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***Los supervivientes de la última masacre en tiendas de campaña en Gaza relatan el horror
El domingo 4 de agosto, alrededor de las 2 de la madrugada, el ejército israelí bombardeó un grupo de tiendas de campaña en el interior del recinto del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa en Deir al-Balah, en el centro de Gaza.
El bombardeo provocó la muerte de tres personas y heridas a decenas, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Nahed Saleh, de 36 años, es una desplazada de Beit Hanoun, en el norte de la Franja de Gaza.
Estaba durmiendo cuando se produjo el bombardeo a pocos metros de su tienda de campaña, en el patio del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa.
Cuando salió de la tienda de campaña, se encontró con gente corriendo por todas partes, gritando y llorando.
En una escena aterradora, vio un grupo de tiendas de campaña cercanas incendiadas por las bombas.
“A las dos de la tarde nos despertamos con una gran explosión. Escuchamos voces de gente gritando, pidiendo ayuda para apagar el fuego.
De repente, mientras dormíamos, nos sorprendió el bombardeo y el fuego descontrolado. Había gente en medio del fuego”, contó Saleh a Mondoweiss .
“No sabíamos a dónde ir ni cómo movernos.
La intensidad de la explosión nos hizo salir de las tiendas sin ponernos la ropa. Llevábamos puesta la ropa de dormir. Pensamos que el bombardeo apuntaba a todo el hospital.
Salimos y nos encontramos con el fuego quemando las tiendas contiguas a la nuestra”, continuó.
“Fue una pesadilla de la que todavía no me he despertado. El tamaño del incendio era aterrador y no había nadie para apagarlo.
Al cabo de un rato llegaron los bomberos y vimos que sacaban los cuerpos completamente quemados.
La escena era horrible. Nadie podía comprenderla. Vimos víctimas carbonizadas sin rasgos”, dijo Saleh.
Fue un verdadero terror el que vivimos y lo vivimos cada día en esta guerra.
El bombardeo del domingo no es la primera vez que el ejército israelí ataca las tiendas de campaña de los desplazados en Gaza.
El mes pasado, un ataque aéreo israelí tuvo como objetivo las tiendas de campaña que albergaban a palestinos desplazados en la zona de Al-Mawasi, en las afueras de Khan Younis, en el sur de Gaza, y mató a 90 personas.
Hace dos semanas, un ataque israelí tuvo como objetivo una tienda de campaña que albergaba a periodistas en el patio del hospital de los Mártires de Al-Aqsa, y mató a una persona.
Fadi Thabet, periodista y fotógrafo que vive en la carpa de periodistas reconstruida en el recinto del hospital, se encontraba cerca del lugar atacado cuando cayó la bomba.
Tras oír la explosión, salió de su carpa para documentar lo que estaba sucediendo.
En cuanto salió de su carpa, vio que las carpas cercanas se incendiaban.
“Nos dimos cuenta de que un dron había atacado unas tiendas de campaña y que las tiendas de los alrededores se incendiaron.
Llegamos al lugar de inmediato y comenzamos a documentar un crimen atroz contra civiles que dormían en sus tiendas de campaña dentro del hospital, que es un lugar que se supone que es seguro y está protegido internacionalmente”, dijo.
“Los civiles comenzaron a acudir al lugar para apagar el fuego, pero el fuego continuó ardiendo durante unos 20 minutos en las tiendas.
Una vez extinguido el fuego, los paramédicos comenzaron a sacar a los mártires y a los heridos del lugar.
Las escenas eran difíciles y duras”, dijo Fadi desde el interior del hospital, rodeado de los restos de las tiendas calcinadas.
Sacaron cuerpos calcinados por el incendio, además de cuerpos que estaban despedazados.
Ghaleb al-Awini
Después del bombardeo, escenas de caos estallaron en el patio del hospital, mientras la gente comenzaba a correr frenéticamente para ver cómo estaban sus familiares.
Samah Al-Nazli, de 34 años, se encontraba a menos de 10 metros de la tienda bombardeada. Es casi incapaz de narrar lo que vio hasta este momento, tres días después del crimen.
Dice con gran dificultad que no escuchó nada durante el bombardeo, pero sintió el fuego y luego la explosión, y que esos momentos fueron los más aterradores de toda su vida.
“Por miedo, agarré a mis tres hijas y salí corriendo del hospital sin saber a dónde ir. El fuego quemó más de siete tiendas de campaña y mi amiga fue martirizada, dejando atrás a dos niños inocentes”, contó a Mondoweiss .
“Lo único que vi fue destrucción y fuego. Vi a tres jóvenes y a una niña completamente quemados, y mis familiares en la tienda vecina sufrieron quemaduras leves. La metralla los alcanzó. Dejamos todo atrás y corrimos para escapar”, relató.
“Cuando oí el bombardeo esta vez, pensé que mis tres hijas y yo estábamos muertas”, dijo al-Nazli, señalando que su familia estaba cerca de la tienda de los periodistas que había sido bombardeada unas semanas antes.
“Porque la vez anterior, el bombardeo también estaba cerca de nosotras. ¿Cómo podemos encontrar seguridad o sentirnos seguras?”, preguntó.
Ghaleb Al-Awini, de 24 años, un enfermero que trabaja como voluntario en el departamento de recepción y urgencias del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa desde el 7 de octubre, estaba en la entrada del departamento cuando se produjo la explosión, a pocos metros de la tienda de campaña que el ejército israelí había bombardeado.
“La gente dormía en sus tiendas y, de repente, cuando se produjo el bombardeo, todo el mundo empezó a correr por la enorme explosión que oímos. Cuando llegamos a las tiendas en llamas para rescatar a la gente, empezamos a sacar a las víctimas.
La primera víctima fue una mujer que sufría una hemorragia en la cabeza y que falleció más tarde”, relató Al-Awini.
“Utilizamos herramientas sencillas, como agua y extintores, para apagar el fuego. El fuego era enorme y los equipos de extinción no pudieron apagarlo fácilmente.
Algunos de los paramédicos sufrieron asfixia debido al gas emitido por los materiales tóxicos de los misiles”, dijo.
Hubo más de 17 mujeres y niños heridos y un mártir que era voluntario del personal de seguridad del hospital.
Debido al fuego, los cuerpos de los mártires fueron quemados.
Halima Omar
Al-Awini, que trabaja en el hospital desde el comienzo de la guerra y ha visto innumerables casos de víctimas de los bombardeos israelíes que eran trasladadas al hospital, señaló que estas escenas eran brutales.
El dolor es grande, el incendio fue enorme, nunca antes había visto gente tan asustada, nunca antes había visto víctimas así, completamente quemadas; es doloroso ver estas escenas.
Junto a su tienda de campaña, dentro del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa, se sienta Halima Omar, una niña de 9 años que fue desplazada de la ciudad de Gaza y no tuvo más opción que permanecer en este entorno aterrador.
En su testimonio dice que no sabe cómo olvidará la escena de las llamas quemando los cuerpos de los mártires y cómo olvidará la imagen de los mártires carbonizados que vio con sus propios ojos.
“Los mártires fueron descuartizados y quemados; nadie sabía cómo llevarlos; vi mártires descuartizados, muchos mártires”, dijo el niño a Mondoweiss.
No quiero ver todo esto; todavía soy una niña; esto es demasiado; quiero regresar a la ciudad de Gaza y a mi escuela.
Mahmoud Abu Humdah realizó las entrevistas para este informe desde Gaza.
Tareq S. Hajjaj
https://mronline.org/2024/08/08/the-martyrs-were-cut-up-and-burned/
