El portavoz del presidente ruso ha señalado que el opositor ya recibía instrucciones de los miembros de la CIA antes.
Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso, ha declarado este jueves que el Kremlin dispone de información de que el opositor ruso Alexéi Navalny contacta con los "servicios de inteligencia occidentales" y recibe instrucciones de la CIA.
"Efectivamente tenemos esta información, incluso puedo decir específicamente que estos días con él trabajan especialistas de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU.
No es la primera vez que le dan distintas instrucciones", ha afirmado Peskov ante los periodistas que le pidieron comentar sobre las palabras del presidente de la cámara baja del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, de que "es obvio" que Navalny trabaja con los servicios de inteligencia occidentales y actúa en sus intereses.
Navalny permaneció en coma desde el 20 de agosto tras sentirse mal durante un vuelo y fue dado de alta de la clínica Charité de Berlín, en la que estuvo ingresado 32 días, de los cuales pasó 24 en cuidados intensivos, el 22 de septiembre.
Actualmente continúa su rehabilitación en Alemania, pero ya ha asegurado que planea regresar a Rusia.
El Gobierno de Alemania anunció que el opositor ruso fue envenenado con un agente nervioso parecido al Novichok.
Así lo confirmaron los resultados de las pruebas del laboratorio especial de la Bundeswehr, que habían solicitado los médicos de la clínica Charité de Berlín, que examinaron a Navalny tras su traslado desde la ciudad rusa de Omsk.
El propio Navalny ha declarado en una reciente entrevista con Der Spiegel que detrás de su envenenamiento está Vladímir Putin y no tiene otras versiones, ya que la orden de usar o fabricar Novichok solo la pueden dar dos personas, el jefe del FSB (Servicio Federal de Seguridad de Rusia) o del SVR (Servicio de Inteligencia Extranjera), y a lo mejor el GRU (Departamento Central de Inteligencia de Rusia).
El opositor está seguro de que ninguna de estas instancias podría tomar una decisión así sin una solicitud directa del presidente.
El Kremlin, por su parte, niega las acusaciones, pone en duda la conclusión de los especialistas alemanes que detectaron la sustancia tóxica en el organismo de Navalny y enfatiza que Berlín no ha compartido con Moscú los materiales relacionados con el caso.
A mediados de septiembre, Peskov afirmó que Rusia no va a "creer en la palabra de nadie", y reprochó a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) por no compartir con las autoridades rusas los resultados de los análisis de Navalny.
"Hay demasiado absurdo en esta historia como para creer en la palabra de alguien", declaró, al agregar que "lo que podría ser una evidencia a favor del envenenamiento, por desgracia, fue llevado [de Rusia]", lo que junto con la ausencia de los resultados de los análisis limita las posibilidades de Moscú de investigar el caso, y "la cantidad de preguntas crece cada día".