La llevan en el alma, en cada baile y contorsión, cuando danzan en torno al palo de las cintas de color, en el verdadero Palo de Mayo, que se baila trenzando y destrenzando las coloridas cintas en tributo a Mayaya, la Diosa africana de la fertilidad de la tierra, del aire, de la bendita lluvia que provee la cosecha para la continuidad de la vida.
Es en Bluefields, Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS), donde nació esta cultura afro-caribeña en el siglo XVIII, conociéndose que desde 1870 se inició la música y el baile que hoy se le conoce en todo el mundo como Palo de Mayo, o Maypole, una ceremonia de celebración y bienvenida a la lluvia que la gente ha bailado por siglos alrededor del árbol en pedimento, para que la tierra sea más fértil al igual que las mujeres.
Fue en este ambiente que llegó a la vida en septiembre de 1964, en pleno invierno, Deborah Gail Grandison Samuel, creciendo entre los barrios Beholden y Old Bank, este último al lado de su abuela materna Lidia Samuel, con quien aprendió a hornear unas ricas galletas con coco rallado, tarea que le correspondía a ella como nieta y que su abuela le decía que cuando ella rallaba el coco, las mismas quedaban más deliciosas.
De su abuela heredaría la firmeza y fortaleza, no sólo para enfrentar el vaivén de la vida, también aprendió la condición humana de ayudar a los demás, necesitados a veces de una comida o un pan. “En la casa de mi abuela nadie se marchaba sin llevar la solución, a todo el que se acercaba le ayudaba”.
En la niñez escuchaba a las mujeres contarle a su abuela su situación de violencia que estaban enfrentando, entre ellos lo que hoy está reconocido como violencia económica y patrimonial.
En esas platicas escuchó unas palabras que no entendía en ese momento; “pena moral “, que luego supo eran lesiones psicológicas graves, recuerda la mujer negra, que luego se convirtió en luchadora en contra de la violencia hacia las féminas y defensora de las mujeres víctimas de machista irresponsables que se negaban a cumplir con el derecho alimenticio de sus hijos.
La abuela era propietaria de un comedor llamado Miss Lidia Kitchen (La cocina de Lidia), que cerró cuando se clausuró la compañía pesquera; no obstante, la panadería continuó hasta que ella falleció en 2004, pues la gente necesitada buscaba siempre algo que comer.
Fue en el Colegio Moravo que se integró a un grupo de baile de Miss Lizzie Nelson, conocida como la “embajadora cultural del Caribe”, cuyo verdadero nombre era Elizabeth Forbes Brooks, la maestra que enseñó a muchas generaciones de costeños a bailar con pasión, ritmo y emoción el verdadero Palo de Mayo, muy alejado de algunas propuestas de grupos o comparsas, donde se contorsionan cuerpos excitados con sugerencias que rayan en la vulgaridad.
Recuerda con emoción cuando bailó luciendo un corto vestido amarillo y obtuvo el título de Miss Bluefields, en 1978.
En los años 40 fue el inicio de la celebración del Maypole. La madrastra y prima del padre de Deborah, Betsy y Mary Dormán, junto a las señoras Ida Backer y Odele Malone, son consideradas como las impulsoras del original y exótico Palo de Mayo que se bailaba en el Barrio Beholden, sin llegar al contacto corporal, utilizando coloridos vestidos largos y hermosos turbantes, todas vecinas del barrio Beholden y el único varón que bailaba con ellas era Arnold Hodgson, del barrio Punta Fría, relata Grandinson.
Se cambió el nombre De adolescente tuvo la firmeza de cambiar el nombre que le pusieron sus padres; Debra, lo que derivó del hecho que una señora vecina nunca le pronunció su nombre, le decía Cebra. “No, ese no es mi nombre, cebra es un animal”, le respondía la muchacha.
Para su graduación de sexto grado le pidieron su partida de nacimiento. Por esa razón ella sin decirle nada a su madre, llegó al edificio de la Alcaldía, al Registro de las Personas. Al leer Debra le dijo a la registradora que había un error, generando una discusión con la funcionaria, cuando de pronto irrumpió al recinto el entonces espigado y flaco alcalde Pedro Bustamante Miranda, en el periodo 1976-1979 (antes del triunfo de la Revolución Sandinista), quien la conocía y al escuchar su reclamo que había un error con su nombre, le dijo “vaya ver el libro, está borroso”. Entonces accedió y de su puño y letra puso el nombre Deborah. Así ella, sin todavía ser jurista, realizó su primer acto legal.
Hace siete años, su nieta fue de vacaciones a Bluefields y al regresar le expresó que tenía dos nombres en su ciudad natal, “es que te dicen Debra”, porque sus hermanas y resto de familia le siguen llamando así.
En la juventud sandinista, milicias y batallones militares
Con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista el 19 de julio de 1979, Deborah se integró inmediatamente a la Juventud Sandinista, posteriormente a las Milicias Populares Sandinistas y en los Batallones de Reserva del Ejército, a participar en las tareas que demandaba el proceso revolucionario.
Los fines de semana salía de su casa temprano, ante el reclamo de su mamá para que dejara su habitación limpia y ordenada, porque ella asistía a los “rojo y negro”, jornadas de limpieza en los barrios donde sacaban camionadas de basura acumuladas en los predios y calles.
De su padre recuerda que desde que tuvo uso de razón él trabajaba en los Estados Unidos, y lo miraba una vez al año durante un período de un mes o dos como máximo. Lo que significa que creció en un hogar conformado por mujeres.
También fue alfabetizadora; como integrante de la Campaña Nacional de Alfabetización (CNA) le correspondió alfabetizar a una familia de “mestizos”, cuyo jefe de familia se opuso a recibir las clases.
Un día la mujer les comentó la discusión que había tenido con su esposo: “Está bien que vos te quedés bruto, pero yo no, voy a estudiar porque después podré ayudar a mis hijos con sus tareas de la escuela”, recuerda a manera de anécdota nuestro personaje.
Fue con trabajo que se ganó la militancia del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en 1988. Años antes, en 1984 participó activamente en las Juntas Receptoras de Votos (JRV), en las elecciones de ese año que arrasó el sandinismo, instaurando y fomentado desde entonces las primeras elecciones libres, transparentes y democráticas, que llevaron a la presidencia al comandante Daniel Ortega.
En 1991, con el inicio del primer gobierno neoliberal, formó parte de la estructura partidaria local y fue electa asambleísta y congresista sandinista. Desde 1999 al 2005 asumió la secretaría de la mujer en la Costa Caribe Sur. Durante ese periodo hizo mucho énfasis en la capacitación a las mujeres en el partido.
La lección humanística y hermandad de Daniel
Deborah, al igual que miles de sandinistas que no se dieron por abatidos ni vencidos, continuó un trabajo en comunidades llevando soluciones a la mayoría de la gente necesitada, muchos en extrema pobreza y sin esperanza en los gobernantes neoliberales.
Fue asignada por la dirigencia del partido para atender el programa de becas cuando el Frente Sandinista quedó casi sin diputados.
En una visita en 2001 del comandante Daniel Ortega a Bluefields, llegó gente con expectativas y esperanzas, que pedían diversos tipos de ayuda. El FSLN disponía de fondos propios para ayudar a muchachos con becas para continuar sus estudios.
Una señora llegó solicitando ayuda para que su hijo pudiera alcanzar la universidad y lograra coronar una carrera profesional. Una persona que participaba en la reunión expresó que la señora no era sandinista. La respuesta del comandante Daniel fue contundente, dejando una lección de hermandad, humanismo y solidaridad.
“La pobreza no tiene color ni bandera partidaria, afecta a unos y otros, hay que ayudarle al hijo de esta señora”, habría dicho Daniel, palabras y acción que calaron en lo más profundo del ser de Deborah, que le ratificaba que su partido, el FSLN, mantenía incólumes sus principios desde su fundación con el compromiso de luchar por los pobres de Nicaragua sin importar su condición, color, religión o partido.
Grandinson dice que el FSLN es un partido abierto de todos y todas, que siendo gobierno ha reconocido el derecho del pueblo a la educación, al trabajo, a la salud gratuita con participación comunitaria y solidaria, con amor y calor humano.
Del comandante Daniel, dice que es un líder que, gobernando desde abajo, sin ser gobierno, veló y luchó en la batalla diaria por el bienestar de la gente, sin importar si era o no sandinista o de otra ideología, porque como él mismo dijo, la pobreza no tiene partido.
A la tercera… la vencida
Una bonita experiencia vivida y recordada por Deborah es el caso de una muchacha del Bluff, ciudad portuaria en la bahía de Bluefields, que durante tres años consecutivos había solicitado una beca de estudio. Deseaba estudiar Medicina, pero no contaba con los recursos y por razones diversas a la muchacha no le favorecieron, siempre le aplazaban su solicitud y su esperanza.
En ese tiempo de los gobiernos neoliberales, existía un convenio entre el FSLN con la hermana y solidaria Cuba que garantizaba que algunos muchachos viajaran a la isla a estudiar diversas carreras, en especial Medicina.
En la etapa de los gobiernos neoliberales entregaban las becas a sus allegados por lo que algunos fueron seleccionados y virtualmente fueron de paseo sin coronar la carrera y al retornar a Nicaragua “hablaban pestes de Cuba”, relata Grandinson.
En el caso de la muchacha que durante tres años había solicitado beca, Deborah se interesó en su caso, la buscó, conversó con ella y le abrió la oportunidad y la esperanza de realizar su sueño; el resultado años después fue satisfactorio, la chavala que insistió tres veces, se convirtió en el primer expediente en Cuba, con las máximas calificaciones entre toda su promoción de médicos.
Actualmente es la doctora nefróloga Kenia Lazo, quien revierte los conocimientos de su especialidad y solidaridad en favor de los pobres enfermos que demandan de sus servicios y cuidados con calidez y calidad en su salud.
La Ley de igualdad de derechos y oportunidades
El día de la amistad y de los enamorados en Nicaragua, el 14 de febrero del 2008, con el Frente Sandinista gobernando con Daniel y Rosario a la cabeza, se constituyó en una doble celebración.
Ese día la Asamblea Nacional aprobó la Ley 648, de igualdad de derechos y oportunidades, en la que se fundamenta la igualdad, equidad, justicia, no discriminación, no violencia y el respeto a la dignidad y a la vida de las personas, constituyendo un avance fundamental en materia de derechos humanos, comenta la jurista, quien aportó su granito de arena en las mesas de discusión y análisis de la ley.
Otra ley que marcó trascendencia jurídica en derechos de igualdad y restitución de derechos a las mujeres nicaragüenses, comenta la jurista caribeña, es la Ley 50-50 aprobada en marzo del 2012, que establece una equidad de género a los partidos políticos debidamente legalizados en el que deberán de llevar candidatos masculinos y femeninos en igual proporción.
El gobierno sandinista marcó en la historia la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres, promoviendo esa equidad en los cargos públicos dentro y fuera del país, cediendo espacios que en años anteriores fueron ocupados exclusivamente por hombres, colocando a Nicaragua entre los países vanguardia en cumplimiento de los derechos de equidad de género.
De ingeniería a Derecho
Tras bachillerarse, ingresó a la Bluefields Indian & Caribbean University, conocida por sus siglas como BICU, en 1993, matriculándose en Ingeniería porque era la única carrera que ofrecían. Dos años después, cuando abrieron la carrera de Derecho, la mayoría de estudiantes saltaron de Ingeniería a Derecho, graduándose en la primera promoción en 1999.
Cuando se abrió la primera Delegación Regional para Pueblos Indígenas y Comunidades Étnicas, el 15 de abril del 2002, entró a trabajar a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.
En enero del 2006 fue nombrada Procuradora Especial de la Mujer, cargo que desempeñó con mucha satisfacción al ponerse al frente de la lucha histórica por las reivindicaciones de las mujeres por conquistar espacios que a través de los siglos las féminas han sido marginadas.
En febrero del 2018 fue diagnosticada con lupus, que no tiene cura, ha conocido a mujeres con el mismo diagnóstico y viven con el lupus desde hace muchísimos años, siempre y cuando sean disciplinadas para llevar una vida de calidad.
De pequeña escuchaba hablar a su abuela con sus amigas; “pareciera que estuviera dormida con esa sonrisa”, refiriéndose a alguna fallecida. Afirma no temer morir, porque ha dicho y hecho lo que ha querido en la vida y está preparada, por si acaso, a recibir a la muerte con una sonrisa.
PERSONAJE
Deborah Grandison Samuel
Nació el 4 de septiembre de 1964, en Bluefields.
Es Abogada y Notario Público.
Hija de Stanford Grandinson Dorman y Alicia Cecilia Samuel Rocha
Es la segunda de un total de seis hermanas.
Está casada con Oscar Danilo Hernández.
Es madre de 5 hijos, un varón y cuatro mujeres: El mayor es médico, Alexander Bent Grandison, Shana Yalitza Bent Grandison y Rose Alice Hernández Grandison graduadas en Relaciones Internacionales, Danila Desiré, Mercadeo y Publicidad y Raisa Valeria Hernández Grandison está por culminar Derecho.
El Parlamento Centroamericano le otorgó reconocimiento a los méritos como mujer insigne por los aportes al país con la Medalla Hermanas Mirabal, Las Mariposas en el año 2015.
Cuenta con una Maestría en Derecho y Desarrollo Humanos desde la perspectiva de Género. Universidad Juan Carlos de España y la Corte Suprema de Justicia de la República de Nicaragua. 2014.
Ha realizado postgrados en Oralidad con perspectivas de género, Derecho procesal penal, sobre violencia de género, Técnicas de Litigación Oral en el proceso penal, Gestión Pública y régimen de la autonomía.
Actualmente es funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores, de la República de Nicaragua.