El intento demócrata por destuitir a Donald Trump con un juicio en sede parlamentaria acaba en nada, y con el presidente en su mejor momento de popularidad.
El Senado de EEUU ha absuelto este miércoles a Donald Trump de los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso. La votación da carpetazo al impeachment contra el presidente, acusado de presionar a Ucrania y congelar una ayuda económica de 390 millones de dólares para forzar al Gobierno a anunciar una investigación por corrupción contra su rival político Joe Biden, candidato demócrata, y su hijo Hunter.
El presidente ha sobrevivido a ambas votaciones. En la primera, 52 de los 100 senadores han considerado que no es culpable de un delito de abuso de poder. En cuanto a la obstrucción al Congreso, 53 han votado por absolver a Trump, mientras que 47 han optado por la condena.
Solo el senador republicano Mitt Romney ha roto la disciplina de partido y ha votado a favor de condenar al presidente Trump. "Si el fracasado candidato presidencial Mitt Rommney hubiese dedicado la misma energía y enfado en derrotar al vacilante Barack Obama que la que exageradamente me dedica a mí, podría haber ganado las elecciones", ha respondido Trump a Romney en Twitter.
Had failed presidential candidate @ MittRomney devoted the same energy and anger to defeating a faltering Barack Obama as he sanctimoniously does to me, he could have won the election. Read the Transcripts!
El impeachment estaba condenado al fracaso desde su concepción, ya que se necesitan dos tercios del Senado (67 votos) para destituir al presidente. El Partido Republicano, que desde el primer momento apoyó a Trump y presentó el proceso como una acusación partidista que pretendía deshacer la voluntad popular expresada en las elecciones, controla 53 de los 100 escaños de la Cámara.
Algunos senadores republicanos han reconocido que lo que hizo Trump no estuvo bien, pero aun así han votado por su absolución. Lamar Alexander (Tennessee) afirmó el domingo que el presidente "se pasó de la raya" en el asunto ucraniano, pero añadió que debe ser la gente la que decida qué hacer al respecto. "Lamar habla por muchos de nosotros", añadió el senador Ben Sasse (Nebraska). El senador Rob Portman (Ohio) afirmó que aunque las acciones del presidente "no estuvieron bien y fueron inapropiadas, no llegan al nivel de sacar a un presidente elegido del cargo y eliminarlo de las papeletas en medio de unas elecciones".
Incluso la defensa del presidente ha utilizado un argumento similar. "El día de las elecciones, como ciudadano, permitiré que eso influya en mi decisión de a quién votar, pero no es un delito que merezca un impeachment", afirmó Alan Dershowitz, del equipo de la defensa.
Tras una investigación previa sobre el caso con decenas de testimonios de protagonistas implicados, la Cámara de Representantes votó a favor de acusar al presidente el pasado 19 de diciembre. El 21 de enero comenzó el juicio político en el Senado, que ha durado 16 días.
Mientras en el impeachment contra Bill Clinton en 1999 demócratas y republicanos se pusieron de acuerdo para fijar las normas del juicio y estas fueron aprobadas por unanimidad (100-0), en el caso contra Trump, los republicanos utilizaron su mayoría para imponer sus normas y diseñar un juicio rápido para la contención de daños. La votación del paquete de normas se aprobó por 53 votos a 47 –nadie se salió del guión impuesto por su partido–. La acusación demócrata ha presentado sus argumentos en 22 horas, mientras que a la defensa solo le han hecho falta 12.
Una de esas normas establecía que para citar a nuevos testigos se requeriría una mayoría en el Senado. Esta votación se celebró el viernes pasado y el Partido Republicano utilizó de nuevo su mayoría para acortar el juicio e impedir la presentación de pruebas y testigos adicionales. El resultado fue de 51 frente a 49, con tan solo dos senadores republicanos cambiando de bando.
Uno de esos testigos fundamentales era John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional de Trump. En pleno juicio contra el presidente, The New York Times se hizo con el borrador del nuevo libro de Bolton, en el que el exasesor cuenta que el presidente le dijo que quería mantener congelada la ayuda militar a Ucrania –390 millones de dólares– hasta que el Gobierno de Volodímir Zelenski anunciase públicamente un investigación contra su rival demócrata Joe Biden y su hijo Hunter. Esta es la acusación sobre la que se basaba todo el impeachment y que los republicanos no han querido escuchar.
La respuesta de Trump a las acusaciones de Bolton: "Le despedí porque si le hubiese escuchado, estaríamos ahora en la sexta guerra mundial y sale e inmediatamente publica un libro falso y despreciable".
Sin embargo, las acusaciones de Bolton coinciden con la declaración de otros testigos, como Gordon Sondland, actual embajador de EEUU ante la UE. "Ahora recuerdo hablar a solas con Yermak [asesor de Zelenski], a quien le dije que la reanudación de la ayuda estadounidense probablemente no ocurriría hasta que Ucrania hiciese la declaración anticorrupción que llevábamos discutiendo semanas", declaró Sondland. Yermak niega estas afirmaciones.