Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Nicaragua: Tienen oro, pero no alma.



Comentaba ayer de la “danza de los millones” en la acera de los oposicionistas, que apenas resulta ser un informe inconcluso y parcial de los 20 millones de dólares que esta agencia del imperio ha recibido solo del 2018 a esta parte para la ejecución del fallido golpe, pero que no reporta lo que a manos llenas también recibieron desde el 2005 para preparar a los terroristas para el fracasado asalto del poder de hace dos años.

Igualmente comentaba que en ese millonario apoyo tampoco se contabilizaba lo que desde hace tiempo el terrorismo criollo viene recibiendo directamente de la Casa Blanca, de gobiernos europeos a través de valijas diplomáticas que siempre entran sin control, de organismos no gubernamentales, al servicio obviamente del imperio y tampoco de los sectores más fascistas de la gusanera de Miami, que no por ser menores no significa también, que no sean importantes pues a la larga son los que más gustan porque son los que se entregan en la mano y sin control.

Todo ese dinero manchado de sangre obviamente nos dice que ellos tienen un oro maldito en sus manos, pero no tienen alma y les hace falta, y no veo cómo les llegue algún día el espíritu místico de la causa, o lo que es igual, les hace falta tener alma para que algo, aunque sea una pequeña cosa les salga bien, porque todos esos pleitos de perros, esa inoperancia e incapacidad que les caracteriza, donde únicamente se resta y se divide, es la evidencia de una corrupción impresionante en un oposicionismo sin metas, sin propuestas y sin propósitos porque lo único que les interesa es vivir un estándar de vida altísimo para que los vean como de alcurnia, como aristócratas, como de sangre azul, aunque en la neta más allá de los millonarios dólares que reciben, y que no les van a durar para siempre, no tienen ni donde caer muertos.

El ideal correctamente concebido es una meta, una aspiración, un prototipo proyectado en nuestra mente que nos impulsa a ir más allá del sueño para alcanzar ese estado de confort. El ideal es el activo mental más poderoso en la mente de los guerreros que dispuestos a lograr sus propósitos, para dar sentido a la vida, se imponen como vehículo, la lucha para pasar del yo quisiera al yo tengo.

El ideal es una fijación noble de nuestro consciente porque quien lo tiene lo que lanza al futuro es un deseo propio o colectivo de bienestar, de mejoría y de amor porque lo que uno quiere para sí también debe quererlo para los demás.

Actualmente Nicaragua el bello y hermoso país que Dios nos creó con tantas bendiciones para hacerlo grande desde el ideal de nuestra mente y de nuestro corazón es víctima de una nueva ofensiva de la maldad para poner en la bandeja de sus enemigos sus logros y avances con la perversidad natural que tienen aquellos sirvientes nacionales que buscan cómo el amo extranjero les haga el favor de materializar lo que por ellos mismos no pueden porque son almas vacías, incapaces de sumar, de multiplicar, de salir de ese mundo de la división y de la resta que les impide proponer, dar respuestas o de tener alguna postura de condescendencia solidaria o cristiana con aquellos que la necesitan y que no reciben nada del patrocinio imperial.

La maldad de la que hablo es impresionantemente perversa, tiene nombres y apellidos, tiene rostros que todos conocemos y no necesito mencionarlos específicamente porque son famosos, suenan desde hace décadas jugando a ser líderes y representantes del pueblo y desde diferentes siglas están un día aquí y otro día allá, pero todos son socios de un mismo club, de una minoría que en la cotidianidad se reduce cada vez más porque no inspiran, porque no atraen, porque hay certeza de que su veneno es tóxico y altamente letal para las esperanzas de un pueblo que no los determina y que no importa lo que digan siempre serán ignorados y como nadie en la tierra que los vio nacer los escucha entonces se iban a Washington cuando podían, -ahorita no han podido por la pandemia-, a romancear con los enemigos de Nicaragua para prostituirse, para venderse, para que a cambio de las maldiciones que profieren sobre su país ir a extender la mano para que les sigan financiando sus andanzas de falsos “paladines de la libertad”, de falsos “salvadores de la patria” y de falsos “demócratas” y por esas falsas caretas es que han recibido millones a granel.

Hoy Nicaragua vive en democracia y libertad lo reconocemos la inmensa mayoría de sus ciudadanos y de sus campesinos. En el pasado sufrimos invasiones, intervenciones, dinastías, dictaduras, golpes contra el estado como el del 18 de abril del 2018 y guerras que son precisamente el origen fundamental por el cual el ideal de los nicaragüenses de bien nos llevó a la conclusión de no ver más al pasado para dejar la politiquería a un lado e ir juntos hacia la conquista del futuro para construirlo desde el presente tomando en cuenta las lecciones de la historia que ya fue escrita con océanos de sangre, la sangre de sandinistas, de contras, de liberales, de conservadores, de social cristianos, de social demócratas, de socialistas, de comunistas, de todos los nicaragüenses.

Sin embargo, una verdad tan real como la paz y la armonía que la mayoría deseamos y trabajamos por ella todos los días, es también la existencia de quienes han hecho del oposicionismo un negocio redondo que los ha llevado toda la vida a vivir de la politiquería y de la misma manera a ser tontos útiles y lacayos nacionales de aquellos enemigos naturales que desde Washington hoy ven a nuestro país como un mal ejemplo porque en la medida que dialogamos, que avanzamos y crecemos, en la medida que el mundo se entusiasma con nosotros, pese a las infamantes campañas de descrédito, y en consecuencia les inspiramos para que nos ayuden, porque somos una nación de puertas abiertas a todos los continentes, entonces en esa misma medida los que jamás se dispusieron a cambiar, los que se quedaron atrapados en la guerra fría, los que no realizan que estamos en julio de 2020, a las puertas de un 19 de julio más con un Daniel Ortega como presidente celebrando el 41 aniversario de la revolución de 1979, nos siguen torpedeando y no importa qué hagamos siempre seguirán disparándonos con el gatillo que oprimen sus asalariados en el oposicionismo con esos sinvergüenzas que han encontrado en algunos medios de comunicación y periodistas, que son parte ejecutiva de los interventores, la perfecta caja de resonancia que igual se alimenta con dólares que reciben no para ser periodistas sino mercenarios.

Nicaragua cambia, Nicaragua es otra y vivir en ella para desarrollarla, después de sentir en carne propia todas sus tragedias, es indudablemente un ideal cristiano y cuando veo a los tontos útiles de los enemigos de nuestro país vestirse de “patriotas y paladines” me indigna porque les pagan por lo que hacen, porque no tienen ningún principio, porque podrán tener los bolsillos cargados de dólares manchados de sangre, pero nunca, jamás la mística y el alma que caracteriza a la gran mayoría de los nicaragüenses que estamos del lado de esta realidad política y social que ha puesto en la vida de los que siempre fueron postergados, por las alcurnias y grandes capitales de este país, la dignidad que como ciudadanos ahora tienen.

El patriota tiene un amor infinito por su país y da la vida por la tierra que lo vio nacer a cambio de nada. El paladín es quien se distingue por sus hazañas, por su valentía y por la nobleza de su causa, pero cuando veo a uno de estos oposicionistas que leen en las encuestas como está el país, como están sus gobernantes, como estamos los gobernados, qué hacen los que mandan, que recibimos los ciudadanos, cómo nos ven desde afuera, cómo nos asiste el mundo, la libertad que tenemos para expresarnos, para ir donde queramos, de la envidiada seguridad que nos aplauden y ellos dicen todo lo contrario, solo por llevar la contraria, lo que veo es a filibusteros criollos que mes a mes van a determinados Organismos No gubernamentales a retirar sus salarios como paga por despotricar porque así algunos sectores del imperio tienen armas para orquestar sus siniestros planes sobre esta Nicaragua que no manejan, que no manipulan, que no saquean, que no es parte de sus dominios y eso es lo que les duele y les arde sin asimilar aun las históricas, épicas y desiguales victorias que nos llevaron a expulsar al norteamericano William Walker que se nos impuso como presidente y las que Zeledón y Sandino les propinaron hasta la humillación extrema cuando osaron invadirnos.

Así es que el oposicionismo se volvió un negocio redondo. Hay quienes critican a ciertos diputados que llevan hasta tres periodos repitiendo y si asumimos quiénes son entendemos que están ahí efectivamente y no por brutos, pero quienes lo dicen, con el cantadito del resentimiento, son en realidad cabecillas que han estado al frente de Organismos No gubernamentales que reciben no solo jugosos salarios para quienes los representan, sino oficinas, vehículo, chofer, gastos de representación, caja chica para proyectarse, asistentes, constantes viajes al exterior cuando podían porque la pandemia los tiene aquí ahora como venadito entre tú huerta y están desde hace años en una silla que no sueltan pero no haciendo el trabajo por el cual se les financia desde afuera sino para hacer politiquería a nombre de las causas de género, de medio ambiente, de infancia o de cualquier otra índole que al final solo son una mampara.

Esta gente en el oposicionismo no comprende o no le conviene entender que esta Nicaragua es otra y que quienes hoy la gobiernan la conducen a un proceso constante y sostenido de cambio que frente a sus enormes necesidades y demandas es legítimo y si es bueno, como efectivamente luce, no puede ser consecuente resistirlo.

El cambio vino a las vidas de la mayoría de los nicaragüenses como resultado de muchas crisis en la que todos, absolutamente todos tenemos responsabilidad por eso nuestros valores y principios deben imponernos acabar con el odio. Aceptar que la reconciliación es un proceso de sanación personal y colectiva que nos libera, Es mantener a salvo el ideal por el cual luchaste y yo luché por la libertad y soy libre; Luché por decir lo que quiero y lo digo y lo expreso; Luché por ir donde quiera y lo hago, en la medida que la pandemia me lo permita; Luché por un país de paz y la respiro; Luche por la educación, la salud y la prosperidad de mi país y lo veo; Luche por la democracia y no solo la palpo sino que todos los días hago esfuerzos para profundizarla ambientando el diálogo y nunca más la confrontación porque como la gran mayoría de mis conciudadanos cambie hacia la civilización dando gracias por decir adiós a los odios del pasado, del presente y del futuro.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

Por: Moises Absalon Pastora

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