Mientras el mundo busca la vacuna contra la COVID-19, siguen los estudios para saber dónde se inició la transmisión del virus; ahora China dice que en La India.
Un equipo de la Academia China de las Ciencias, junto con la Universidad de Fudan (Shanghái) y la de Texas (Estados Unidos), sostiene que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, probablemente se originó en La India durante el verano de 2019.
De esta forma, la investigación cuestiona que la propagación pudo ocurrir desde la ciudad china de Wuhan, donde fue reportada por primera vez la infección en humanos del nuevo coronavirus.
El estudio, que no ha sido publicado pero se encuentra disponible en el repositorio Social Science Research Network (SSRN, por sus siglas en inglés), utiliza el análisis filogenético, un estudio de cómo muta un virus, para intentar rastrear los orígenes de la COVID-19.
Los virus, como todas las células, mutan a medida que se reproducen, lo que significa que ocurren pequeños cambios en su ADN cada vez que se replican. Los científicos chinos sostienen que, por lo tanto, debería ser posible rastrear la versión original del virus encontrando la muestra con la menor cantidad de mutaciones.
En este sentido, los académicos chinos sostienen que el uso de este método descarta que el virus de Wuhan sea el original y apunta a otros ocho países: Bangladés, Estados Unidos, Grecia, Australia, La India, Italia, República Checa, Rusia y Serbia.
Sin embargo, precisan que en La India se detectaron muestras del virus muy puras, con bajas mutaciones, por lo que consideran probable que la primera transmisión hubiera tenido lugar en este país.
Esto, mientras, desde un principio, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha tratado repetidamente de vincular el virus con China llamándolo, incluso, el “virus chino” o el “virus de Wuhan”.
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