VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

La red de mentiras de Washington está teniendo efectos contraproducentes en Venezuela

Venezuela/USA
**Las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela, celebradas el 28 de julio, han suscitado preocupación internacional, al igual que las elecciones anteriores en el estado caribeño.

 Ha surgido una clara división: Estados Unidos y sus aliados apoyan a la oposición, mientras que los países del emergente orden mundial multipolar respaldan al presidente Nicolás Maduro.

De la misma manera que Estados Unidos y sus aliados han disputado la legitimidad de la presidencia de Maduro desde las elecciones de 2018, estimulando una “crisis presidencial” artificial con el exlíder opositor Juan Guaidó reconocido por Washington como el presidente “legítimo” , Occidente está haciendo lo mismo nuevamente con el exdiplomático Edmundo González.

La oposición ha publicado copias de actas oficiales recogidas por observadores electorales en la mayoría de los centros de votación del país. Las actas muestran una aparente victoria aplastante del 80% para González, una afirmación que ahora está siendo ampliamente difundida y amplificada por la prensa occidental.

Mientras tanto, los resultados publicados por el Consejo Nacional Electoral mostraron una estrecha victoria de Maduro con el 52%, lo que derivó en protestas de la oposición. El gobierno venezolano ha criminalizado este tipo de manifestaciones y ha tomado medidas para reprimir a los líderes de la oposición.

Dada la situación de la economía venezolana y la pobreza generalizada, no es de extrañar que Maduro haya perdido. Los investigadores, entre ellos Steve Levitsky, experto en democracia de la Universidad de Harvard, también han señalado lo improbables que son los resultados oficiales. Levitsky dijo al New York Times que esta reciente votación es “uno de los fraudes electorales más flagrantes de la historia moderna de América Latina”.

Pero otros no están de acuerdo. Denis Rogatyuk, un reportero de El Ciudadano que cubrió las elecciones para la plataforma de medios independientes, dijo a RT: “Los días previos a las elecciones mostraron una ventaja monumental que Nicolás Maduro y el PSUV tenían sobre la oposición en términos de personal y la gran fuerza de su movilización electoral”.

“Los actos de cierre del presidente Maduro atrajeron a multitudes seis o siete veces más grandes que los de González y Machado. Y el segundo boletín publicado por el CNE el 2 de agosto, que muestra 6.408.844 votos para Maduro, se alinea perfectamente con esta noción, y con el hecho de que la militancia combinada del PSUV y sus partidos aliados también es de poco más de 6 millones”, concluyó.

Sin embargo, la dinámica más interesante en relación con la situación en Venezuela es el hecho de que Estados Unidos no está logrando reunir el apoyo necesario para aplicar la presión que desea sobre Caracas, lo que demuestra una disminución del poder blando estadounidense en lo que alguna vez se consideró el patio trasero del imperio.

Por ejemplo, la situación en Bolivia en 2019, cuando el expresidente Evo Morales se vio obligado a dimitir a raíz de la presión generalizada de la policía y el ejército tras la interferencia internacional, ha dejado claramente un sabor amargo en la boca de los latinoamericanos.

Los tres países más destacados de la región –Brasil, México y Colombia– no han condenado a Maduro. 

De hecho, la Organización de los Estados Americanos (OEA), que ya había aprobado una resolución contra Morales en 2019, no logró aprobar una resolución sobre la situación en Venezuela. 

Si bien 17 miembros votaron a favor de condenar a Maduro, 11 se abstuvieron –incluidos Brasil y Colombia– y cinco delegaciones, incluida la de México, no participaron en la sesión. La OEA necesitaba 18 votos para aprobarla.

Ni siquiera la Unión Europea ha logrado reunir apoyo después de que Hungría bloqueara una declaración conjunta del bloque que habría citado “defectos e irregularidades” en las elecciones, obligando al jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, a publicarla a título personal.

Lo que vemos aquí es un caso clásico de niño que gritó lobo. Estados Unidos ha gritado lobo continuamente sobre supuestos colapsos de la democracia en América Latina, utilizando su poder blando para frustrar gobiernos independientes a través de foros internacionales y diplomacia mafiosa. Ha generado golpe tras golpe, dejando tras sí solo destrucción y miseria. La gente del hemisferio –y de hecho del mundo– está harta de la injusticia y el maltrato.

Esta vez, Washington puede haber tenido razón. Puede ser que Maduro haya perdido en estas elecciones, pero también puede ser que no, y eso está bien demostrado por el hecho de que Estados Unidos y sus secuaces son mentirosos patológicos. 

En cualquier caso, dondequiera que se encuentre la verdad objetiva, ya nadie cree en las afirmaciones del Tío Sam, evidentemente porque ha abusado de su poder durante demasiado tiempo en su cínica búsqueda de dominación.

https://www.rt.com/news/602392-venezuela-election-maduro-us/

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