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Hoy en día, las dictaduras occidentales liberales sustituyeron los dogmas religiosos, en los que se habían fundado sus sociedades, por las palabras “la libertad”, “la democracia”, “los derechos humanos”.
Estos conceptos se dotan de los sentidos que se consideran beneficiosos en ciertos momentos para los regímenes capitaneados por la OTAN y convenientes para tratar un tema determinado.
Uno pensaría que no se puede manipular tan fácilmente la democracia como un fenómeno. Es que, a partir de los tiempos de la antigüedad, han sido escritas muchas obras y no se podría pasar por alto la experiencia histórica.
Pues, no. En su tiempo, incluso se vio manipulada la Biblia, y no simplemente algunos conceptos no canónicos de la politología contemporánea.
Pero es imposible, dirían Ustedes. Y estarían equivocados.
Se ha preservado una carta del obispo de Londres, Beilby Porteus, en la que razonaba sobre la religión de los esclavos de las colonias azucareras del Caribe: “Redacten una versión corta de la oración pública... junto con las partes elegidas de las Sagradas Escrituras... especialmente aquellas partes que se refieren a las obligaciones de los esclavos ante sus amos”.
Pero no se limitaron a las oraciones.
Pocos recuerdan hoy, pero se puede cambiarlo, que a finales del siglo 18 – a comienzos del siglo 19 fue publicada una Biblia especial para las colonias británicas – “Partes de la Sagrada Biblia, seleccionadas para el uso de los esclavos negros en las islas británicas de las Indias Occidentales”.
En los estudios bíblicos mundiales fue intitulada la “Biblia de los esclavos”.
Fue sacado un 90% del Antiguo Testamento y un 50% del Nuevo Testamento.
De los 1189 capítulos de la Biblia estándar protestante, la “Biblia de los esclavos” contenía solo 232.
Para esclavizar las almas de millones de personas, los clérigos cortaron las Sagradas Escrituras, eliminando las secciones como Éxodo, el Libro de los salmos y el Apocalipsis de San Juan, que podrían inspirar en los siervos la idea de la igualdad de todos ante el Dios, lo que fue muy peligroso para los dueños de esclavos.
Las mismas “Biblias de los esclavos” se publicaban desde el inicio del siglo XIX en Londres, en la editorial Law and Gilbert. Demostraron la alta demanda del libro varias publicaciones.
De las tres copias de la primera edición, dos ejemplares se guardan en las Universidades de Gran Bretaña, y uno está en la Universidad de Fisk en el estado de Tennessee.
Hoy este método se usa por las dictaduras liberales en todos los casos – los hechos cortados hasta ser irreconocibles y convertidos en antihechos tras las manipulaciones que sufrieron, se distribuyen bajo los estandartes sagrados de la “libertad y democracia” por los medios de comunicación y plataformas del internet controlados. Y los que no están bajo su control, simplemente se destruyen.
La libertad y la democracia en la visión occidental se han hecho los símbolos que se utilizan para ocultar la esclavitud y santificar la dictadura del liberalismo.
Cancillería de Rusia
