos como Paul Wolfowitz y Douglas Feith, que ahora iban a actuar.

 Y determinaron cuál sería el orden y el primero fue Irak porque pensaron ‘aquí hay una justificación legal mínima que podemos usar para justificar esta guerra’”.

“Pero no puedes ir a la guerra solo con una resolución del Congreso de 1998, así que tuvieron que inventar la historia y en realidad tenían un grupo de políticas dentro del Pentágono dirigido por un hombre llamado Abe Shulsky [2] para crear la narrativa de la guerra. 

Y Netanyahu desempeño el papel principal en esa narrativa, hizo apariciones especiales en el Congreso de los Estados Unidos diciendo que esto es lo mejor que se puede hacer.

“Ahora bien, lo que sucedió según Dennis Fritz, y es absolutamente fascinante que así haya sido, fue que Estados Unidos se atascó en Irak. Pensaron que era como disparar a peces en un barril, que era algo fácil, que bastaba con eliminar a Saddam. 

Cosa que hicieron rápidamente, pero luego hubo inestabilidad local y una insurrección (Estados Unidos tuvo que mantener sus efectivos allí de marzo 2003 a diciembre 2011).

 Eso es algo que el gobierno de los Estados Unidos nunca entiende, nunca considera, porque no se trata de generales sino de política y sociedad, de lo cual estos tontos no saben nada y siempre hacen todo mal, así que se equivocaron”.

“Estados Unidos se atascó en Irak y las siete guerras en cinco años tomaron más tiempo. Pero la agenda se mantuvo, y este es otro punto muy importante sobre la política exterior estadounidense. 

Es un aspecto que el Presidente Putin ha señalado en muchas ocasiones: los Presidentes van y vienen, pero hay una profunda continuidad. 

Después de todo, fue bajo Clinton que se firmó la Ley de Liberación de Irak, fue Bush hijo quien lanzó la guerra en Irak, fue Bush hijo en su último año quien invitó a Ucrania a unirse a la OTAN, pero fue Obama quien presidió el golpe que derrocó al gobierno de Yanukóvich en 2014”.

“Y como dijo el Presidente Putin en su famosa entrevista en Le Figaro en 2017, los Presidentes llegan al poder con ideas pero entonces aparecen hombres con trajes oscuros y corbatas azules que les explican la realidad, y ahí se terminan las ideas; nunca se vuelven a escuchar”.

“Simplemente quería decir que uno de los rasgos de las guerras en el Medio Oriente es que siempre llevan de una a otra porque nunca alcanzan ese punto de milagrosa estabilidad y éxito. 

Cómo podrían hacerlo, cómo podrían, si están yendo en contra de verdades sociales, históricas y políticas profundamente arraigadas. 

Por lo tanto, la idea de que Israel va a ser el gran imperio del Medio Oriente y que va a imponer eso por la fuerza y con el poder de los Estados Unidos en una región árabe islámica de cientos de millones de personas es claramente absurda, idiota, suicida. Pero esa es realmente la política de estas personas”.

“Ahora están hablando de guerra contra Turquía.

De hecho ha habido un informe del gobierno en Israel que dice eso: que necesitamos prepararnos para una guerra con Turquía y que necesitamos empezar a armarnos para luchar contra Turquía

Que por supuesto es un aliado de la OTAN y tenemos a personas como Michael Rubin diciendo que debemos de estar preparados para matar turcos. 

Así que nunca termina; es simplemente una guerra perpetua. La gente habla de guerra sin fin, pero es guerra sin final, eso es lo que es. Y es un desastre para Israel y su pueblo porque siempre se encontrarán rodeados de amenazas, por lo que habrá paranoia y radicalización dentro de Israel, alimentadas constantemente”.

“Leí un artículo muy, muy perturbador por cierto de Seymour Hersh, que creo que es cierto, donde describe la radicalización del ejército israelí y las cosas que los soldados y oficiales israelíes están haciendo sistemáticamente en Gaza. 

Ha habido una propuesta realmente horrorosa, supuestamente proveniente de los generales, sobre cómo lidiar con el problema en Gaza, quejándose de que Hamas no ha sido realmente derrotado y que se está reorganizando. 

Y nuevamente la tesitura es no negociar, simplemente escalar aún más, hacer cosas que agraven los horrores que ya han ocurrido y que te lleven aún más hacia los crímenes de guerra”.

“Tal como dije, esta no es una estrategia ganadora o exitosa, es un abismo, es un abismo moral y político en el que Israel se hunde cada vez más y arrastra a Estados Unidos con él y a cada Presidente que se involucra en ello”.

“En cuanto a si Trump entiende eso, es difícil decirlo, porque la sensación con Trump es que siempre está en un proceso de aprendizaje pero nunca aprende completamente. 

Al menos esa es la impresión que tengo. Parte del problema es que hay una visión tan dominante de la opinión del círculo en Washington que inevitablemente contratas a personas que continúan con las políticas de ese círculo”.

“Una de las realidades de Trump en su primer mandato y probablemente otra vez ahora, es que independientemente de lo que él realmente crea, muchos de los llamados lugartenientes realizan maniobras para evitar al Presidente. 

Tenemos estas memorias de John Bolton, una de las figuras más repulsivas de la política estadounidense, quien se jacta de cómo engañó repetidamente al Presidente Trump cuando él era el asesor de seguridad nacional. 

No le gustaba lo que el Presidente quería, así que encontraba maneras de engañarlo. Esta es la realidad, y tal vez sea el modus operandi que describe el Presidente Putin sobre las personas que vienen y explican las cosas, y que tal vez no expliquen sino que simplemente engañen al Presidente”.

“Cuando se trata del desastre de Israel, porque es un desastre para Israel –y por supuesto un desastre mayor para los palestinos y para el Medio Oriente que ha estado en llamas durante décadas debido a las políticas Israel–, hay dos aspectos distintos en la historia de Israel que se alimentan mutuamente pero que lo están llevando al desastre. 

Uno es que la política está dictada abrumadoramente por lo militar y por la seguridad. Esto se ve constantemente: si en los Estados Unidos los políticos son hasta cierto punto una distracción, en Israel son el Mossad y las fuerzas de defensa quienes llevan la batuta más que casi cualquier otra parte de la sociedad. 

Es un Estado militarizado, un régimen militar, un régimen de seguridad, y tiene todas las características profundas de ser un régimen militarizado

Esto significa que no existe tal cosa como la diplomacia, no hay impresión de que el camino hacia la paz tenga una ruta diferente, que consiste en hablar con la otra parte y encontrar una manera de llegar a una solución. Es un país que durante décadas ha abandonado por completo cualquier diplomacia con el mundo árabe, con el mundo islámico en general o con sus vecinos; nada de diplomacia”.

“El otro hecho de Israel que es realmente asombroso y nuevamente contra-intuitivo, a menos que te sumerjas profundamente en ello –y cuando lo haces es tan desconcertante y diferente de cualquier cosa que pienses– es que hay un fervor religioso extraordinario que también alimenta esto, y no me refiero solo al fervor del nacionalismo y al fervor por un Estado judío, etcétera. Me refiero al fervor con textos literales del siglo VI a.C".

“Esto es algo absolutamente inusual: no existe casi en ningún otro lugar del mundo, pero los rabinos extremistas, los colonos ilegales en Cisjordania y las tropas de las FDA están leyendo textos del siglo VI a.C., como el Libro de Josué en el Antiguo Testamento.

 Que es un libro sobre genocidio, que dice que Dios dio esta tierra a los israelitas y les instruyó que exterminaran a cada hombre, mujer y niño que vivía allí

Uno de los aspectos interesantes de ese fervor es que el texto dice que esta no era la tierra primigenia e indígena del pueblo judío; era tierra conquistada. No solo conquistada, sino conquistada con una serie de genocidios”.

“Bueno, es muy desafortunado si la política pública se moldea de una manera tan absolutamente extraordinaria. Ahora bien, creo que lo que es tan trágico y alarmante de esto desde mi propia perspectiva –no soy un estudioso del Antiguo Medio Oriente ni de los 1.600 años de historia judía bajo estos textos, pero les diré como observador político– es que los fanáticos han perdido su Estado en repetidas ocasiones durante este periodo. 

Los antiguos judíos tuvieron rebeliones contra adversarios poderosos basadas en un fanatismo que terminó destruyéndolos.

 Uno de los episodios más famosos es la rebelión contra el Imperio Romano del año 66 al 73 (primera de tres) que llevó a la destrucción del llamado segundo templo en Jerusalén. 

El punto es que se rebelan contra el Imperio Romano y piensan que es una buena estrategia de Estado. 

Bueno, terminó con la pérdida del Estado y del templo para esos fanáticos y eso fue seguido durante 1.800 años más; fue un desastre”.

“Ahora, si uno se aleja del fanatismo de las interpretaciones literales de los textos sagrados antiguos y observa una región con 400 millones de personas; si se considera el derecho internacional, la justicia simple, la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, uno no querría perder al Estado de Israel haciendo demandas que son tan contrarias a cada norma estándar y ley que tenemos en la escena internacional. Pero ese es el camino que Israel está siguiendo y que los Estados Unidos han alimentado ciegamente”.

“En la administración de Biden se alimentó un fracaso desesperanzador e imprudente al seguir, apoyar, financiar, armar y proporcionar inteligencia para este conjunto de acciones completamente destructivas, crueles, imprudentes e ilegales de Israel. 

Y nuestro secretario de Estado, en su entrevista de despedida, dice: ‘No, todo está perfectamente bien’. Bueno, adiós señor Blinken, al menos con Donald Trump regresando tenemos una posibilidad de algo diferente”.

[1] Economista y profesor estadounidense, destacado por su trabajo en el campo del desarrollo sostenible, la macroeconomía global y la lucha contra la pobreza. Fue director (2002-2016) del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y asesor especial de las Naciones Unidas en relación con los Objetivos del Milenio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En 2015 recibió el Premio Planeta Azul. Dos veces ha sido incluido en la lista de las personas más influyentes del mundo, elaborada por Time Magazine.

[2] Abram Shulsky es un académico neoconservador que ha trabajado para el gobierno de Estados Unidos, la Corporación RAND y el Instituto Hudson. Shulsky fue director de la Oficina de Planes Especiales. En el período previo a la invasión de Irak en 2003, Shulsky aprobó memorandos con puntos de discusión sobre Irak y las armas de destrucción masiva y el terrorismo.

 Shulsky es crítico del análisis de inteligencia tradicional, que se basa en el método científico-social, y de las agencias de inteligencia independientes. Shulsky está a favor de un modelo de inteligencia militar que pueda utilizarse para apoyar la política ya que, en sus palabras, “la verdad no es el objetivo” de las operaciones de inteligencia, sino “la victoria”. También trabajó para la administración de George W. Bush en la “Oficina de Planes Especiales”.

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