
Hace algunos días escribí y publiqué en algunas redes sociales un artículo sobre la historia y actualidad de lo que hoy popularmente se conoce como “las izquierdas”, contrapuestas con la Izquierda histórica revolucionaria y consecuente.
Un análisis breve sobre dos aristas de un mismo problema: La “involución” voluntaria de muchos antiguos militantes de la izquierda latinoamericana y mundial o de individuos que nunca lo han sido, pero que por conveniencia personal FINGEN algún “tinte” izquierdista, consecuente, anti-sistémico, antiimperialista, internacionalista, es decir, revolucionario.
Hoy tengo la oportunidad de referirme a la “Izquierda” descafeinada y traidora de Nicaragua y una de tantas maneras de seguir atacándonos.
Por distintos motivos, en los años sesenta del siglo pasado hubo un nuevo despertar de la conciencia de clase de los pueblos latinoamericanos que arrastró a la lucha a amplios sectores de la pequeña burguesía hacia las organizaciones revolucionarias legales y clandestinas, por entonces enfrentadas a muerte contra feroces regímenes dictatoriales y a las élites de las oligarquías criollas.
Miles de guerrilleros de esas valiosas y heroicas generaciones de jóvenes ofrendaron sus vidas y los que sobrevivieron, sufrieron cárceles, exilio y en algunos casos luego de la caída de las dictaduras, muchas de aquellas organizaciones subversivas fueron legalizadas, pasando a formar parte de los sistemas políticos tradicionales.
Los militantes consecuentes utilizarían estos espacios legales para seguir persiguiendo los objetivos de sus antiguas luchas contra la iniquidad capitalista, al mismo tiempo que otros se rendirán y una parte considerable utilizaría su pasado combativo para dejarse asimilar por el sistema.
Intelectuales, artistas, científicos y profesionales de todas estas sociedades encontrarían en la lucha de aquellos guerreros de la izquierda latinoamericana y en el ejemplo de países enfrentados directamente contra el imperialismo yanqui como como Cuba, Nicaragua y Venezuela, la genuina inspiración que los movería a la solidaridad y simpatía -desde sus propios espacios- con esos pueblos atrevidos y valientes, alzando su voz, creando movimientos y redes de solidaridad o participando en esas luchas directa y presencialmente.
Pero desafortunadamente, también hubo y hay muchos personajes y organizaciones cuya consecuencia y lealtad serían directamente proporcional a sus propios intereses y cuyo compromiso resultó sino superficial, falso y figurativo.
En Nicaragua, los traidores internos saben de estas “particularidades”, de estos nichos de aparente “izquierdismo” internacional y dedican grandes esfuerzos y recursos en coaptarlos, en atraerlos hacia sus propios proyectos de desestabilización de gobiernos nacionalistas, independientes y revolucionarios y aquellos “izquierdistas” de salón, de poses y figuración se prestan gustosos a estos fines tan beneficiosos para las élites nacionales y el imperialismo yanqui.
A partir de la década del setenta, luego del enorme impacto que la guerrilla de Pancasán y sobre todo, la heroica y profusamente publicitada muerte en combata de cuadros sandinistas tales como el Comandante Julio Buitrago y otros compañeros, como el poeta e intelectual revolucionario Leonel Rugama, muchos jóvenes de la pequeña y alta burguesía nicaragüense fueron integrándose al FSLN, aprovechando también un significativo cambio en algunas concepciones más radicales que predominaron dentro de la organización en los primeros años de lucha contra la dictadura somocista.
Sin embargo, esa “apertura” ideológica tuvo su mayor expresión no en la base combatiente que hacia 1977 intentó reunificarse, sino en la cúpula y entre colaboradores de la organización, donde las necesidades tácticas y políticas, llamadas entonces “políticas de alianza”, concitaron a elementos antisomocistas, principalmente provenientes de la burguesía y la oligarquía conservadora que transitoriamente se disfrazan de “sandinistas” y “militantes de izquierda”.
El tiempo y las circunstancias se encargaron de demostrar lo efímero de tal integración a la Revolución que en la mayoría de los casos tuvo un punto de quiebre.
Algunos se fueron inmediatamente después del triunfo revolucionario en 1979, otros se irían desgranando en medio de la agresión imperialista armada hacia nuestro país en la década de 1980 y otros, después de la derrota electoral del noventa y a lo largo de los años en que al Frente Sandinista le tocó defender al pueblo desde la oposición.
Es irrefutable el hecho de que la notoriedad (y a veces el éxito profesional posterior) de los “intelectuales” nacidos en Nicaragua pero entregados en cuerpo y alma al Imperialismo yanqui, se la deben a la hermosa vitrina que para ellos fue la Revolución Popular Sandinista en sus días más álgidos.
Poetas, escritores, artistas, músicos, intelectuales y profesionales de todas las especies, que en el proceso fueron re-enclasandose o simplemente olvidándose de sus peregrinas militancias al lado del pueblo nicaragüense y el FSLN, hoy utilizan su cercanía o relaciones de oficio con colegas extranjeros de mayor peso y fama (la mayoría de estos ya en senectud y enfermedad para los cuales hoy la RPS es tan sólo un bonito recuerdo o la distorsión y mentiras que leen en los medios globales del Imperio) suplicándoles se sumen a sus frecuentes “proclamas” y declaraciones públicas, utilizando la fama de algunos de los firmantes o la capacidad de incidencia de otros, que sin fama alguna se desempeñan en ambientes laborales cercanos a lobbies políticos y mediáticos.
El hoy difunto Ernesto Cardenal, quién reconoció que fue “uno de los primeros en renunciar al Frente Sandinista” relata, también sin rubor alguno, cómo intelectuales y empresarios integrados como militantes o colaboradores al FSLN pocos años o meses antes del 19 de julio, fueron asumiendo gran parte de su representación internacional, viajando literalmente por todo el mundo como la cara visible de la Revolución que se gestaba principalmente por el pueblo trabajador y combatiente de Nicaragua.
Personajes (además de él mismo) como Sergio Ramírez, Gioconda Belli (a quién para darle mayor proyección se le otorgó entonces un premio literario en Cuba de mucho prestigio internacional) y otros que fueron cultivando relaciones EN NOMBRE DE LA REVOLUCION, pero que luego las utilizaron como apalancamiento de sus propias carreras y proyectos personales.
De igual manera, grandes figuras extranjeras de la entonces intelectualidad “de Izquierda”, personalidades del arte, la política y la prensa, asociaron a estos y otros individuos como la personificación de la RPS y el FSLN. Percepción que “nuestros” "descafeinados" hábilmente lograron proyectar en el tiempo, incluso después de sus “renuncias”, es decir de sus traiciones.
En esta misma línea, analicemos concretamente las ya famosas cartas abiertas, pronunciamientos y "proclamas" suscritas por personalidades ya sea con un pasado “izquierdista” o “progre” de peso (real o ficticio) en la opinión pública internacional donde se aúnan sus esfuerzos de difamación y odio gratuito hacia nuestro gobierno y nuestros líderes con los objetivos y acciones de los “izquierdistas” vendepatrias de acá.
De entrada debemos de dejar en claro que este apoyo público y mediático se inscribe como una de las acciones más importantes del manual de "golpes suaves" de los manuales de la CIA para desacreditar y desestabilizar gobiernos nacionalistas no-dóciles a los dictados del imperialismo yanqui.
Pero ¿Quiénes son los firmantes habituales de estos “pronunciamientos”?
Podemos responder diciendo que básicamente se dividen en tres grupos:
El más importante grupo, ansiado y perseguido por los creadores de “pronunciamientos”, son las verdaderas personalidades del quehacer intelectual, artístico, político o académico, como hemos dicho más arriba, con cierto pasado “izquierdista”, nacionalista o anti-sistémico.
Su firma (arropada por decenas de “personalidades” no tan famosas u olímpicamente desconocidas) es fundamental para los objetivos del “pronunciamiento”.
De esta manera, la rúbrica en el documento por ejemplo del lingüista y activista gringo, Noam Chomsky, de la periodista y escritora mexicana Elena Paniatowskaya, del poeta chileno Raúl Zurita o del ex-presidente uruguayo José Mujica, para los impulsadores y redactores del “pronunciamiento” ya asegura “credibilidad” y amplitud mediática,
En el segundo grupo están los especialistas y académicos, que sin importar su militancia partidaria o ideológica, ni que tenga o no proyección personal mediática individual, su firma es buscada por el lugar dónde o para el cual trabajan como por ejemplo, una Universidad, un medio informativo de gran audiencia, un organismo multilateral, un centro de pensamiento estratégico o “think-tank” gringo o europeo, una institución de gobierno o Estado importante, partidos políticos, una profesión ligada a asuntos políticos, sociales, científicos, etc.
En el último grupo está cualquier prójimo. Su firma es sólo para que haga bulto y la lista de firmas sea larga. Nadie se pondrá a investigar quién es y por qué firmó el “pronunciamiento”.
Tomemos como ejemplo el último "pronunciamiento" de tales “personalidades” internacionales, publicado en un diario uruguayo (ligado al “izquierdista” Frente Popular, perdedor de las últimas elecciones presidenciales de ese país y cuyos más importantes referentes internacionales son el mencionado Pepe Mujica y el tristemente célebre Luis Almagro, Secretario General de la OEA), llamado “Brecha”, donde “extrañamente” y con bastante frecuencia se han iniciado las publicaciones digitales de varios “pronunciamientos” parecidos, que luego son amplificados, difundidos por todo el mundo por otros medios “de izquierda” o abiertamente de derecha.
Las dos últimas publicaciones, fechadas el 11 de junio y el 25 de junio del corriente (cuyo número de firmantes descendió de 200 a 140), presentan algunas particularidades que no dejan de llamar la atención:
-Un gran número de firmas de “personalidades” repiten en ambos “pronunciamientos”.
-En el del 25 de junio de un total de 140 firmantes, 103 son uruguayos. Casi todos desconocidos fuera de sus ámbitos o su país y mayoritariamente pertenecientes al Frente Popular, ONG, periodistas “de izquierda” e intelectuales de poco renombre continental.
-En este “pronunciamiento” los dirigentes de “izquierda” más conocidos son José Mujica (quien firma por primera vez un “pronunciamiento” público contra nuestro país), Mónica Xavier, presidenta del Frente Popular y la diputada feminista del mismo partido, Mariella Mazzotti que repiten en estas cartas abiertas de la “izquierda” contra el gobierno de Nicaragua.
-Los “izquierdistas” gringos, desaparecidos en el “pronunciamiento” anterior, se hacen presente en este último con la firma de poco conocidos maestros, investigadores y empleados de Universidades gringas de primera línea como Yale y otras instituciones educativas privadas que poseen institutos y cátedras especializadas en estudiar y “apoyar” a América Latina.
Los 18 “izquierdistas” gringos firmantes se reparten en las especialidades de Economía, Historia (también especialidades de nuestro “izquierdista” preso, Arturo Cruz), Antropología y Sociología (para “estudiar y tal vez corregir las malas costumbres” de los pueblos originarios) y claro, Ciencias políticas. Aclaremos, que muchos de estos doctores y másteres, son chicanos o gringos “caitudos”, procedentes (mediante becas) de toda América Latina.
-Los pocas firmas que quedan, se la reparten colombianos (país donde asesinan sin ninguna protesta internacional a campesinos y líderes sociales), mexicanos, ecuatorianos, argentinos, chilenos (donde toda la economía está privatizada), un español y una solitaria y desconocida bloguera lesbiana holandesa.
-Completamos la lista de estos airados “revolucionarios” de Starbucks con dos “izquierdistas” canadienses, que parece que no se han enterado del asesinato en masa de más de un millar y contando de niños indígenas de su país, a manos de sacerdotes católicos, con la complicidad de un Estado racista.
-En el “pronunciamiento” del 11 de junio del 2021, firmado por doscientos “izquierdistas” y simpatizantes de ese “izquierdismo”, (entre ellos derechistas “amigos” como los ex-presidentes ticos Laura Chinchilla y Oscar Arias), aparecen 102 “personalidades” súbditos del Reino de España, mayoritariamente anónimos ciudadanos vascos y catalanes, es decir los más reprimidos por ese Estado donde hoy gobierna “la izquierda” española.
Varios detalles dan indicios de que el texto del último “pronunciamiento” de intelectuales de “izquierda y personalidades públicas” también fue escrito en Nicaragua o por nicas en sus "exilios". Hasta nos parece conocido el estilo:
-Gran parte de los firmantes pertenecen al PEN Internacional cuyo capitulo en Nicaragua fue cerrado apresuradamente -sin rendir informes ante las autoridades correspondientes- por sus propios directivos el lenguaje particularmente ofensivo en contra de nuestro Presidente y vice-Presidenta.
-El uso acostumbrado del vocabulario soez y repetitivo propio de los golpistas locales y sus medios de comunicación.
-La larga y manipulada exposición sobre hechos particulares, como la supuesta “implicación y hostigamiento” en su momento de parte del Estado nicaragüense en contra el difunto Ernesto Cardenal, sin mencionar que realmente este señor fue enjuiciado por ciudadanos particulares en un pleito de corte civil.
-La firma de una nicaragüense miembro del MRS (o como se quieran llamar ahora) y directiva de la filial local de una poderosa ONG que desarrolla su labor envenenado las mentes de jóvenes, al servicio de los gringos en 35 países del llamado “Tercer mundo”.
-Y por último, que en este “pronunciamiento”, a pesar de las calumnias y medias verdades de siempre, no se atreven- como en las anteriores- a pedir sanciones contra Nicaragua, tal vez por miedo a una investigación policial por tratarse de un crimen penado en nuestro país.
Esta abierta forma de agresión no es la primera ni será la última.
Hay suficientes “descafeinados” afuera y adentro de nuestro país, pero el sólo hecho de que sigan intentando una y otra vez estas acciones basadas en la mentira y la manipulación de la verdad, nos demuestra que somos fuertes y que vamos por el camino correcto.
Aunque los vendepatrias y su coro extranjero quieran hacer creer lo contrario, nuestro país y nuestro gobierno no está solo.
Nos enfrentamos al poder del Imperialismo yanqui, pero estamos acompañados en nuestra lucha por la solidaridad de los pueblos del mundo.
Juntos somos invencibles.