Pandemia de COVID-19, pocas vacunas, fronteras cerradas. No para los presidentes Iván Duque, de Colombia, y Lenin Moreno, de Ecuador, como tampoco para el ex mandatario argentino Mauricio Macri, juntos en EEUU. A ellos y otros referentes de gobiernos neoliberales en América Latina, también se sumó el titular de la OEA, Luis Almagro.
También participó el presidente de Chile, Sebastián Piñera, aunque de manera online. Con un perfil político claramente contrario a los Gobiernos y movimientos progresistas de la región, el Foro en Defensa de la Democracia en las Américas, realizado el 5 de mayo pasado en The Biltmore Hotel, de Miami. Fueron convocados por el Instituto Interamericano para la Democracia (IID), cuyo director ha sido condenado por masacres en Bolivia a principios del siglo.
Se trata de Carlos Sánchez Berzaín, quien fue ministro de Gobierno del ex presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003) durante la denominada Guerra del Gas. En 2003, el conflicto culminó en 67 muertes, mayormente por balas policiales y militares. En plena pandemia de COVID-19 y sus consecuencias económicas, ¿qué implica esta reunión de la derecha continental?
«Estoy pensando en la participación de Luis Almagro, quien cumplió un rol importante durante el golpe de Estado en Bolivia. También estaba el dueño de Infobae, Daniel Hadad, cuyo portal es uno de los medios en español más leídos en el mundo», resaltó a Sputnik el politólogo argentino Damián Andrada, que vive al este de Bolivia, en Santa Cruz de la Sierra.
¿Qué hay detrás del Foro en Defensa de la Democracia en las Américas?
Sputnik conversó con especialistas latinoamericanos sobre el panorama que se forma a partir del Foro en Defensa de la Democracia, con la participación de presidentes de la región invitados por un antiguo político vinculado a la matanza durante la guerra del Gas en Bolivia.
«Me sorprendió esta presentación en sociedad. Uno observa que hay vínculos entre algunos presidentes a partir de su ideología, pero en esta reunión ciertos sectores tuvieron la intención de mostrarse todos juntos», considera Andrada.
Todas estas figuras, reconocidas en sus respectivos países, hasta ahora habían evitado mostrarse juntas, levantando su reclamo al unísono contra lo que consideran «dictaduras del socialismo del siglo XXI», como expresó el presidente de Ecuador, Lenin Moreno.
Y notó la presencia «de figuras como Sánchez Berzaín, que fue ministro de Sánchez de Lozada durante la llamada guerra del Gas, pero luego no les quedó otra que huir del país, porque asesinaron a decenas de indígenas en octubre de 2003».
Es inédito que líderes de pasado tan sombrío se reúnan públicamente con políticos vigentes, como Macri o Duque, por mencionar a algunos. «Son sectores de la derecha continental y regional cuyos vínculos transcurrían en las sombras. No así, tan explícitamente», dijo Andrada, quien es magister en Ciencia Política y Sociología por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Argentina.
Enumeró que Sánchez Berzaín fue condenado por la Justicia de EEUU, y es prófugo de la Justicia boliviana, debido a su desempeño en las masacres de octubre de 2003, ejercidas principalmente contra el pueblo de la ciudad paceña de El Alto.
Comentó que el IID recibe financiamiento de la Atlas Network, una organización no lucrativa dedicada a evangelizar con el libre mercado. También premió a la congresista estadounidense Ileana Ros-Lehtinen, «que ha apoyado el golpe en Honduras (en 2018) y que ha tenido en la mira al Gobierno de Evo Morales (2006-2019)».
«Entonces —repuso Andrada— uno observa que este supuesto Instituto para la Democracia al final no termina siendo tan democrático».
La antítesis del Grupo de Puebla
Para el analista Gabriel Villalba, esta reunión procuró convertirse en la antítesis del Grupo de Puebla: «Al foro lo componen los personajes más representativos del neoliberalismo latinoamericano. No en vano lo clausuraron Piñera y Duque, con todo el conflicto social que atraviesan en sus respectivos países».
«Existe un denominador común entre todos estos personajes y es que defienden el neoliberalismo recalcitrante. Ellos creen fervientemente que los valores neoliberales son los valores democráticos», agregó Villalba. Pero «el neoliberalismo está siendo superado en muchas partes del mundo y de América Latina», observó.
Y detalló: «Macri no deja de ser un mal recuerdo para su propia sociedad. Piñera es un personaje que se quiere superar en Chile. Duque es otro nefasto que se quiere superar en Colombia. Ese es el denominador común de esta reunión en Miami».
Villalba consideró que la presencia de Almagro reflejó «que la OEA es el brazo operativo ‘diplomático’ de EEUU en la región. No en vano la OEA surge en contraposición a la revolución cubana (1959), siembre se ha caracterizado por contrapesar políticas de dominación imperial contra los gobiernos progresistas».
En este escenario ¿cuál es el rol del país que hospedó el foro? «Desde la Doctrina Monroe (1823), EEUU tiene una directriz política para América Latina. No en vano Colombia es el país con mayor cantidad de bases militares norteamericanas en su territorio», evidenció Villalba.
Y agregó: «No en vano EEUU gestó y gestionó el golpe de Estado en Bolivia por el litio, entre otras aristas. No en vano trata de rescatar el modelo neoliberal chileno, ni hace la guerra sucia a Pedro Castillo en Perú, acusándolo de comunista y seguidor de Hugo Chávez».
Si bien este tipo de foro no representa una amenaza para los Gobiernos elegidos democráticamente, «siempre hay que tener los ojos abiertos en esta geopolítica de dominación imperial. Ha pasado en Bolivia y en otras regiones, donde había procesos fuertes que terminaron siendo atacados por la vía judicial o la vía del golpe cívico policial militar», opinó Villalba, quien es abogado, especializado en Geopolítica.
«Sin duda no representa una amenaza fuerte esta reunión. Pero estos personajes están alineados con las directrices que da EEUU. Y Almagro es el títere mayor en torno a esta geopolítica de dominación imperial», sostuvo.
La marca del zorro
Durante sus años operativo en la política boliviana, a Sánchez Berzaín lo apodaban el zorro, por su astucia, comparable a la de este animalito. Pero quedaron lejos esos años, a principios de 2000, cuando mandó a las fuerzas policiales y militares a reprimir a su propio pueblo.
«Sánchez Berzaín es un prófugo de la Justicia boliviana, junto a Sánchez de Lozada. En su momento, como ministro de Defensa y de Gobierno, gestó lo que se denominó en Bolivia ‘la guerra del Gas’, en la cual el pueblo alteño fue acribillado por policías y militares», recordó Villalba, nacido en La Paz.
Actualmente, el exministro «ha sido reciclado por estas ONG que dicen alentar los valores democráticos. Pero son valores democráticos que impone EEUU a los pueblos latinoamericanos», evaluó.
¿Un Vox en América Latina?
La muestra de unidad de la derecha continental pretende, más bien, dar un mensaje a la población. A pesar de que muchos de ellos ya no están en el poder, todavía son fuertes y algo traman.
«Este tipo de foro busca que las ideas de la extrema derecha, que uno puede ver claramente con Vox en España, vayan cobrando dimensión aquí en América Latina», dijo Andrada. Pero «hay que ver si América Latina es una región en la cual puede florecer la extrema derecha, como ha ocurrido en Europa, donde la extrema derecha ocupa cargos en el Parlamento».
En definitiva, este foro «visibiliza que hay intereses geopolíticos apoyados por think tanks para que las extremas derechas cobren relevancia en la región, en un contexto de desigualdad, de pandemia de COVID-19, con protestas en varios países. Habrá que ver si hay espacio para esta radicalización», consideró Andrada.
Sebastián Ochoa