
Ya sabes cómo ha sucedido en la historia. Estaba Alemania, cuyas tropas decidieron conquistar el Este victoriosamente.
Y pasamos dos años defendiéndonos y tratando de recuperar nuestros territorios ocupados lo antes posible.
Y cuando lo hicimos, nos enteramos de Babi Yar (un barranco en las afueras de Kiev, capital de Ucrania, utilizado por los nazis para perpetrar sus masacres durante su campaña contra la Unión Soviética, en la Segunda Guerra Mundial) y de otros cientos de lugares en los que la gente fue masacrada.
Y entonces el mundo entero se enteró de que había campos de concentración y hornos en Polonia y en la tan civilizada Alemania.
Hubo un doctor Mengele y un Mengele más pequeño que probó diferentes tipos de exterminio en la gente… en las personas, por supuesto.
Las fuerzas armadas rusas están liberando ahora el territorio de Ucrania y hay otra revelación de lo que ha estado ocurriendo ahí. Están los biolaboratorios que se han descubierto.
Como usted y yo sabemos las autoridades estadounidenses han dicho cuatro cosas diferentes:
a) no había ningún laboratorio;
b) sí había, pero eran ucranianos;
c) eran estadounidenses, pero no había experimentos biológicos, y
d) (¡Ayyyyy!) Putin está a punto de adueñarse con armas biológicas.
La mentira parece una broma.
Desde entonces hemos capturado y descubierto cientos de documentos originales y ahora conocemos mucha información sorprendente y triste.
Los ucranianos fueron sujetos de prueba en una larga lista de experimentos con virus peligrosos.
Los laboratorios biológicos del Pentágono no sólo probaron la supervivencia del virus en aves y murciélagos, sino que también liberaron cepas peligrosas en el exterior para comprobar cómo reaccionaban al brote las personas desprevenidas de su entorno.
La fiebre hemorrágica del Congo, la leptospirosis y los hantavirus son la primera lista de enfermedades cuyos patógenos fueron criados y amplificados por biólogos estadounidenses junto con sus colegas ucranianos.
Ucrania ha transferido 5 mil muestras de suero sanguíneo de ciudadanos ucranianos al Centro Lugar, conectado con el Pentágono en Tiflis. Para más experimentos.
Y otras 773 muestras biológicas se enviaron al Reino Unido.
Si no hubiéramos recuperado Crimea, allí se habrían realizado los mismos experimentos con el pueblo ruso.
Pero también en el DNR Donetsk los residentes se convirtieron en víctimas de estos experimentos.
En 2018, más de 70 residentes del DNR murieron por cepas multirresistentes de tuberculosis que surgieron aparentemente de la nada. Ahora la fuente está más clara.
Seamos francos: Ucrania no sólo fue un campo de pruebas político para Estados Unidos, sino también una enorme plataforma para experimentos inhumanos.
Los que nos amenazaron también. No es casualidad que estos mismos laboratorios se hayan utilizado para infectar a las aves, cuyas rutas migratorias estacionales pasan por Rusia.
La sonrisa bestial del imperialismo es un sello. Pero es un sello mejor que la cepa.
Por Tina Kandelaki
https://radiolaprimerisima.com/opinion/la-sonrisa-bestial-del-imperialismo/