Pablo Gonzalez

Detrás de la elección en Honduras: choque China-Estados Unidos y Trump-Biden


La trascendencia geopolítica de Honduras radica en su anillo marítimo –en las entrañas del mar Caribe: el soft belly (bajo vientre) de Estados Unidos, según el analista israelí-estadunidense del Pentágono, Robert Kaplan (https://bit.ly/3pc5rOa)– que comprende ocho (sic) fronteras náuticas: México, Belice, Cuba, Islas Caimán, Guatemala, Jamaica, Colombia y Nicaragua.

La otra frontera marítima de Honduras con El Salvador y Nicaragua (además de su frontera caribeña) es del lado del océano Pacífico, en el golfo de Fonseca, lo cual le concede su atributo singular de ser un país bioceánico.

Honduras forma parte del malhadado triángulo norte con Guatemala y El Salvador con sus propias definiciones geopolíticas (Latinoamérica fracturada por su dilema ontológico entre Estados Unidos y China, https://bit.ly/3FTC75u). El búnker de la embajada de Estados Unidos de una manzana de superficie y su aparatosa nueva construcción de otras dos manzanas destacan en su capital Tegucigalpa.

Mas allá de que en la actualidad Honduras ostente su primer ingreso por las remesas (7 mil 150 millones de dólares, https://bit.ly/314ksJt) de los alrededor 1.3 millones de hondureños en Estados Unidos –de sus casi 10 millones de habitantes–, se podría aducir que Colombia y Honduras son los supremos bastiones militares de protección del mare nostrum caribeño de Estados Unidos bajo la férula del Comando Sur.

Colombia ostenta nueve bases cuasi militares de Estados Unidos (https://bit.ly/32IyW2x), mientras Honduras alberga la base aérea (sic) estadunidense de Soto Cano, también conocida como Palmerola (https://bit.ly/3p4BgIy), cuyo objetivo benigno es el poco exitoso combate al narcotráfico y cuyo verdadero designio es la protección del bajo vientre caribeño de Estados Unidos.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China arremetió contra la torcedura de brazo de Estados Unidos que desea que Honduras mantenga sus relaciones diplomáticas con Taiwán cuando ha advertido a Tegucigalpa de algunos de los riesgos (sic) de acercarse a China (https://bit.ly/3DaS5qp).

La agencia británica Reuters comenta que Estados Unidos y China se pelean (sic) sobre Honduras y la ponderación de sus lazos con Taiwán(https://reut.rs/3D26QLQ). Hoy solamente quedan 15 países en el mundo que reconocen a la isla renegada de Taiwán, mientras China irrumpe triunfalmente en Sudamérica (https://bit.ly/3p05hJs).

Según Reuters, un triunfo de Xiomara Castro (XC) derivaría a suculentas inversiones de China. 

Impactó la sorprendente visita del polémico saliente presidente Juan Orlando Hernández (JOH) a Taiwán durante tres días, a dos semanas de la elección presidencial, donde es favorita por amplio margen de 17 por ciento (sic) en las encuestas. 

XC, esposa del ex presidente Manuel Zelaya (MZ) –depuesto por la dupla Obama/Biden y su secretaria de Estado Hillary Clinton–, bajo el pretexto de la anatemizada ayuda petrolera de Venezuela y su ALBA chavista.

Shannon Tiezzi, del portal nipón The Diplomat, comenta que Taiwán está preocupado porque la probable presidenta XC podría romper sus relaciones y alternar sus lazos diplomáticos con Pekín (https://bit.ly/3cS4d4T). Cabe señalar la visita, a una semana de la elección, por una misión de alto nivel de Estados Unidos (https://bit.ly/30Zi5YM).

¿Estará dispuesto Biden a aceptar el triunfo de XC cuando es conocida su animadversión al saliente presidente JOH, partidario de Trump y su política sinófoba a ultranza? 

Tampoco se puede soslayar que el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, es también partidario del trumpismo, mientras el presidente palestino-salvadoreño Nayib Bukele se ha inclinado a favor de China, cuando colisiona con los intereses monetaristas de Estados Unidos debido a su adopción del bitcóin –no se diga la deslegitimización de la reciente elección presidencial en Nicaragua por Biden y su vilipendiado instrumento de la OEA–.

En medio de una vecinal ambientación hostil a los demócratas y más favorable al trumpismo, a Biden le conviene paradójicamente más el triunfo de XC, pese a su mayor afinidad con China. De paso, Biden podría resarcirse del golpe de Estado teledirigido contra el ex presidente MZ, esposo de XC.

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