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La «guerra contra el terrorismo» de Estados Unidos ha desplazado a 37 millones de personas


Durante la última semana ha surgido un considerable debate en torno a un cálculo que ayudé a producir, que muestra que las guerras que ha librado el gobierno de los EE. UU. desde los ataques del 11 de septiembre de 2001, han obligado al menos a 37 millones de personas, y quizás hasta 59 millones, a huir de sus hogares.

Como coautor del informe, elaborado para el proyecto Costs of War de la Universidad de Brown, me animó el interés generado en los medios -desde el New York Times hasta Fox News– por las millones de personas desplazadas en la «guerra global contra el terrorismo» de Estados Unidos. 

Mis coautores de la American University y yo nos dimos cuenta de que nadie, ni dentro ni fuera del gobierno de los Estados Unidos- había calculado previamente cuántas personas han desplazado estas guerras.

El informe estima de manera conservadora que ocho de las guerras de «contraterrorismo» más violentas en las que ha participado el gobierno de EE. UU. desde el 11 de septiembre (Afganistán, Irak, Libia, Pakistán, Filipinas, Somalia, Siria y Yemen) han producido 8 millones de refugiados y 29 millones de desplazados internos.

 El total de 37 millones de desplazados es más que los desplazados por cualquier guerra desde al menos el comienzo del siglo XX, excepto la Segunda Guerra Mundial.

Las críticas al informe se centraron en el grado en que el gobierno de EE. UU. es responsable del desplazamiento en los ocho países.

La gente estuvo de acuerdo en que la administración de George W. Bush lanzó las guerras en Afganistán e Irak. Sin embargo, algunos han dicho que los otros países que incluimos en nuestra estimación (Libia, Pakistán, Filipinas, Somalia, Siria y Yemen) son conflictos increíblemente complejos en los que el gobierno de Estados Unidos ha sido un combatiente menos central, por lo que es difícil decir qué papel, si lo hay, ha jugado el gobierno de los Estados Unidos en la creación del desplazamiento.

Sin embargo, el propósito de nuestro informe no es evaluar la responsabilidad relativa del desplazamiento entre diferentes actores. Nuestro informe dice claramente: «No estamos sugiriendo que el gobierno de EE. UU. o que los Estados Unidos, como país, sean los únicos responsables del desplazamiento». 

Los talibanes, las milicias iraquíes sunitas y chiítas, el Estado Islámico, Al Qaeda, el gobierno del Reino Unido y otros aliados de Estados Unidos, y Bashar al Assad comparten una responsabilidad considerable junto con otros combatientes, gobiernos y actores.

En cambio, nuestro objetivo, en la línea con otros más amplios del proyecto Costs of War, es arrojar luz sobre los costos no reconocidos de la «guerra contra el terrorismo» del gobierno de los Estados Unidos que ha durado 19 años.

Nuestro estudio se centra en los ocho países en los que el gobierno de Estados Unidos tiene una responsabilidad significativa en las guerras que ha lanzado (Afganistán y la guerra superpuesta a menudo ignorada en Pakistán provocada por la invasión de Afganistán e Irak); escalado como un combatiente importante (Libia y Siria); o intensificado mediante ataques con drones, asesoramiento en el campo de batalla, apoyo logístico, venta de armas y otra ayuda militar (Yemen, Somalia y Filipinas).

Naturalmente que estos son conflictos complejos donde muchos actores – y en muchos casos EEUU no ha sido el actor principal – han cometido la violencia que ha desplazado a las personas. 

Aun así, incluimos países más allá de Afganistán e Irak en nuestro recuento porque el gobierno de EE. UU. ha desempeñado un papel sistémico, profundo e innegable en estas «otras guerras» a través del despliegue de tropas de combate de «guerra contra el terrorismo», las contribuciones de apoyo militar, la retórica de » contraterrorismo” y los trillones de dólares que han apoyado estos esfuerzos. Tener en cuenta los efectos de la totalidad de nuestra “guerra contra el terror” es una responsabilidad que los ciudadanos estadounidenses no pueden ignorar.

Con Siria en particular, muchos lectores del informe han notado con razón la dificultad de evaluar el papel de Estados Unidos en la causa del desplazamiento. Nuevamente, no culpamos solo al gobierno de Estados Unidos por el desplazamiento de los 7.1 millones de sirios que incluimos en nuestro total. 

La profunda responsabilidad recae en otros combatientes que han desempeñado un papel más importante durante la guerra civil siria (2011-presente). Incluyen a Assad y el gobierno sirio, el Estado Islámico, los grupos rebeldes sirios, los gobiernos ruso y turco y otras fuerzas externas.

Como resultado, nuestra metodología para calcular el desplazamiento vinculado a la participación de Estados Unidos en Siria fue conservadora. Comenzamos nuestro cálculo en 2014, cuando el ejército de EE. UU. comenzó a luchar en Siria, pero podríamos haber incluido un mayor número de desplazados dado el apoyo que EE. UU. dio a los rebeldes sirios desde al menos 2013. 

Algunos argumentarían que deberíamos incluir a todos los desplazados de Siria (probablemente más de 20 millones de personas desde 2011) dado el papel de las guerras estadounidenses en Irak y Afganistán en la desestabilización del Medio Oriente y la creación del Estado Islámico y otros grupos militantes.

Nuestro cálculo también se centró estrechamente en los sirios desplazados en y desde cinco de las 14 provincias de Siria donde las fuerzas estadounidenses han combatido al Estado Islámico y operado desde bases militares desde 2014. Así es como obtenemos la cifra de 7,1 millones de desplazados, que es bastante menos de la mitad del total de las personas desplazadas de Siria. 

Es importante tener en cuenta que nuestro cálculo es una estimación basada en los mejores datos disponibles de la agencia para los refugiados de la ONU, ACNUR y otras organizaciones internacionales; las estadísticas de desplazamiento son siempre estimaciones que dan un sentido de la escala del desplazamiento más que unos recuentos precisos.

El punto más importante es que decenas de millones de personas han sido desplazadas por las guerras que el gobierno de Estados Unidos ha librado desde 2001 en nombre de la lucha contra el terrorismo.

Solo en Afganistán e Irak la población total de desplazados alcanzó los 14,5 millones. Esta suma en sí supera el desplazamiento en cualquier guerra desde principios del siglo XX, excepto la Segunda Guerra Mundial. El total de nuestro informe también incluye a 3,7 millones de paquistaníes; 1,7 millones de filipinos; 4,2 millones de somalíes; 4,4 millones de yemeníes; 1,2 millones de libios; y los 7,1 millones de sirios, todos desplazados.

En última instancia, ningún número puede transmitir la inmensidad del daño causado por el desplazamiento. 

Para las personas, familias, pueblos, ciudades, regiones y países enteros, el desplazamiento ha causado un daño incalculable a nivel físico, social, emocional y económico. Alentamos a otros a desarrollar y mejorar nuestra investigación.

Esperamos que muchos estén de acuerdo en lo fundamental: debemos centrarnos en el sufrimiento de quienes se ven obligados por la guerra a huir de sus hogares.

David Vine es profesor de Antropología en la American University en Washington, DC. Es director de la Clínica de Antropología Pública de la Universidad Americana y miembro de la junta del Proyecto Costs of war de la Universidad de Brown. 

El libro más reciente de Vine, The United States of War: A Global History of America’s Endless Conflicts, from Columbus to the Islamic State (University of California Press), se publicará el 13 de octubre.


Foto de portada: Tony Fischer – CC BY 2.0

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