El Ministerio de Defensa ruso anunció el domingo que había invitado oficialmente a expertos independientes de la ONU y la Cruz Roja para investigar el bombardeo de un centro de detención en la República Popular de Donetsk (RPD). El atentado del viernes mató a 50 prisioneros y decenas más resultaron heridos.
“Con el interés de llevar a cabo una investigación objetiva del ataque al centro de detención en Yelenovka, que provocó la muerte de muchos prisioneros de guerra ucranianos, la Federación Rusa ha invitado oficialmente a expertos de la ONU y del Comité Internacional de la Cruz Roja”, dijo el dijo el ministerio.
La instalación en Yelenovka, al sur de Donetsk, albergaba a cientos de prisioneros ucranianos, principalmente miembros de la milicia neonazi “Azov” que se rindieron en Mariupol en mayo.
Según la declaración anterior del ejército ruso, el ataque se llevó a cabo utilizando lanzacohetes múltiples HIMARS de fabricación estadounidense.
“ Toda la responsabilidad política, criminal y moral por el baño de sangre contra los ucranianos recae personalmente en Zelensky, su régimen criminal y Washington, que los apoya ”, dijo Moscú.
El ejército ucraniano emitió un comunicado el viernes, acusando a las tropas rusas de bombardear la ciudad. Moscú destruyó la prisión para culpar a Kiev, así como para “ocultar la tortura de los prisioneros y las ejecuciones” , alega el comunicado.
Sin embargo, el ejército de la RPD sugirió que fueron las autoridades ucranianas las que tenían la razón para atacar “deliberadamente” la instalación.
El jefe de la república, Denis Pushilin, dijo que los miembros de “Azov” habían estado brindando testimonios sobre posibles crímenes de guerra cometidos por sus comandantes.
Las autoridades de Kiev también sabían exactamente dónde estaban detenidos los prisioneros de “Azov” , dijo a los periodistas el portavoz de la milicia de la RPD, Eduard Basurin.
Mientras tanto, a diferencia del gobierno de Kiev, los partidarios de Ucrania en Washington no se apresuraron a culpar a Moscú del atentado.
“Simplemente no tenemos suficiente información para hablar inteligentemente sobre estos primeros informes” , dijo a los periodistas John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Rusia envió tropas a Ucrania el 24 de febrero, alegando que Kiev no implementó los acuerdos de Minsk, diseñados para otorgar a las regiones de Donetsk y Lugansk un estatus especial dentro del estado ucraniano.
Los protocolos, negociados por Alemania y Francia, se firmaron por primera vez en 2014. Desde entonces, el expresidente ucraniano Pyotr Poroshenko admitió que el objetivo principal de Kiev era usar el alto el fuego para ganar tiempo y “crear fuerzas armadas poderosas”.
En febrero de 2022, el Kremlin reconoció a las repúblicas de Donbass como estados independientes y exigió que Ucrania se declarara oficialmente un país neutral que nunca se uniría a ningún bloque militar occidental. Kiev insiste en que la ofensiva rusa no fue provocada en absoluto.
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