Según reportó RT, antes de quitarse la vida, el hombre que presuntamente mató al hijo de la juez federal que investigaba los vínculos de Deutsche Bank con el pedófilo Jeffrey Epstein apuntó como su antiguo empleador una empresa de gestión de riesgos vinculada con la inteligencia estadounidense, británica e israelí.
El domingo por la mañana, un hombre armado disfrazado de conductor de reparto se dirigió a la casa de la juez federal Esther Salas, matando a su único hijo e hiriendo gravemente a su esposo.
Horas después, un sospechoso fue reportado muerto por un aparente suicidio.
El presunto asesino fue identificado como Roy Den Hollander, un “abogado antifeminista” cuya demanda para permitir sólo hombres en el ejército de los EE.UU. había sido revisada por la juez Salas.
El abogado, ahora fallecido, de 72 años, guardaba rencor contra su ex esposa rusa y parecía estar en una cruzada personal contra lo que él llamó “Feminazis”.
La mayoría de los medios lo conocían por los quijotescos desafíos legales que emprendía contra situaciones que él interpretaba como discriminatorias contra los hombres, como las noches sólo para mujeres en los bares.
Sin embargo, algunos, como la actriz y figura de #MeToo Rose McGowan, creen que detrás de esta historia se oculta algo más que un viejo misógino desquiciado con cáncer terminal que decide auto-anularse en un estallido de violencia y notoriedad.
Después de todo, el ataque a la casa de la juez Salas ocurrió solo días después de que ella entablara una demanda presentada por los inversores del Deutsche Bank por el fracaso de la gerencia en rechazar a clientes problemáticos como el traficante sexual convicto Jeffrey Epstein.
Una especie de conexión entre ese caso y Den Hollander se encontró rápidamente en su biografía. Hace dos décadas, el abogado aparentemente estaba en Rusia, donde conoció a su ex esposa, mientras trabajaba para una firma ahora llamada Kroll Inc.
A la empresa de investigación y consultoría de riesgos se le atribuye la creación de inteligencia corporativa como una industria moderna y su fundador, Jules Kroll, la denominó “una CIA privada”. El apodo aludía al hecho de que estaba contratando fuertemente a ex agentes de agencias de inteligencia nacionales occidentales como la CIA, el MI6 y el Mossad, así como al tipo de servicios que ofrecía.
El gobierno de Boris Yeltsin había contratado a Kroll para rastrear miles de millones de dólares en riqueza nacional rusa saqueada en medio del colapso de la Unión Soviética.
Aunque esto pudo ser más bien una medida publicitaria para obtener un préstamo del FMI que una medida para capturar delincuentes, dijeron más tarde algunos miembros de la firma.
La información pública permitió el rastreo de enlaces entre Kroll Inc. y Epstein y Deutsche Bank, por lo que el campo está maduro para cualquiera que desee conectar los puntos.
Ya abundan las especulaciones de que la muerte del multimillonario en una cárcel de Nueva York el año pasado fue más que un suicidio.
Den Hollander, que comparte el mismo destino, ha vertido algo de gasolina sobre el fuego.
Fuente:
RT — Suspect in deadly attack at home of judge in Deutsche Bank-Epstein case listed firm that hired US & Israeli spies as his ex-boss.