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Dispuesto Washington a liberar rehenes ‎que detuvo para presionar al Hezbollah


Estados Unidos podría liberar en julio 13 rehenes que Washington había detenido bajo diversos ‎pretextos para presionar al Hezbollah libanés.‎

A lo largo de más de un año, Estados Unidos ha ido adoptando un complejo arsenal jurídico que le ‎permite obtener la extradición y posterior encarcelamiento en suelo estadounidense de personas ‎que ayudan –por vías completamente legales– al financiamiento del Hezbollah libanés desde ‎terceros países [1].‎

La más conocida de esas personas es el hombre de negocios congolés Kassem Tajeddine ‎‎(ver foto), arrestado en Marruecos en 2017, extraditado a Estados Unidos por «financiamiento ‎del terrorismo» y condenado por la justicia estadounidense a 5 años de cárcel. La contradicción ‎entre la gravedad de la acusación y la condena a sólo 5 años de cárcel indica que ‎se trató de un proceso montado. ‎

La familia Tajeddine es una de las mayores fortunas de la República Democrática del Congo, con ‎intereses en el sector de obras públicas, en el sector agroalimentario (Atlantic Trading Co., ‎Biscuiterie Congo Futur), en la explotación maderera (Trans-M), en la industria del plástico (Congo ‎Futur Plastic) y en el comercio nacional. 

Al igual que numerosos chiitas de origen libanés en el ‎exterior, la familia Tajeddine financia voluntariamente el Hezbollah, que constituye un partido ‎político legalmente representado en el parlamento libanés. ‎

En previsión de una eventual ruptura con Irán, el secretario general del Hezbollah, Hassan ‎Nasrallah, ha desarrollado todo tipo de empresas, principalmente en África y en Sudamérica, ‎recurriendo así a la diáspora libanesa para financiar legalmente la resistencia libanesa.‎

Contrariamente a la opinión establecida, la campaña de Estados Unidos contra la independencia ‎financiera del Hezbollah podría tener como verdadero objetivo mantener a esa formación política ‎libanesa bajo la influencia de Irán hasta que esa dependencia acabe siendo inviable. ‎

En ese caso, la liberación de los 13 rehenes retenidos en Estados Unidos –invocando ‎procedimientos tan absurdos como los utilizados antes para meterlos en la cárcel– podría ser la ‎reacción estadounidense al llamado emitido por Hassan Nasrallah para que el Líbano se acerque ‎a Rusia.

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