Los aliados de EEUU se están involucrando en la campaña de Washington para acusar a China de supuestamente ocultar información sobre la epidemia del COVID-19.
Los expertos observan que Trump ya ha intentado crear una coalición contra Pekín por motivos económicos, pero ahora cree tener "cierta base moral" para hacerlo.
Australia exige que las autoridades de China presten información sobre el origen del coronavirus. En Alemania también instan a Pekín a ser abierto sobre la aparición de un nuevo tipo de coronavirus.
Un coro de voces similares en el mundo podría crecer para apoyar a EEUU contra China, opinó el experto de la Escuela Superior de Economía de Rusia, el politólogo Oleg Matvéichev, consultado por Sputnik.
"Trump ya ha intentado muchas veces crear una coalición contra China por motivos económicos. Ahora cree que supuestamente tiene algunas bases morales para unir al mundo occidental contra China por la pandemia.
Como es habitual en estas situaciones, todos los satélites de EEUU están comenzando a expresar una posición idéntica a la estadounidense".
El politólogo observó que ahora Australia se ha unido a EEUU, pero pronto lo podría hacer también el Reino Unido y varios países europeos, como Polonia los Estados bálticos, es decir, "los que están más dispuestos a hacerle coro a EEUU".
"Incluso pueden plantear este asunto en la ONU para tratar de ganar una guerra de información contra China, para convencer a toda la humanidad de que las autoridades chinas son supuestamente culpables de la epidemia.
Diga lo que diga China, lo van a tergiversar y culparán de todo a China", señaló Matvéichev.
Ciertos países occidentales, sobre todo, Estados Unidos, quedaron completamente desarmados ante la pandemia, agregó el experto. Su sistema de sanidad falló y el país comenzó a buscar culpables.
En lugar de reconocer y solucionar sus problemas, comenzaron a señalar a China con el dedo.
Mientras tanto, en febrero y a principios de marzo, cuando Occidente no tenía tales problemas, todos elogiaron a China por sus rápidas y oportunas acciones, por la información proporcionada sobre el virus, por advertir a todos los Estados del peligro de esta enfermedad.
Los médicos chinos compartieron los datos que tenían para ayudar a los especialistas de otros países en su trabajo, dijo Oleg Matvéichev.
La presión política occidental sobre China comenzó a aumentar cuando Pekín empezó a mostrar éxito en la lucha contra el virus y su economía comenzó a recuperarse de la epidemia. Mientras tanto, EEUU y Europa se convertían en focos del COVID-19 y su economía caía debido a la cuarentena.
En este contexto, comenzaron a multiplicarse los mitos sobre la responsabilidad de China de todo lo que está sucediendo en el mundo.
Varios senadores estadounidenses incluso pidieron que se castigara a China negándose a pagar las obligaciones de la deuda de Estados Unidos.
Exigieron una compensación por la pandemia de exactamente 1,2 billones de dólares, lo que coincide con la cantidad de bonos estadounidenses que posee China. La politización es obvia, observó Oleg Matvéichev.
"La idea es clara: tratar de hacer dinero con el virus también. (…)
Es muy difícil imaginarse que de alguna manera EEUU anule su deuda ante China. También socavaría la confianza en los bonos estadounidenses.
Y entonces sería difícil para el dólar ser la moneda de reserva mundial. Cambiaría seriamente todo el sistema internacional de una manera desfavorable para Estados Unidos", explicó el analista.
Ante una crisis sanitaria mundial, los países deben unirse en lugar de culparse mutuamente, y mucho menos buscar contribuciones, dijo este 20 de abril el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang.
EEUU debe entender que su enemigo no es China, sino un virus, dijo el diplomático y llamó a Washington a dejar de acusar y atacar a Pekín.
"Denigrar a otros países no permitirá recuperar el tiempo gastado y las vidas perdidas", subrayó.