Mientras el Ejército israelí se adentra en Gaza con el objetivo de desarraigar a Hamás tras su ataque del 7 de octubre, los costos militares que se acumulan rápidamente, incluso durante la tregua humanitaria de cuatro días en el mortífero conflicto, dejan el destino del Estado judío en manos de los mercados de bonos, reporta 'Bloomberg'.
La guerra, que según el Ministerio de Finanzas está costando a la economía unos 270 millones de dólares al día, tendrá un costo fiscal estimado de 180.000 millones de séqueles (48.000 millones de dólares) en 2023-2024, afirma la asesora financiera israelí Leader Capital Markets. Conforme con la empresa, Tel Aviv asumirá probablemente dos tercios de los costos totales, y Washington pagará el resto, aunque no es garantizado.
Esas "matemáticas fiscales" de Israel significan que el Gobierno tendrá que pedir prestado para hacer frente al que "ya es su peor conflicto armado en medio siglo", y los responsables de la gestión de los 300.000 millones de dólares de deuda israelí "son conscientes de los riesgos", subraya el medio estadounidense.
Los tipos de interés han subido menos en Israel que en muchas economías desarrolladas, por lo que el endeudamiento interno resulta "relativamente barato" para el Gobierno israelí. El rendimiento de los bonos israelíes a 10 años ha subido ligeramente desde el inicio del conflicto, pero el 22 de noviembre cerró en el 4,2%, por debajo del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense de similar vencimiento.
"Si nos fijamos en la situación previa a la guerra, el séquel era relativamente débil y los mercados de capitales locales registraban un bajo rendimiento", afirma el contador general del Ministerio de Finanzas, Yali Rothenberg, citado por Bloomberg.
Debido a que a partir de octubre se acumuló un déficit presupuestario más de siete veces superior al del 2022, con una brecha del 2,6% respecto al producto interno bruto, en palabras de Rothenberg "es razonable" esperar un déficit presupuestario acumulado de alrededor del 9% en los próximos dos años.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, presentó un presupuesto modificado para lo que queda de 2023 con un aumento del gasto de 35.000 millones de séqueles (9.360 millones de dólares) que se financiará en gran parte con deuda.
Israel también tendrá que compensar una pérdida de ingresos estimada en 15.000 millones de séqueles (4.280 millones de dólares) en 2023 y el año que viene reabastecer un fondo gubernamental de compensación fiscal que se vació de 18.000 millones de séqueles (4.800 millones de dólares) para pagar los gastos luego del estallido de la guerra.
En cuanto a bonos, Israel se enfrenta a un mercado poco acogedor: el costo de asegurar los bonos soberanos de Israel contra un impago casi se ha duplicado desde que empezara el conflicto con Hamás, informa Bloomberg.
Además de recurrir a la deuda interna desde el 7 de octubre, Tel Aviv también utilizó una entidad registrada en EEUU, separada, pero afiliada al Ministerio de Finanzas, para vender un récord mensual de más de 1.000 millones de dólares en bonos comprados por los socios de Israel en todo el mundo, indica el medio.
Resumiendo la situación, en opinión de Rothenberg, la decisión sobre el presupuesto podría depender de la capacidad de Israel para contener el déficit presupuestario "lo suficiente como para apoyar una disminución a mediano plazo de la relación entre la deuda y el PIB", que está previsto que aumente por encima de su nivel actual de alrededor del 60%, agrega Bloomberg.
https://sputniknews.lat/20231124/la-factura-de-guerra-de-48000-millones-obliga-al-gobierno-israeli-a-financiarse-con-deuda-1146009738.html?fbclid=IwAR3IiraFs7bYOjxIXoM2LTxEbAPno27i7rI1_XUnhnO134UAA901u5Oz2Ck