La noche del 24 de agosto de 1572, por orden de Catalina de Medici, la madre del rey Carlos IX de Francia se asesinaron en masa a los protestantes franceses iniciando así la cuarta Guerra Religiosa que terminó con el ascenso al trono de Enrique IV y con una frase que pasó a la historia: "París bien vale una misa"
Es verano en Europa y el calor invade las calles de París. En la noche del 23 de agosto de 1572, se escucha el sonido de las campanas desde la iglesia San Germán-Auxerrois que da la señal para que comience el asesinato de miles de hugonotes. La ciudad se convierte en un baño de sangre.
El hecho se conoce en la historia como la Matanza San Bartolomé. Podríamos interpretar esta gran masacre como un hecho que responde únicamente a las Guerras de Religión que se produjeron en Francia y en Europa durante el siglo XVI. Pero ese no es el único objetivo de este artículo, que buscará indagar en las raíces del conflicto, examinar las razones que nos permitan entender el inicio de un hecho que se extendió por varias provincias francesas y que implicó la matanza de miles de personas.
PRELUDIO DE LA TRAGEDIA
Los primeros intentos de reforma religiosa en la Iglesia Católica francesa comenzaron en la década de 1520. Se trataba de intentos por “purificar” el sistema de culto y terminar con la práctica de conseguir dinero mediante la venta de servicios religiosos.
En esta etapa, los reformistas buscaban una transformación pacífica de las doctrinas. La reforma, en sus inicios, fue sobre todo un asunto de círculos elitistas sedientos de certezas en un siglo donde reinaba la confusión.
El objetivo de los reformistas era la restauración de la Iglesia original y no la promoción de un nuevo dogma.
Esos primeros esfuerzos de restauración provocaron un choque psicológico lo suficientemente profundo como para preparar el camino hacia eventos como la Matanza de San Bartolomé.
El movimiento hugonote que, a principios del siglo XVI era simplemente conocido en Francia como La Reforma, tenía un fuerte carácter elitista, pero el descontento religioso que representaban contaba con adeptos entre los artesanos más pobres de las ciudades donde se combinaba con los movimientos de protesta económica provocando el miedo de las clases urbanas más pudientes.
El coste de los servicios religiosos se convirtió en uno de los blancos favoritos de las críticas del movimiento, quienes trataron de transformar una de las principales atracciones del catolicismo en un asunto muy grave sobre el que lanzaban distintas acusaciones.
La doctrina religiosa hugonote tomó forma en oposición al catolicismo y se sostuvo en la defensa del retorno a las sencillas prácticas del evangelio cristiano.
La defensa de la pureza moral, los llevó a exigir la eliminación de algunos elementos de la doctrina católica: el culto a María y a los santos, la misa, las oraciones de pago por los muertos y la presencia mágica de Cristo en la sagrada comunión.
Los hugonotes insistían en el acercamiento directo a Dios. De aquí que rechazaran toda intervención semidivina. Para ellos la Virgen y los santos no tenían ninguna utilidad.
Los esfuerzos por crear una identidad protestante francesa comenzaron a tomar forma en la década de 1530. En 1536, apareció una doctrina oficial bajo la forma de L´Institution chrétienne de Juan Calvino.
A fines de la década de 1550, los franceses que adherían a la doctrina calvinista tenían mucha más influencia que 30 años antes. En esta época comenzó a llamárseles hugonotes.
Desde un comienzo debieron enfrentarse a la persecución religiosa.
La persecución se extendía por distintas ciudades francesas, salvo en los territorios que quedaron bajo el dominio hugonote.
La primera expresión de los sectores católicos oficiales sobre las divisiones religiosas se emitió en la reunión de Estados Generales de 1560. que fue la primera que tuvo lugar desde 1484.
Poco después de la apertura de los Estados Generales, en donde algunos referentes de la Iglesia Católica francesa amenazaron con la adopción de drásticas medidas para contrarrestar los movimientos sediciosos de los hugonotes, se produjo una reunión conocida como el coloquio de Poissy para resolver la disputa religiosa mediante la diplomacia. Pero en la Francia del siglo XVI las tensiones se agravaron y la búsqueda de una solución pacífica no se pudo llevar a cabo.
Este asunto llevaría a los hombres a matarse unos a otros en las interminables Guerras de Religión (1562-1698).
Las diferencias religiosas exacerbaron el conflicto entre ricos y pobres. Los enfrentamientos religiosos desembocaron en lucha de clases y la afiliación religiosa pasó a un segundo plano.
Los datos de este episodio son imprecisos y de difícil comprobación. Esto afecta no sólo a las responsabilidades y los momentos exactos de lo ocurrido, sino también al número de muertos totales. La estimación más aceptada se aproxima a los 3.000 muertos en París y entre 10.000 y 20.000 en Francia.