Prestigiosos científicos, comunicadores, políticos y mandatarios famosos e influyentes de todos los colores y puntos cardinales de la geografía mundial, inclusive ciudadanos de todos los estratos sociales, están convencidos que el omnímodo poder unipolar mundial y liderazgo político e ideológico de los Estados Unidos va cediendo, muy a su pesar y cayendo a pedazos a la horizontalidad sistémica, rodeado de otros competidores que hacen todo lo que está a su alcance por ascender el podio del Capitalismo mundial.
Esta caída antes sólo anunciada en los textos de marxismo-leninismo, los más acuciosos investigadores y las mentes más desconfiadas e independientes al interior del mismo sistema, hoy es percibida inclusive por las personas comunes ( inclusive del propio país de la bandera de barras y estrellas y ciudadanos de todo el mundo) que con escepticismo u horror serán testigos o víctimas, según lo que ya se evidencia, de la onda expansiva del desplome gradual, pero constante de la economía y el sistema de valores que por doscientos años han guiado a Occidente y de alguna manera, han modelado la política, economía e ideología a escala global con contadas excepciones.
Es la caída más pronosticada y esperada por expertos y legos desde el mismo arranque del siglo pasado.
Seguramente la implosión no será abrupta, sino como una explosión con nanothermita (como en las películas y la televisión), controlada, desplomando columna por columna, viga a viga, piso a piso hasta pulverizar a la vetusta e infuncional estructura.
Por ser un proceso que aunque ya empezó, tardará años o décadas en completarse como en cámara lenta. Nuestra esperanza es que sea rápida.
Pero algo es seguro: Los enterradores del sistema (tanto del Imperialismo yanqui, como del Capitalismo global) ya nacieron. Ya caminan por este mundo y están al acecho.
El Imperialismo yanqui es “víctima”, por un lado de leyes que rigen el desarrollo de la sociedad humana, su quehacer económico, productivo y de consumo y por otro, de sus propios excesos. El Sistema capitalista va creando -sin poder evitarlo- competencia y ambición, que al multiplicarse (como lobos) se vuelven en contra de sus desgastados progenitores por el dominio de la manada. No hay antídoto para tal “falla sistémica”.
El Imperialismo británico, por ejemplo, sucumbió ante las ambiciones de las élites de sus antiguas colonias, sobre todo de la que llegaría a ser el Imperio más poderoso de la historia de la humanidad: Los yanquis, que a su vez (por interés de mercado y de expansión ideológica) ha amamantado y conducido por el camino del Capitalismo a otras naciones (en las que debemos incluir –muy a nuestro pesar- desde principio de los años setenta- a la China popular) cuyos ciudadanos ahora “necesitan” tener la misma capacidad de adquisición y consumo de los ciudadanos de la citi yanqui.
Basta recordar como los pueblos germánicos ( llamados " bárbaros" por la metrópoli imperial romana) asimilados a la cultura y excesos de los conquistadores romanos, al invadir y destruir el Imperio lo trataron de asimilar culturalmente y " reponer" política, militar y socio -económicamente.
Algo a todas luces imposibles en un mundo ahora casi totalmente expoliado de sus Recursos Naturales, tanto que según expertos, el Capitalismo mundial ha consumido ya los Recursos Naturales que deberían de ser aprovechados por quinientas generaciones de seres humanos que aún no han nacido.
Total, solitos los gringos consumen el treinta por ciento del PIB mundial.
Estamos sabidos y claros que el sistema implosiona precisamente en el país emblema y guía del Capitalismo mundial: los Estados Unidos.
La crisis financiera iniciada con la explosión de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos en el 2008 fue el inicio de la agonía del sistema financiero del Capitalismo global y que recibirá quizá la estocada final (que según el periodista e investigador, Daniel Estulin, podría iniciarse en este mismo año) con el desplome de los mercados a causa de elementos acumulados y sistémicos.
No son “fallos del sistema”, sino el inicio del fin del crecimiento, la acumulación de riquezas y deuda pública y sus muchas " burbujas" que llevarán al colapso al “Estado de bienestar” y en última instancia del sistema en sí.
Es obvio que alcanzado el lomo de la curva de crecimiento económico a mediados de los años setenta con la dolarización que dio inicio a la Globalización (“de ahí a esta parte los gringos sólo han venido sorteando crisis”) y su mayor logro político a principios de los años noventa del siglo pasado al salir con la mano alzada de la Guerra Fría contra la URSS y erigirse como Potencia unipolar, el Imperialismo yanqui hace agua, arrastrando en su vórtice de hundimiento a su sistema de valores, sus postulados políticos y sobre todo, a la ideología que por doscientos años lo ha sustentado: La ideología liberal y la democracia occidental.
Pero no nos apresuremos, pues las élites del poder factico no se irán sin intentar de cualquier forma prorrogar la “Pax americana”, de dar la pelea para evitar su máximo horror: La pérdida del control sobre, individuos, grupos sociales, pueblos y naciones.
La élite global tratando de mutar a un “nuevo Capitalismo” que prorrogue su existencia, abandona la globalización e inicia un doloroso tránsito a la desdolarización, que en principio condena al Imperialismo yanqui a la muerte.
Sin embargo nuevos peligros se ciernen sobre la sociedad humana.
Ante la previsible caída del Imperialismo yanqui como hegemón mundial, los poderes facticos globales ya proponen un “Capitalismo Inclusivo”, un nuevo pacto social donde los avances tecnológicos que conducen a la llamada “cuarta revolución industrial” posibiliten una nueva forma de control social, donde las grandes corporaciones transnacionales, principalmente de la digitalización y la comunicación ( ya convertidas en globales, sin sedes ni nacionalidad particular) suplanten a los Estados nacionales.
Un “nuevo mundo capitalista” integrado y funcional donde esos grandes avances técnicos y científicos provocados por la “revolución industrial 4.0” transformarán los procesos productivos y las relaciones de producción, que a su vez relegaran al elemento humano a ser un beneficiario pasivo y controlado por el nuevo orden.
Un " nuevo Capitalismo inclusivo" donde la política será un área exclusiva de las élites y donde también funcionará una especie de “darwinismo social” que permitirá el acceso a ese ”bienestar e inclusividad” a sólo una parte de la población, condenando a las mayorías no digitalizadas o no aptas para esta nueva forma de vida a la pobreza y exclusión que conducirá a darle otra vuelta a la tuerca de la historia, hasta aniquilar totalmente a cualquier “nueva forma" de Capitalismo.
Hollywood ha sembrado la idea ficticia y tendenciosa en las masas alienadas de que hasta en el futuro más lejano o en las colonias humanas en otros planetas y galaxias habrán sociedades regidas por el sistema clasista del Capitalismo. Así que cualquier experimento socio- económico real creado desde y por estás mismas élites, sólo será una variante maquillada, " mejorada" del mismo Sistema nacido de las revoluciones burguesas del siglo XVII.
Incluso, si con ayuda de la ciencia y nuevas tecnologías se logra -contra-natura- la " transhumanización", segregando por "mejoras" en las capacidades físicas y mentales a la población mundial, no excluirán la lucha de clases, porque tales manipulaciones no persiguen la supresión de la explotación capitalista, ni mucho menos liquidar las desigualdades sociales.
Mientras esto ya está sucediendo, los pueblos empobrecidos por este sistema oprobioso de explotación, no podemos ni debemos quedarnos con los brazos cruzados como tristes observadores, como que si nosotros no viviéramos y sufriéramos este estado de cosas y estemos “vacunados” contra los peligros que encierra esta nueva propuesta de “borrón y cuenta nueva” del Capitalismo mundial.
Por eso es importante lo que hace y propone nuestro gobierno revolucionario, patriótico y comprometido con el bienestar presente y futuro del pueblo nicaragüense.
Desarrollo y educación verdaderamente inclusiva, inversión en la juventud que garantizará la insertación a un mundo cada vez más tecnológico y a enfrentar de mejor manera los nuevos retos que la vida en el planeta y el desarrollo que la Sociedad humana demandan.
Pero para no perseguir los mismos intereses mezquinos de esa propuesta de “nuevo Capitalismo inclusivo” que las élites mundiales quieren desde hoy imponer, hay que fortalecer no sólo el conocimiento tecno-científico, sino la conciencia de clase a través de la educación revolucionaria que de complementariedad a la formación de una juventud al servicio de su pueblo y los más altos ideales de la humanidad.
Alcanzar y conservar el poder político no sólo es una prioridad para las élites del poder factico y corporativo, sino con mucha más razón y urgencia para los pueblos que luchan por la libertad, la paz, la prosperidad verdaderamente para todos.
Por eso es que debemos todos (nosotros, nuestras familias, amigos y vecinos) votar nuevamente por el Frente Sandinista de Liberación Nacional y sus candidatos.