El narco-estafador Gerardo Sánchez no tiene escrúpulos a la hora de reclutar prosélitos que le ayuden a configurar su red de estafa y su perfil de consumado antisandinista, y por eso en 2013 contactó a un joven de nombre Kevin Olivar, quien le brindó los nombres de los sandinistas destacados de Comalapa, Chontales, incluyendo el de un tío.
Como si de un juego se tratara, Kevin Olivar, incitado por la presunta “lucha” del estafador, se puso como alias “C-18” para que así lo identificara en sus conversaciones el guerrillero virtual alias “Voz Solidaria”.
El irresponsable chavalo brindó al delincuente nombres y ocupaciones de miembros de los CPC y sandinistas de Comalapa, entre ellos los del alcalde, vicealcaldesa y la delegada del Ministerio de Educación, incluso, puso en esa lista a un tío suyo que milita en la Juventud Sandinista.
Al igual que en 2018, el antisandinismo de las antiguas familias somocistas lleva a traicionar hasta a la familia, y ese odio resulta un buen caldo de cultivo para las aspiraciones del narco-terrorista que opera en Costa Rica.
