Qué hay detrás del interés en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.
Una reciente visita del cuestionado político español, el ultraconservador Pablo Casado al Río de la Plata dejó abierta la posibilidad de que la OTAN se interese por asociarse con Argentina, Chile y Uruguay.
En diálogo con Sputnik, el analista Alberto Hustchenreuter consideró que será Washington el que decida ese posible acercamiento, con China como principal preocupación.
La gira realizada por el líder del neofranquista Partido Popular (PP) español, Pablo Casado, a Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay en los primeros días de diciembre dejó entrever una idea sorpresiva del político europeo: promover la incorporación de estos países del Cono Sur a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Este fue uno de los temas que el español conversó, por ejemplo, con el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou durante una reunión en Montevideo, según consignó el diario uruguayo La Diaria. El líder del PP aclaró que no hubo una respuesta por parte del mandatario uruguayo y justificó la propuesta como una forma de cercar a los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua en América Latina.
“Una de las cuestiones de las que yo estoy hablando durante esta gira es nuestro proyecto para ensanchar la OTAN a democracias que defienden la libertad en el entorno del Atlántico pero también en un entorno de defensa de principios y valores, no esencialmente geográfico.
En la OTAN puede estar Australia, puede estar Japón, puede estar Israel, puede estar Chile y por supuesto puede estar Uruguay y puede estar Argentina”, dijo Casado en conferencia de prensa.
Para el analista internacional argentino Alberto Hustchenreuter, las palabras de Casado pueden entenderse como una declaración “a título personal” y “con una orientación ideológica”.
Además, remarcó que España no es el primus interpares —expresión latina utilizada para mencionar al ‘primero entre iguales’ dentro de un grupo— en la OTAN, cuyo liderazgo es ejercido, desde su creación en 1949, por Estados Unidos.
Por ese motivo, Hustchenreuter consideró que la invitación de Casado no se condice con un intento real de la OTAN por sumar nuevos aliados en este momento.
De todas maneras, señaló que, de ocurrir, la invitación no provendría precisamente desde Madrid.
“Si tiene que haber un nuevo ingreso, algo que no creo que ocurra por ahora, va a estar más pensado desde Washington que desde otro socio de la OTAN”, sintetizó.
El estatuto de la OTAN establece que solo los países del Atlántico Norte —categoría que engloba a los países europeos y a EE.UU. y Canadá— pueden ser miembros plenos del bloque, existe la categoría de ‘socio global’, utilizada para sellar alianzas con otros países fuera de esa zona.
Actualmente hay nueve estados en esta categoría: Afganistán, Australia, Irak, Japón, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda, Pakistán y Colombia, el único latinoamericano.
Colombia, el único latinoamericano ‘socio global’ de la OTAN
La admisión de Colombia terminó de sellarse en 2017 tras un proceso iniciado durante el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) y que se enmarca en la supuesta cooperación que Bogotá recibió desde Washington en materia de combate al narcotráfico y a los grupos armados.
Según Hustchenreuter, la condición de ‘socio global’ le ha permitido al Gobierno colombiano poder contar con “información más estratégica” proveniente de las potencias del norte, al tiempo que fortaleció el entrenamiento de sus fuerzas armadas, que pueden participar de misiones militares del bloque en otros países.
Colombia es, hasta ahora, el único país latinoamericano sumado decididamente a la OTAN. En 2019, la Casa Blanca, aún bajo el Gobierno de Donald Trump, había procurado acercar a Brasil al bloque, ya con Jair Bolsonaro en el poder.
Finalmente, el gigante sudamericano se mantuvo en la categoría de ‘aliado importante no-OTAN’, una designación no oficial del bloque pero sí reconocida por Estados Unidos.
En esa lista también está Argentina, que firmó un acuerdo con EEUU en 1998, cuando Carlos Menem (1989-1999) era el presidente argentino. Menem hizo un intento de ser incorporado como ‘miembro asociado’ en 1999 pero la solicitud fue rechazada por la OTAN.
El avance chino en el Atlántico Sur
Más allá del planteo de Casado, para Hustchenreuter sí puede haber un interés de la OTAN en los países del sur del continente americano.
Se trataría de que “los países de América Latina definan sus preferencias estratégicas”.
De acuerdo al analista, Washington está particularmente interesado en que los países sudamericanos se manifiesten sobre la relación que tendrán con las potencias del planeta.
“Si van a tener una relación preferencial con Rusia, si van a tener una relación preferencial con China o una con EE.UU. Es un tema que interesa sobremanera a Washington”, precisó.
La intención de evitar el avance de la influencia china en la región se ve también, apuntó el politólogo, en la zona del Atlántico Sur, una región de creciente importancia geopolítica en el que, según Hustchenreuter, la OTAN mantiene una presencia indirecta sin necesidad de sumar aliados sudamericanos.
“Los países de la OTAN ya están en América Latina: el Reino Unido está en el Atlántico Sur, Francia en la zona de Guayana Francesa y EE.UU. con las bases que no solo tiene en Colombia. Tenemos a los tres poderes más fuertes de la OTAN en Sudamérica junto a un socio global”, resumió.
Hustchenreuter señaló además que el interés en el sur viene de la mano de una “canasta de nuevos temas” de interés para la OTAN, entre los que mencionó el combate al ciberdelito o la preparación de las fuerzas armadas para proteger el medioambiente.
En esa lista de nuevas prioridades también mencionó la preocupación del bloque por el avance de la red de telecomunicaciones 5G en América Latina, a través de la empresa china Huawei.
POR SERGIO PINTADO /