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El frente antirruso gana una batalla en la UE


El frente antirruso se ha impuesto en la cumbre europea celebrada en Bruselas. Alemania y Francia habían propuesto reiniciar las reuniones bilaterales con Moscú, congeladas desde 2014. Sus aliados dinamitaron la propuesta.

Polonia, los países bálticos y otros gobiernos, como el de Holanda, echaron abajo la iniciativa de Angela Merkel y de Emmanuel Macron que, para no erizar a los más sensibles con el asunto, proponía un "diálogo exigente y ambicioso con Moscú, sin ceder en nada sobre nuestros valores", según el jefe del estado francés.

La idea de reiniciar las "cumbres" regulares con Rusia es una idea de la Canciller alemana que —apoyada por París—, ve como la ofensiva diplomática de Joe Biden puede dejar a la Unión Europea como un simple apéndice de Estados Unidos, sin fuerza diplomática soberana.

La UE, ¿apéndice de Washington?

Para la jefa de gobierno alemán, el diálogo con Moscú no debe ser una exclusiva de Washington, que además de imponer su ideario internacional sobre las relaciones con la Rusia de Vladímir Putin, pretende arrastrar a los europeos en su cruzada contra China.

La propuesta francoalemana fue presentada a última hora, sin dar mucho tiempo al estudio por parte de los 27, pero no es una excusa válida para echar abajo la idea.

Sí es cierto que creaba algo de confusión, ya que la "cumbre" europea había digerido ya el texto de su Alto Representante para las relaciones exteriores, Josep Borrell. En él se planteaban duras exigencias a Moscú, especialmente nuevas sanciones, que en la neolengua comunitaria se traduce como "medidas restrictivas adicionales". 

Borrell, además, calentó los ánimos antirrusos en su encuentro previo con el responsable de exteriores de Ucrania, que apoyó la salva de misiles contra el plan de Merkel y Macron.

Entre las voces más pragmáticas, el primer ministro belga, Alexander de Croo, se distinguió afirmando que la política rusa de la UE "no se puede limitar a sanciones y expulsiones de diplomáticos". Para el belga, habría que estudiar las condiciones para un diálogo con Rusia y decidir el formato.

EEUU agita la división en Europa

El presidente ruso, Vladímir Putin, acogió positivamente la idea de reiniciar los encuentros directos con sus vecinos europeos. Mientras tanto, el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, sigue trabajando en el servicio de post venta de la visita de Biden a Europa, agitando las desavenencias entre aliados. 

Precisamente los norteamericanos quieren insistir en que Berlín es su socio principal en la UE, lo que pone a Merkel en un brete diplomático ante sus socios y, especialmente, ante Francia.

Angela Merkel será el primer dirigente europeo en ser recibido en la Casa Blanca post- Trump. La propia Canciller puede sentirse aliviada por la renuncia de Biden a insistir sobre sanciones a las empresas participantes en el proyecto Nord Stream 2, que llevará el gas Rusia directamente a territorio alemán, pero no quiere implicar a su país en la ofensiva antichina de Joe Biden. 

Y su temor se acrecienta ante las buenas perspectivas de los Verdes alemanes ante las elecciones de septiembre. Los ecologistas defienden una dura política hacia Pekín y hacia Moscú, en una curiosa alianza objetiva con el nuevo gobierno norteamericano.

Merkel y los cobardes

Emmanuel Macron ha desempolvado su uniforme gaullista y observa el peligro provocado por el retorno de Estados Unidos a la escena internacional. 

Si el inquilino del Elíseo aplaude por una parte del America is back, y lo pronuncia en esa lengua, sabe, por otra parte, que muchos de sus socios europeos aceptan, sin una pizca de orgullo, el predominio global estadounidense, ahora travestido de progresismo. 

En definitiva, entregarse a la nueva doctrina exterior norteamericana, renunciar a su soberanía y vivir bajo protección ajena.

Algunas voces hablan ya de división europea entre países del Este y del Oeste. Angela Merkel, que asumió la derrota de su iniciativa de diálogo con Moscú, subrayó la ausencia de coraje de algunos de sus socios.

 Lo que traducido al lenguaje de la calle sería traducido más bien como cobardía.

https://mundo.sputniknews.com/20210625/el-frente-antiruso-gana-una-batalla-en-la-ue-1113540932.html

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