En una conferencia estratégica para EIR, el Dr. Dennis Small analiza el contexto más amplio que rodea al conflicto entre Israel y Hamás, haciendo hincapié en la manipulación histórica de las divisiones geopolíticas por parte de los intereses británicos en la región del sudoeste asiático.
Dennis Small, traza las raíces históricas de estos conflictos, atribuyéndolos a designios coloniales británicos que se remontan a 1916-1917, y argumenta que el propio término “Oriente Medio” y el de “Choque de civilizaciones” o de religiones son todos construcciones de la inteligencia británica para la incitación de conflictos religiosos, especialmente entre judíos y musulmanes, con el objetivo de crear caos y la escalada militar en áreas estratégicas del puente terrestre euroasiático a través de agentes estadounidenses y globalistas en general.
De ahí que, para resolver la situación actual, deben superarse las concepciones y divisiones geopolíticas creadas por el proyecto desestabilizador británico.
Y la estrategia para contrarrestarlo pasa por abordar las provocaciones con contención estratégica (sin morder los anzuelos) y apuntando al talón de Aquiles del eje anglo-estadounidense, que es el sistema financiero transatlántico que está en su momento más débil y está conduciendo al tremendo peligro que estamos viendo en Ucrania, en el Oriente Medio y demás.
Small sugiere que la solución pasa por reorganizar el debilitado sistema financiero mundial haciendo uso de los mecanismos de coordinación financiera existentes en Asia y el BRICS, que es exactamente lo que Lyndon LaRouche y Helga Zepp-LaRouche han señalado durante décadas.
Esta alternativa al sistema financiero caduco y genocida del transatlántico ahora existe y debe implementarse.
Por último, Small subraya la importancia del activismo político y de los movimientos pacifistas mundiales para evitar la escalada hacia una catástrofe que podría convertirse en lo último que veamos en este mundo y en nuestras vidas.
Lo que actualmente está en marcha a nivel mundial es mucho más amplio que el conflicto de “Israel contra Hamás”, advierte el geoestratega Dr. Dennis Small en una conferencia estratégica reciente para EIR (1). No existe un “conflicto del Medio Oriente” tal y como se le hace creer al mundo.
EIR prefiere utilizar el término “sudoeste asiático”, pues el término “Oriente Medio” es una construcción colonialista británica, cuya fuente del conflicto actual se remonta a 1916-1917, cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores británico engendró lo que sabía que desembocaría en una guerra permanente en esa zona.
De ahí que para resolver la situación actual deben superarse las concepciones y divisiones geopolíticas creadas por el proyecto desestabilizador, de manufactura británica.
El sudoeste asiático —Jordania, Palestina, Irak, Líbano, Siria, Irán, Israel, Egipto, Arabia Saudí, etc.— requiere Estados nación soberanos y económicamente fuertes, organizados en una comunidad de principios del modo que ahora pretende la alianza denominada BRICS-Plus, liderada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
La City de Londres y los intereses financieros de Wall Street se oponen a tal estabilidad. Utilizan los servicios de inteligencia como “sicarios económicos” —y a veces como sicarios propiamente dichos para imponer su oposición.
Dennis Small considera que si Irán no entra por sí mismo al conflicto israelí-palestino ante las provocaciones actuales, la inteligencia británica organizará y lanzará ataques (seguramente de bandera falsa) para crear la justificación que enganche a Irán en la escalada militar que Londres está buscando.
El propio presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha advertido los “intentos por parte de ciertas fuerzas a lanzar una ola de Caos y de odio mutuo no solo en el Oriente medio sino mucho más allá.” Estas acciones, dice “claramente están diseñadas para sembrar inestabilidad en todo el mundo para dividir las culturas y los pueblos y las religiones mundiales y para provocar un choque de civilizaciones.”
“Choque de civilizaciones” es el nombre que recibe una teoría acerca de las relaciones internacionales. Tal como se conoce hoy en día, fue formulada en un artículo del politólogo y académico de la Universidad de Harvard, Samuel P. Huntington, publicado en la revista estadounidense Foreign Affairs en 1993, y transformado posteriormente en un libro en 1996. Sin embargo, el concepto “Choque de civilizaciones” en realidad no es de Samuel P. Huntington.
Huntington fue alumno y creación del diplomático y politólogo polaco-estadounidense, Zbigniew Brzezinski, quien desarrolló la idea del “arco de crisis” para cercar y destruir a Rusia mediante la desestabilización de los Balcanes, el Oriente Medio, Afganistán, etc. Pero Brzezinski tampoco creó el concepto “Choque de civilizaciones”.
El plan estratégico viene de Bernard Lewis, un historiador y experto en inteligencia y seguridad del Reino Unido. Durante la Segunda Guerra Mundial, Lewis trabajó en el cuerpo de inteligencia del ejército británico y después trabajó en la cancillería británica, y por 25 años eh fue profesor en la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad de Londres, y en 1974 se trasladó a la Universidad de Princeton.
Lewis desarrolló del “Plan Bernard Lewis”, cuya idea central era instigar intencionalmente conflictos religiosos dentro de la población de ciertas áreas que estaban en la mira —en particular, hablaba del Oriente Medio y de incitar una guerra entre judíos y musulmanes en particular.
Esto lo trabajó a fondo, en particular el uso de lo que se conoce como la Mezquita de Al-Aqsa (proyecto Temple Mount), que es exactamente donde confluyen y deberían tener un diálogo las grandes civilizaciones monoteístas: la cristiana, la judía y la musulmana.
Y lo que hizo Bernard Lewis fue precisamente ver la manera en que se podría incitar guerra religiosa tras guerra religiosa.
Es notable, por ejemplo, que antes de la acción de Hamas del 7 de octubre hubo incidentes provocados en la Mezquita de Al-Aqsa, precisamente por parte de colonizadores extremistas derechistas de Israel. Pero el punto es que el centro de todo esto es Londres, y la impronta del proyecto británico de larga data es evidente.
Londres tiene un plan para un gobierno mundial, y para llevarlo a cabo necesita destruir Rusia y controlar el Heartland, lo que según la teoría del geopolítico británico Halford Mackinder es necesario para sabotear la integración euroasiática y controlar el mundo.
Obviamente, Londres actúa a través de agentes que controla en los Estados Unidos y otras capitales. Lo que está haciendo ahora mismo el gobierno de Netanyahu se corresponde exactamente a lo que diseñó Bernard Lewis.
Como Netanyahu, también el actual presidente de la cámara de representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, es un seguidor de los mismos grupos del rabino Meir Kahane, quien se trasladó de Brooklyn a a Israel con la idea de matar árabes por donde pudiera.
El plan y lo que están haciendo es llevar a cabo matanzas y crímenes de guerra tan atroces (como los que estamos viendo), que están diseñados para provocar a la civilización musulmana, para que después de tanta provocación esta responda de la misma manera. Una vez que se lance ese tipo de guerra religiosa, guerra de sangre o guerra de civilizaciones, los británicos y sus colaboradores de Wall Street la utilizarán para garantizar su control.
De ahí que Dennis Small establezca que la estrategia a seguir para evitar una catástrofe global, es responder a las provocaciones y crímenes de guerra israelíes con la cabeza muy fría. No se debe atacar al enemigo por su lado fuerte, sino encontrar su flanco débil. Y ese lado débil es, sin lugar a dudas, el sistema financiero internacional, que es a su vez la causa que está detrás de todo esto.
De hecho, este no es un problema nuevo, advierte Dennis Small. Este es exactamente el mismo problema de la “Guerra de los Treinta Años”, que a veces se conoce como la “Guerra de los 150 años” entre católicos y protestantes, donde se había llegado a un punto en que con las tecnologías de su momento ambos grupos se iban a aniquilar mutuamente.
La solución fueron los tratados de la Paz de Westfalia, que establecieron un salto conceptual y por lo tanto político total al establecer un nuevo concepto del hombre, una nueva forma de organizar la sociedad donde el beneficio del prójimo —el bien común— primó sobre la visión de Hobbes de la guerra de uno contra todos. De esos tratados surgió el concepto del estado nación soberano.
Por otro lado, el método de Nicolás de Cusa que observa que no se debe tomar partido en medio del conflicto entre dos opuestos sino encontrar un flanco que resuelva la situación en un nivel superior, es lo que se tiene que aplicar en el conflicto actual.
Y esa solución hoy día pasa exactamente por la reorganización por bancarrota del sistema financiero internacional que está en su momento más débil, y es su debilidad lo que está conduciendo al tremendo peligro que estamos viendo en Ucrania, en el Oriente Medio y demás.
Volviendo al factor económico, Dennis Small destaca que la situación económica también va a estallar en los próximos días y semanas. Él cita un informe de la reserva Federal donde se reporta que la inflación está creciendo en Estados Unidos a pesar del aumento de las tasas de interés. Hasta el momento, la Reserva Federal ha mantenido las tasas de interés en más del 5%, pero el citado informe podría conducir a que la Fed retome la trayectoria de los aumentos de las tasas de interés, lo que crea una situación donde la deuda existente y los derivados existentes simplemente son insuficientes para mantener una burbuja tan enorme.
Cuando tú aumentas la tasa de interés del 0% al 5% con una deuda de 33 billones de dólares como la de Estados Unidos, es obvio que vas a tener un problema. El Global Times de China advirtió recientemente que es el momento de prepararse para la “gran tormenta” haciendo uso de los mecanismos de coordinación financiera existentes en Asia y el BRICS, señalando exactamente lo que Lyndon LaRouche y Helga Zepp-LaRouche han señalado durante décadas. Esta alternativa al sistema financiero caduco y genocida del transatlántico ahora existe y debe implementarse.
Por último, hay otro factor estratégico que está surgiendo alrededor del mundo, y son las manifestaciones por la paz. Dennis Small recuerda que las manifestaciones estudiantiles han jugado un papel relevante para poner fin a muchas guerras. Por lo que este factor debe crecer, y la gente debe actuar ahora mismo, como ha advertido Helga Zepp-LaRouche, pues de no hacerlo posiblemente nunca tendremos otra oportunidad.
“Estamos en tiempos extremadamente difíciles, y hay mucha gente que quiere retirarse a la vida privada diciendo: ‘Oh, yo en esas cosas no me meto, es demasiado terrible. Me está quitando el sueño, así que no quiero saber nada de eso’. Esa actitud es la peor de todas… Si eres consciente de un gran mal y no haces todo lo posible por resolverlo, afectará a tu alma, a tu mente, a tu forma de ser como persona.
En Occidente, al menos, nos enfrentamos a un embrutecimiento increíble de la sociedad, a una decadencia cultural. Y si toleramos lo que está ocurriendo ahora, nos llevará un paso más hacia una catástrofe de la que quizá no nos recuperemos”. — Helga Zepp-LaRouche.
Notas a pie de página
1. Denia Small, en EIR: El flanco débil: el “portaviones Wall Street.” 27 de octubre de 2023.