Cuando hablamos de poner las cartas sobre la mesa referimos un concepto metafórico para invitarnos a jugar con reglas claramente preestablecidas, para establecer normas y formas que nos conduzcan a resultados que nos pueden ser favorables o no en la medida de nuestras propias capacidades.
Poner las cartas sobre la mesa es decidir el mecanismo justo que corresponde a las bases sobre la cuales se desarrollará un partido, un juego, una competencia, donde uno será vencedor y el otro vencido y de ahí la importancia de establecer condiciones seguras para que mañana nadie se haga el gato bravo con resultados que nunca obtuvieron o que porque perdí y soy dueño de la pelota la tomo, me la llevo y se acabó el juego a sabiendas que previo al partido se establecieron reglamentos de competencia que una de las partes no respeto y de ahí que lo hablado es lo entendido.
Ahora bien, poner las cartas sobre la mesa es determinar reglas que valen lo mismo para el que tiene muchas, pero muchas posibilidades de vencer que para el que tiene menos posibilidades de ganar. Dicho de otra forma, antes de que el puntero del Pomares, los Indios del Bóer y el colero de la liga, el Madriz, salgan al terreno de juego los árbitros llaman a los capitanes y les dicen bajó qué reglas de terreno van a jugar los dos equipos y van a ser reglas válidas para ambos, aunque el mismo árbitro sepa que la tribu por el poder que tiene aplastará al que de por sí ya está en el sótano de la tabla de posiciones.
Las cartas sobre la mesa establecen condiciones de competencia y no son para favorecer a unos o para limitar a otros, sino para que ambos jueguen en un terreno donde solo el mejor ganará y eso se aplica para todo tipo de deporte como el beisbol, el futbol o el boxeo y son válidas también para los juegos de mesa como dominó, el poker o el Black Jack y por supuesto para procesos electorales como el que se nos avecina el próximo 7 de Noviembre donde nicaragüenses de uno y de otro lado decidiremos nuestro destino.
Poner las cartas sobre la mesa o que el árbitro nos lea la cuartilla nada tiene que ver con las capacidades, calidades y cualidades de los contendores y de sus equipos. En toda competencia hay buenos y malos, hay quienes saben como es la cosa y hay también que no saben ni como se llaman y a estos últimos, aunque les lancen bola pasada y bateen con un guitarrón de mariachi no son capaces de pegarle ni aun globo aerostático.
El pasado 4 de mayo la Asamblea Nacional de Nicaragua renovó en un 80% a los magistrados del Concejo Supremo Electoral que tiene como nueva particularidad al 60% de mujeres al frente y solo se reeligen a Lumberto Cambell, hombre apreciado por Sirios y Troyanos, que pasa a ser uno más entre los magistrados y a Mayra Salinas a quien se le reconoce la enorme experiencia y dominio que sobre temas electorales tiene y que igual pasa a ser una más entre el resto de sus colegas magistrados que fueron electos por nuestro parlamento de propuestas presentadas por 19 partidos políticos donde la oposición postuló a 36 y la bancada del FSLN a 8 y eso es un paso al frente por la transparencia y legitimidad.
Después de eso la Asamblea Nacional de Nicaragua hizo una profunda reforma para perfeccionar nuestro sistema electoral basado en gran medida en las recomendaciones sugeridas en el memorándum de entendimiento acordado entre la Organización de Estados Americanos y el gobierno de Nicaragua que con un alto espíritu de cogerencia incorporó en la misma reforma todos los factores dispersos que creaban vacíos innecesarios en ella y que ahora constituyen las normas de competencia a las que se deberán ceñir todos los partidos políticos o alianzas que deseen encabezas la administración del país a partir del 10 de enero de 2022.
No obstante, había que sumar a la elección del nuevo Consejo Supremo Electoral y a las reformas electorales, otro detalle importante con el que finalmente se abrió oficialmente el proceso electoral hacia el 7 de noviembre próximo y ese es el calendario que estipula las fechas y los momentos que tendrán que observar y transitar todos los partidos políticos inmersos en la campaña que se avecina y que rompe oficialmente fuegos el 21 de agosto.
El tiempo amigos no perdona, el jamás se detuvo a discutir con la necedad y a la bravuconada que cree que por caprichos todo se puede, siempre le pasó por los lados o por encima, pero nunca el tiempo perdió una sola micro milésima de su tesoro para ver hacia atrás y aquellos que jamás pasaron de ser estatuas de sal como siempre no paran de poner pelos a cualquier sopa y siguen en las mismas de siempre cuestionando incluso lo que jamás han sido capaces de leer o de conocer.
El oposicionismo que tenemos en nuestro país desde el 2007 que se supo desplazado del poder por sus propias divisiones, odios, intolerancias y falta de sentido común, siempre, siempre, fue de menos a peor y es tan consciente de su realidad que tuvo que recurrir a la pretensión de un golpe de estado en el 2018 para acariciar la idea de hacerse inconstitucionalmente de un poder que hoy por hoy sabe que jamás, al menos desde su actual composición, llegará a tener y es triste porque entonces la conclusión es que esta gente es hiperbólicamente bruta y que de cabeza lo único que tiene es una caverna craneal hueca donde habita el vacío total.
Desde el 2007 que fueron desalojados por el pueblo del poder no han hecho otra cosa que criticar a los demás y pelearse entre ellos mismos. Se la han pasado así tratando, por supuesto sin éxito, de justificar sus propios fracasos para que la conclusión de los nicaragüenses sea de que Daniel Ortega y el FLSN son los culpables del odio que gobierna a los oposicionistas.
Ni ellos mismos se creen ese cuento porque leía del propio tecleado de una reportera que es más política que periodista, que es financiada por aquellos que la convirtieron en mercenaria, decir, que Daniel Ortega ni el FSLN necesitan dividir a la llamada oposición porque ella tiene una condición indiscutiblemente suicida.
A mí nadie me va a convencer que el oposicionismo es suicida, eso lo sé porque lo conozco desde su triperío, porque se quiénes son y de qué están hechos de manera que no me extraña en lo más mínimo que después de haber exigido un nuevo Consejo Supremo Electoral, una nueva ley electoral y un calendario electoral, ahora que lo tienen, lo desconozcan y de ahí que pidieran una prórroga para extender su circo.
Ahí vi en las redes sociales donde la vida, obra, milagro y desgracias de todo el mundo se conoce, que Saturnino Cerrato, el que ahora se revuelca con los LGTB y los abortistas, después de habérsela pasado viviendo toda una vida a costa del cristianismo, pedir una prórroga desesperada a los magistrados del nuevo Consejo Supremo Electoral para la constitución de alianzas que deben ser presentadas a más tardar hoy miércoles 12 y autorizadas a más tardar el viernes 14 de mayo, aduciendo para sus efectos que el Consejo Supremo Electoral los deja manos arriba porque les es imposible acordar alianzas en horas o en pocos días cuando la verdad tuvieron años para lograrlo y al final no pudieron porque como siempre les volvió a ganar el odio.
El Consejo Supremo Electoral, como debía hacerlo, simplemente ratificó su calendario de trabajo desde las facultades administrativas y jurisdiccionales que le confiere la ley porque haber hecho otra cosa hubiese equivalido a prestarse al circo de poca monta de este oposicionismo que de lo único seguro que puede estar de sus andadas es que va dividido.
Desde hace tiempo, desde el 2007, venimos escuchando que la misión de ellos, los oposicionistas, es la de unirse y la verdad es que han pasado 14 años con ese estribillo y las restas son más que las que tenían desde el pecado original de la división y entonces francamente nunca vi cómo es que en algunas horas arreglarían sus pleitos de perros y gatos sin que el calendario electoral saliera ileso.
Pienso que el oposicionismo más bien debería sentirse agradecido con el Consejo Supremo Electoral porque si como ellos dicen los árbitros del juego del 7 próximo de noviembre forzaron para que se unieran, pues que mal por los asalariados del imperio porque dejaron ir su última oportunidad y ahora su realidad es que se quedaron sin tiempo conscientes al final que días más o días menos, no establecerían ninguna diferencia, porque de todas formas unidos o desunidos siempre estarán habitados por el odio, por los puñales, por los intereses y las ambiciones de cada quien y si algún calendario es culpable de eso son ellos mismos que no se han dado cuenta que electoralmente están muertos en vida.
¿Qué hay detrás de todo esto? Conducirnos al fraude de siempre, al que ellos siempre recurrieron para justificar sus fracasos y sus derrotas. Al borde del abismo, sin más opción que saltar al vacío, mienten en altas voces para que alguien los escuche porque sin poder hacer nada ven que se les viene encima una montaña de votos del tamaño del Monte Everest donde no quedarán de ellos ni los malos recuerdos que nos representan como traidores, vende patrias, saqueadores del estado y oportunistas de siempre.
Aquí las cartas están sobre la mesa. Digan lo que digan desde afuera los financistas del terrorismo interno las reglas están vigentes y a la Alianza Unida Nicaragua Triunfa le corresponde seguir en la misma campaña que decidió desplegar desde el 2007 construir y construir, avanzar y avanzar, unir y unir porque esa es la base de una reconciliación efectiva y auténtica que se teje con hechos y con acciones no con promesas ni con palabras y por eso estamos y por eso seguiremos.
Por: Moisés Absalón Pastora.