Pablo Antonio Gutiérrez Méndez, nicaragüense, falleció el pasado 09 de abril en el Castillo del Río San Juan, Nicaragua, producto de una infección que adquirió en una pierna mientras laboraba para la empresa piñera “Exportaciones Norteñas”, de Santa Fe de los Los Chiles, clausurada esta semana.
Asegura su familia que no tenía seguro.
Pablo Antonio Gutiérrez Méndez, ciudadana nicaragüense, indocumentado llegó a Costa Rica, hace 12 años en busca de una mejor vida. Laboró en varias empresas agrícolas, con la cual, obtenía ingresos para velar por su familia residente en el Castillo de Río San Juan, Nicaragua.
Los últimos cinco años laboró para la empresa “Exportaciones del Norteñas” en la localidad de Concho, Pocosol, San Carlos.
Mientras trabajaba sufrió un raspón en la pierna izquierda, que le ocasionó lo que los médicos nicaragüenses llamaron una celulitis infecciosa, no tratada, lo cual, hizo que la pierna prácticamente se le pudriera.
Finalmente los médicos tuvieron que amputarla. Primero una parte, luego otra y otra, ya que la infección seguía corriendo y finalmente perdió la batalla.
Murió dejando a la familia sumida en un profundo dolor e impotencia, que hoy sigue vivo en cada uno de sus miembros.
Yelixa Guitiérrez Méndez, hermana del ahora fallecido, decidió contarnos la versión de los hechos, envuelta en un llanto por el dolor de la partida de su hermano y las condiciones en que murió.
Nos atendió la llamada ayer en la noche en su casa del Castillo del Río San Juan, donde vive con su madre. Por todos, son ocho hermanos, él era el cuarto.
Dice que no quiere hablar del tema, pero al final decide hablarnos, con la voz quebrada.
“Nosotros siempre lo llamábamos y nos decía que estaba bien. Otras veces nos contaban que los trabajos eran muy duros y que muchas veces padecía hambre y frío en el campo. Él tenía dos hijos allá en Costa Rica”, cuenta su hermana
“En enero lo llamé y me dijo que estaba inhabilitado por un rasguño que había sufrido en una pierna y se le había infeccionado.
Yo le decía que fuera al médico, pero me decía no tenía seguro y que el patrón de apellido Chacón lo estaba curando con una inyecciones que le ponía. Otra vez me dijo que había ido a un Ebais y que no lo curaron.
–Nos decía que le dolía mucho la pierna, pero no podía ir Nicaragua a curarse por no perder el trabajo, ya que costaba mucho encontrar otro.
–Llegó un momento que la pierna se infeccionó mucho. Él nos decía que el patrón le había dicho que para que lo atendieran en Costa Rica, tenía que ir a Nicaragua y gestionar un pasaporte, por eso el vino aquí al Castillo.
Así tenia trabajador pierna antes de amputarla
Cuando llegó aquí la situación se complicó más, lo llevamos al Puesto de Salud, y luego al Hospital, pero ya no había mucho que hacer, los médicos tuvieron que amputarle la pierna, pero la infección siguió corriendo.
Luego le amputaron otra parte y otra parte. Se puso muy mal, al final no aguantó. Lo enterramos hace dos meses, cuenta Yelixa, entre sollozos y luego no puede más y rompe en llanto.
“Murió con la ilusión de legalizar sus documentos para tener seguro en Costa Rica, pero no pudo volver”
“Él nos decía que trabaja en la piñera arreglando productos químicos para la piña, nosotros creemos que eso ayudó a que la pierna se infeccionara más.
Pierna infectada
“Mamá esta con depresión”
Esto ha sido muy duro para familia desde la muerte de él. Mamá esta con depresión, expresa a llanto vivo.
“Nosotros no entendemos porque allá no lo llevaron a un hospital o un EBAIS para tratarle la herida de la pierna.
-Yo le digo a estas gente, que entiendan que todos somos seres humanos y merecemos se tratados como personas. Que ellos también tienen hijos, padres y hermanos y ese dolor que hoy nosotros sufrimos, ellos lo pueden llegar a sufrir.
Contó Yalixa el día de la muerte de su hermano, algunos empleados de la empresa hicieron una colecta y reunieron entre todos ₵113 mil y se lo enviaron a la familia en el Castillo para el sepelio.
Por lo demás, nadie de la piñera Exportaciones Norteñas, se comunicó con la familia, desde hace más de dos meses de su partida.
“Una señora de allá nos llamó y nos dijo que tenía una cositas que él dejó allá en Costa Rica y necesitaba entregárnosla.
Nosotros por la situación de la pandemia no hemos podido ir Costa Rica a traerlas“, cuenta entre sollozos Yalixa, quien asegura que todos los días deben vivir el recuerdo triste la muerte de su hermano. Pide justicia, ante todo y amor al prójimo ya que todos somos hermanos.
Esta una de la tantas historias que han salido a la luz, luego de la pandemia y la intervención de la autoridades en la finca agrícolas.
Historias llenas de dolor, marcadas por el sueño de miles de nicaragüenses que buscan un mejor porvenir en la Zona Norte de nuestro país.