Las hijas del general Soleimani y Al-Muhandis confirman que vengarse de Estados Unidos por la sangre derramada de sus padres es inminente.
Las familias de los mártires del teniente general Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, y de Abu Mahdi al-Muhandis, el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak, asesinados ambos junto a sus compañeros en un ataque terrorista de EE.UU. el 3 de enero de 2020, han participado este domingo por la noche en una congregación masiva celebrada por los iraquíes en el lugar del martirio de estos “líderes de la victoria” cerca del aeropuerto internacional de Bagdad, capital iraquí.
“Nos acercamos al horizonte de una severa venganza contra los enemigos, cuyas manos están manchadas con la sangre de los líderes de la victoria”, ha asegurado Zeinab, hija del general Soleimani, durante su discurso pronunciado en el mencionado acto de homenaje.
Ha agregado que “no pasará mucho tiempo para que las lágrimas de la despedida se conviertan en lágrimas de victoria por la liberación de Irak y de los países de la región de la abominación de los agresores, y llegará el día en que nos felicitemos”, asegura.
“Le decimos a EE.UU. desde este lugar que no olvidaremos esta sangre”, ha remarcado Zeinab Soleimani, al concluir su alocución.
Manar, la hija del mártir Abu Mahdi al-Muhandis, también ha pronunciado el discurso durante el evento y se ha dirigido a su padre diciendo: “Te digo, oh mi padre … les vengaremos usted, su hermano [Soleimani] y sus compañeros”.
“No guardaremos silencio sobre los estadounidenses y sus pecados. (…) Haremos responsables a los estadounidenses, y recuperaremos el territorio iraquí” de EE.UU., ha sentenciado.
Además, en una advertencia dirigida tanto a los estadounidenses como a los gobernantes saudíes ha enfatizado: “Vengaremos cada gota de sangre derramada en Irak y Yemen”.
Cinco días después del asesinato del general Soleimani y sus compañeros, Irán atacó con misiles dos bases norteamericanas en Irak, una en la provincia occidental de Al-Anbar y la otra en la región del Kurdistán.
Sin embargo, las autoridades persas han dejado claro que tal ataque no constituía la venganza real por el asesinato de Soleimani, sino que continuarían las represalias contra EE.UU.
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