España, Felipe González: La impudicia de un político indecente

España, Felipe González: La impudicia de un político indecente

“Dos escenarios para la oposición Nicaragüense de cara a Noviembre 2021”


La oposición padece, según conceptualiza Pepe Mujica del “Síndrome de estupidización” cuando cultiva el odio desde hace años, exacerbado a partir del 2018, por la frustración de no haber alcanzado el poder.

  Por un momento creyeron que lo tenían en la mano.

 El odio ciego los vuelve estúpidos.

 Por eso, los crueles asesinatos que cometían lo subían a las redes en una orgía de placer y de sangre, celebrando con frenesí sus “hazañas” porque ya se sentían triunfadores. Esta exhibición pública de crímenes de odio como el de Bismarck Martínez y los cuerpos profanados, era celebrado por el rostro político compuesto por señores supuestos “académicos, empresarios, politólogos, monseñores y jóvenes diletantes de la política criolla.” Pero el sueño se les terminó bruscamente. 

Cuando uno se detiene a dar un vistazo a sus páginas encontramos toda clase de epítetos y vituperios proferidos contra aquellos que piensan distinto, y no sólo contra sandinistas, sino contra todo aquel que difiere de su concepción política, maniqueísta, su táctica de sembrar el terror por medio de falsedades, ofensas, amenazas, burlas y noticias falsas y que trata de negar la indetenible marcha y realización de logros materiales (infraestructura hospitalaria y educativa, carreteras, energía, agua potable, etc.) que son la base para el desarrollo socioeconómico del país.

Pero quiero entrar a la temática que nos ocupa en esta reflexión y que trata sobre los caminos posibles por los cuales se pueda decantar esta ”estupidizada” oposición, por ponerle un apelativo, porque una verdadera oposición debería ser propositiva con un mínimo de decencia política y patriotismo, del cual adolece. 

A. Opción de ir a las elecciones en Noviembre.

Implica para ellos cruzar el "paso del Rubicón" con las aguas revueltas. Es una ciénaga donde están empantanados. No tienen una plataforma política, una oferta socioeconómica para la población nicaragüense.

La declaración de principios que según ellos tienen, lo que hace es esconder sus profundas divisiones. Y si bien es cierto, ya se han postulado candidatos a Presidente (7 piches lo han hecho) a sabiendas que es el embajador yankee -sea el petiso Sullivan u otro- quien es el que decide y controla al circo vergonzante de la “oposición”, en la filosofía de que “cualquier mono” que pongan los gringos, éste le ganará al sandinismo.

También está el festín de las “diputaciones” verdadera joya de la corona para los saltimbanquis que a toda costa suspiran por un curul y se tiran dentelladas como fieras por el hueso que quieren roer. 

Por otro lado no tienen capacidad o músculo popular para imponer una agenda de reforma electoral a su medida, ni siquiera para "presionar" al gobierno a que se siente con ellos a negociar.

 La reforma se hará con los partidos que tengan legalidad pese a lo que digan los europeos, pese a lo que digan los gringos y pese a lo que diga la OEA. Esto es un asunto entre nicaragüenses. 

Sólo les queda la presión de la derecha fascista europea y la de los norteamericanos: “no hay dinero sino se juntan”

. Son un asco. No tienen liderazgo. Son una vergüenza nacional. Varios de ellos se creen los ungidos por el Sullivan, sobre todos los de “sangre azul”, gente que desprecia a las clases populares y que creen que pueden manipularlas. 

La mezquindad y el egoísmo campea en ellos como una bandera desarrapada. Ahí saldrá a relucir y explotar la diverticulitis política en el estercolero del protagonismo opositor. 

Y como no tienen ni fuerza moral ni popular, ya se les oye repetir como loras a los dizque analistas políticos, el cuento del apoyo internacional, que la OEA, la UE, el Tesoro, la famosa Carta y las sanciones ilegales que piden a gritos.

En conclusión, ellos se encuentran en un laberinto sin salida, remando contra el tiempo, presionados por el Tío Sam y derecha europea. 

En el caso de que asistan a la elección, ante una derrota esperada, gritarán a una sola voz la canción del fraude e intentarán tomarse las calles y el poder violentamente. 

B. La segunda opción es no participar en la contienda electoral. 

Desde hace rato han lanzado una campaña mediática de descrédito del proceso electoral y de sus autoridades con amplia resonancia internacional.

Si no se cumple con las reformas a su medida llamarán a la abstención electoral, pero esta vez con presión callejera, tratando de crear un clímax de violencia, atentados, contratando mercenarios foráneos y lo peor del lumpenado nicaragüense. 

Esto lo irán gradualmente ejecutando con mayor intensidad al acercarse la fecha electoral. Van a reeditar, según ellos, las condiciones que nos retornen a abril 2018. Pero que no se equivoquen.

Quieren repetir para Nicaragua el guion de la oposición venezolana más extremista que planificó para el 6 de diciembre 2020. 

Violencia y más violencia, descarrilar socio política y económicamente al país para abortar el proceso electoral y la posibilidad de desarrollo. 

Estas son las dos opciones que se le presentan a la oposición. Hay voces moderadas que optan por la primera al margen de las concesiones mínimas que le puedan "arrancar" al gobierno. Y está el ala más radical que opta por generar un estallido social. 

Pero el factor externo, mejor dicho el gobierno de Biden y la sonatina europea inmoral y farisaica les dará la pauta a los lacayos locales del camino a seguir. 

DUL 2 de abril 2021

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