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Nicaragua: ¿Periodismo independiente? ¿Defensores de la democracia? ¿Paladines de la libertad?



Me parece oportuno, dado que nos caracteriza ser una sociedad muy debatiente, hablar o plantear sobre un tema sobre el que unos ya tenemos una idea muy clara y sobre el que otros todavía discuten con los cuernos de la luna, pero que al final vale para poner las cosas en blanco y negro porque todavía hay gentes a las que se les ocurre, sobre todo en un pueblo tan abiertamente analítico como el nuestro, que aún vivimos en los tiempos que nos colonizaban con espejitos o que a estas alturas del juego nos pueden dar gato por liebre.


El periodismo y sus géneros son muy amplios. 

Laborar en un noticiario sea este en radio o televisión, hacerlo en una revista, un periódico o un sitio web de noticias, independientemente de la plataforma, son al final ocupaciones íntimamente relacionadas con la comunicación desde la cual establecemos un vínculo íntimo con la sociedad que quien es quien en el medio desde dónde trabajamos.

El trabajo que se hace desde el periodismo es en esencia una metodología para comunicar, para trasladar una idea, para recoger hechos, procesarlos, traducirlos en un relato y finalmente venderlo como cualquier producto al que terminamos llamando noticia o información y ahí entran en acción los modos de hacerlo posible a través del escrito, de la narrativa, del video o de la fotografía, y cobramos por ello.

El periodismo, al margen que sea una profesión o un oficio, pues todavía se discute si es lo uno o lo otro, lo puede ejercer cualquiera que sea médico, ingeniero, arquitecto, químico, físico o de cualquier otra profesión, pues aparentemente es fácil, pero curiosamente aquel que nació con el don del olfato noticioso, que por vocación o pasión nació para ser periodista, no puede ser otra cosa más que periodista, y aunque no tenga la afinidad para abrazar profesiones específicamente más académicas, sí y solo sí tendrá éxito si tiene un conocimiento general de historia, geografía, política, economía, sicología, sociología, amén de las especialidades que existen en esta nuestra profesión u oficio que es muy, pero muy, delicada.

Para mí el periodismo es solo periodismo y lo digo porque en las sociedades, -la nuestra por supuesto no es la excepción- hay sectores políticos que, por su propio interés, a fin de agenciarse medios que los lancen al estrellato, lo dividen entre “Periodismo Independiente y Periodismo Oficial”.

 De acuerdo a ese concepto los primeros, los llamados “independientes” son la mamacita de Tarzán mientras que los “Oficiales” somos la Chita de Tarzán.

Así las cosas los “independientes” son los que los tienen bien puestos, los que dicen la verdad, los valientes, los que están más allá del bien y del mal y son infalibles e intocables, mientras por el otro lado estamos los oficialistas, los que solo informamos cosas como la construcción de hospitales, de escuelas, de carreteras, de la seguridad que tiene el país, de la paz que se respira, de los parques que se construyen, de la electrificación y agua potable que llega al último rincón de la nación, los que promovemos el arte y la cultura y por supuesto los que defendemos al gobierno “dictatorial” que nos paga por mentir y en consecuencia somos los malos, los mediocres que decimos lo que decimos porque si no perdemos el trabajo.

Aquí en Nicaragua gracias a Dios el periodismo es una de las profesiones más seguras que se ejercen y lo digo porque en otros países, por ejemplo aquí no más en honduras o un poco más al norte en México, o si nos vamos al sur en Colombia o Brasil, no es que censuren al periodismo, es que matan a los periodistas y por decenas, mientras que aquí, decimos barbaridades de quien sea y solo hasta hace poco es que los ofendidos, los calumniados y los difamados, empezaran a hacer uso de su derecho y ya varios han sido condenados por injurias y calumnias lo que nada tiene que ver con la libertad de expresión, pero si mucho con el libertinaje porque esos tapudos irresponsables no probaron que lo difamatoriamente dicho contra gente que reaccionó ofendida, era cierto.

Habiendo hecho esta introducción quiero abordar ese concepto del llamado “PERIODISMO INDEPENDIENTE” y digo concepto porque es una imagen que quieren meternos con hacha en la cabeza porque desde el interés político de los que la usan es en internamente una plataforma para validar sus mentiras y externamente una venta envuelta en estafa para que los patrocinadores del oposicionismo en Washington no frenen sus agresiones contra la democracia efectiva que gozamos y ahora tenemos desde el hedor que expide la lavadora de dinero de lo que fue la Fundación Violeta Barrios Chamorro, sobradísimos elementos para abordar con mucha propiedad esta patraña del llamado “Periodismo Independiente”.

Siempre el concepto del llamado periodismo independiente ha sido utilizado desde la acera contraria al ejercicio del poder para fines nefastos y desde ese decir lo han vestido de valentía, con telas de heroicidad y con dignidades guerreras que pretenden consagrar que la verdad que predican es infalible, que no hay quien les meta las manos y que lo demás es simple y solamente lo demás, es decir, cualquier cosa.

En el contexto de los acontecimientos del fallido golpe de estado de 2018 una jauría de auto denominados “periodistas independientes”, generosamente aceitados por quienes les pagaban en dólares, cañonazos disparados desde la extinta, pero siempre delictiva Fundación Violeta Barrios Chamorro y en la medida que poco a poco la verdad recuperaba el espacio, que nada le pudo arrebatar, se fueron evidenciando, se fueron diluyendo, hasta que al final quedaron expuestos en sus mentiras sobre todo aquellos que se decían “periodistas independientes” porque terminaron como lo que nunca dejarán de ser: Empleados por un medio para contar la verdad del dueño en lugar de la suya y eso es algo terrible.

Este club de proclamados “periodistas independientes” en el contexto de los acontecimientos de 2018, por los cuales la sociedad entera les pasa facturas de desprecio, han hecho el más despreciable ridículo en las afueras del Ministerio Público donde han recibido sobre alfombra roja a todos esos mercenarios, dueños de medios de comunicación, venaderos que se dicen periodistas y comentaristas que juegan a políticos, que han desfilado como testigos, por ahora, para que tengan a bien decir que tengan que decir de su relación con la desaparecida Fundación Violeta Barrios Chamorro y con su ex presidenta Cristiana Chamorro, que según nos dice y muy seriamente que renunció ante la exigencia de nosotros los nicaragüenses para que sea la próxima presidenta de Nicaragua.

En las afueras de la fiscalía he visto un mosquero moviéndose agitadamente en la medida que han llegado a declarar esos a los que solamente les hace falta vestir el ya característico traje azul de los reos y lo digo porque ni ellos mismos han sido capaces de negar que fueron blanco de los cañonazos de Doña Cristiana Chamorro ante quien se abrieron el pecho para que ella disparara al corazón mercenario y con poderosos misiles.

He visto en cada una de esas escenas el cuadro de aquel delincuente que tras ser agarrado con las manos en la masa, amarrado y casi linchado por sus captores, le dice al periodista que lo entrevista que el no sabe nada, que ignora porque lo amarraron, que injustamente lo golpearon los que lo agarraron, que lo tienen detenido por puro aire y que lo único que había hecho fue recoger un celular que se le cayó a esa muchacha que llora de mentira y hasta dice que la quise apuñalar con éste cuchillo que solo ando para mi defensa porque aquí hay mucho ladrón.

Más o menos así contestaron los “periodistas independientes” que fueron llamados como testigos en la investigación formal que se sigue a Cristiana Chamorro, pero en este caso con el cuento de que la “dictadura” los quiere indiciar para afectar su libertad de expresión y de prensa y admitiendo que ellos recibieron efectivamente esos fondos, cañonazos de 45 mil dólares, para la promoción y fortalecimiento, dicen ellos, de la democracia.

Cada periodista, cada espacio, cada medio, en función de lo que es cobra por el arte que es capaz de producir y generar. Es decir independientemente de lo que crea valer un periodista no hay nada de malo cobrar, ni tampoco el monto de lo que se quiera cobrar, allá quien pague si cree que “x o y” cantidad lo vale, lo malo de todo esto es a cambio de qué se reciben montos de hasta 42 o 45 mil DO-LA-RES, dados a los mismos “paladines de la verdad” en varias ocasiones.

A mí no me vengan estos sicarios y venaderos, que cobraron por asesinar al país utilizando la mentira, la calumnia y la difamación como armas letales para poner en el poder a los distribuidores del dinero que financió el imperio para orquestar un golpe de estado, que toda esa paga, que confesamente admitieron haber recibido fue legítima, fue honrada, fue honesta y menos que su utilidad haya sido para fortalecer y promocionar la democracia porque esa es una soberana y cochina MEN-TI-RA.

Yo recibo una paga por los anuncios que vendo en mi espacio porque no me cae el maná del cielo y la publicidad que transmito es visible porque vivo de ella, pero también hay quienes tienen espacios donde no pasan un solo anuncio y los conductores de esos espacios son los que viven politiqueando a favor de lo que les dicen qué decir, que no es otra cosa que el odio concentrado que escuchamos de un oposicionismo que se creyó el cuento tan cacareadamente repetido de un enchichado comentarista que solo sabe decir “Vamos Ganando” y que reconoció que por mentir todos los días recibía mil dólares mensuales de la Cristiana Chamorro que por supuesto son solo la punta del Iceberg porque esa cifra es muy pequeña en la muela de un pingüino que sabemos anda más loco que una cabra.

Este mosquero de venaderos, donde han bambis, medianos y cachudos saben mejor que nadie que la libertad de expresión en los medios desde donde vierten sus mentiras, la deciden los propietarios de las plataformas y donde los plumarios son un cero a la izquierda y que solo ven sus notas impresas por la rotativa en tanto estas no salgan del interés que celosamente protege el propietario del periódico, es decir como exactamente hace aquí el partido de papel de la carretera norte, La Prensa S.A con cada uno de sus escribanos a los que obliga a ver como la sagrada familia a los Chamorro o como en Canal 12 a los Valle, como en Canal 14 a los Pellas o como la Corporación a los Gadea.

¿Periodismo independiente?

¿Defensores de la democracia?

¿Paladines de la libertad?

Trato de descifrar ese alto acento con que se tildan todos esos venaderos que han llegado a la Fiscalía a decir que les tiene miedo cuando lo que se desprende de ellos en realidad es el llanto frustrado de sus culpas vandálicas porque se saben descubiertos y porque moralmente por fin, al menos desde el escrutinio público ya no les vale para nada asumir el papel de víctimas porque el libertinaje con el que se amamantaron quedaron al desnudo como sediciosos caníbales que fueron capaces no solo de mentir a cambio de la paga que recibieron sino hasta de promover la quema de Radio Ya con todo y su personal adentro, lo que repitieron con Radio Nicaragua, Stereo Yes, cuando pretendieron quemar Canal 6 o simplemente como cuando promovieron y desataron el odio que nos enlutó con las cifras trágicas ya conocidas desde aquel triste 2018.

Pregunto entonces; ¿A qué “periodismo independiente” se refieren?

¿Con qué se come eso de “periodistas independientes”?

Si efectivamente lo fueran la valentía que venden les daría no solo para criticar lo malo, porque también debería servir para decir lo bueno y por lo que se ve, escucha y oye ante sus jefes, no son capaces de decir nada bueno porque hacerlo equivale a ser demeritado, corrido o en el peor de los casos a perder la asignación que mensualmente mandaban a traer cerca del terraza en Villa Fontana o en otras ONGs que funcionan para el mismo fin, por supuesto sin olvidar que el tronco madre del financiamiento a los más distinguidos y conspicuos venaderos venía de la Fundación Violeta Barrios Chamorro.

Ser político tras una pantalla, detrás de un micrófono o desde una columna no te hace “periodista independiente” porque este no existe. Existimos periodistas que somos claramente parciales, pero tratamos de decir la verdad y existen los claramente los oposicionistas que solo dicen mentiras porque su naturaleza es estar a favor de los que están en contra y en contra de los que están a favor.

Allá en el imperio cuando Donald Trump era candidato a la presidencia de su país mandó a sacar de las solapas al bravucón de Jorge Ramos en una conferencia de prensa y cuando el pelo de maíz llegó a la Casa Blanca, si de pronto aparecía un necio, inmediatamente iba para fuera y acto seguido una llamada al dueño del medio para que corriera al impertinente por andar jugando a “periodistas independiente”, algo idéntico a lo que el ingrato de Enrique Bolaños hizo cuando llamó a Fabio Gadea en Radio Corporación para que corriera a los que éramos sus más profundos críticos, en lo personal no se dio ese lujo conmigo porque renuncié antes, acción de dignidad que no le veo a ninguno de estos que se dicen “paladines de la verdad”.

Hoy es fácil hacer periodismo. Ahora se le dice cualquier peste a la fórmula presidencial y por encima tienen el descaro de declararse perseguidos políticos, aunque carguen sobre sus espaldas la muerte de 198 nicaragüenses y los graves daños periféricos que causaron.

Estos “periodistas independientes” se quejan de todo para influir según ellos ante los norteamericanos para que les den aún más plata a los insaciables dueños de medios que con el golpe frustrado hicieron el más grande negocio de todos los tiempos porque los dólares, los dólares manchados de sangre, los recogían de todas formas y de todas partes porque los recibían de la Fundación Violeta Chamorro, de la Alianza Cínica, de la USAID, de Hagamos Democracia, de las ONGs defensoras del aborto, del Departamento de Estado, de las supuestas agencias defensoras de los derechos humanos y de otras fuentes que eran un bosque de lapas verdes talado inmisericordemente por los dueños de medios de comunicación oposicionistas que se quedaron con lo mejor del pastel mientras que a los llamados “periodistas independientes” solo les dieron alguna muestra del sobrante y relamido merengue de un queque que solo era para aquellos que siguen teniendo una garganta tan profunda que ahora gime por los filetitos que ya no les puede dar Doña Cristiana.

Estos “periodistas independientes” se quejan ahora porque por donde pasan les retuercen los ojos y es que no se ponen en el lugar de los deudos de cada uno de esos familiares que desde la profundidad de su dolor les reclaman la muerte de los suyos. 

Qué descaro el de estos, además de que matan y asesinan con sus mentiras, quienes que les pongan una medalla. Estos que se dicen “periodistas independientes” cuando descubrieron que la información les resultó un negocio, entonces la verdad les dejó de ser importante.

El polaco Ryszard Kapuscinski, nacido en Bielorrusia en 1932 quien fuera historiador, escritor, ensayista, poeta y maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, fue creada y presidida por Gabriel Garcia Márquez, decía que “Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias.”

Este pensamiento nos da una idea clara de quienes por estar envenenados por el odio son un motivo suficiente para ser aborrecidos por la mayoría de un pueblo que únicamente espera que al menos pidan perdón por tanta ofensa proferida por esa miseria humana que se hace llamar “periodista independiente”

Por: Moisés Absalón Pastora.

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