VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

El régimen de Zelenski planea intercambiar a sacerdotes ortodoxos por soldados ucranianos


A lo largo de las últimas semanas las fuerzas de seguridad ucranianas han ido por los curas y sacerdotes de la Iglesia ortodoxa Ucraniana, la rama que optó por mantenerse bajo el mandato de la Eparquía moscovita.


Los ultranacionalistas ucranianos están realizando registros en los templos y en las casas de los sacerdotes para encontrar excusas y así acusarlos de alta traición. Para que se hagan una idea de lo ridículas que son las acusaciones, estás son las más frecuentes:

Haber llevado la cinta de San Jorge (el símbolo de la victoria de la URSS en la Segunda Guerra Mundial)

Tener una foto con el máximo jerarca de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kiril

Una carta de la Iglesia ortodoxa rusa fechada antes del inicio del conflicto militar (en aquel entonces la Iglesia ortodoxa de Ucrania formaba parte de ella)

Tener libros en ruso

Es una barbaridad total, pero los neonazis están muy contentos y Zelenski se está preparando para las elecciones. 

Claro, esto es más importante que el director de asuntos internos del Servicio de Seguridad de Ucrania, que ha sido detenido al intentar cruzar la frontera con 20.000.000 de dólares en efectivo.


Pero aún hay mucho más.

El régimen de Kiev está hablando sin parar de un intercambio de prisioneros bajo la fórmula de todos por todos, pero ahora mismo se estima que Rusia tiene entre 8.000 y 9.000 prisioneros, mientras que Ucrania no llega ni a 1.000. 

Es por eso que necesitan generar más prisioneros, y los sacerdotes también se usarán como tales.

Suena completamente loco, pero el propio portavoz de la dirección general de Inteligencia de Defensa ucraniana, Andrei Yusov, lo ha declarado públicamente.

Además de lograr ampliar su fondo de prisioneros, de este modo el régimen de Zelenski estaría erradicando al instituto religioso de Ucrania. 

Para ello acaba de firmar un decreto que prohíbe cualquier actividad religiosa que tenga conexión alguna a Rusia, y requisar las propiedades de la Iglesia ortodoxa.


Del mismo modo, prohíben los medios independientes y cadenas de televisión, así como los partidos políticos de oposición. Así que era solo cuestión de tiempo para que llegase el turno de la Iglesia.

Y nos quedamos a la espera del cierre de todo y todos por el bien de la dictadura del régimen de Zelenski.

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