Pablo Gonzalez

De nuevo la importancia del concepto de «partido» en el siglo XXI


«Hoy, estamos acostumbrados a que los revisionistas utilicen la palabra «partido» como tal con mucha soltura, pero no tienen ni idea de lo que eso significa. 

Las características de una organización revisionista distan bastante de lo que concebimos los marxista-leninistas:

«No construir el partido marxista-leninista sobre el centralismo democrático, es animar a que la organización sea usurpada por sentimentalistas, oportunistas o provocadores. (...) 

Una de las tácticas históricas de los revisionistas para negar el centralismo democrático, y sus normas, ha sido este mismo fenómeno de evasión de responsabilidades de la dirección bajo la excusa de que es «exceso de democracia» e incluso una «desviación burócrata» con el fin de evitar rendir cuentas regularmente a la militancia para que pueda ser criticada. (...) 

Si el liderazgo no rinde cuentas, ni desde la aletargada militancia se piden responsabilidades, la degeneración y el colapso de la organización llega por sí solo. 

Esto lo estamos viendo día a día en este tipo de organizaciones. (...) Lo primero es que el carácter de miembros que reclutan distan bastante de ser miembros de la clase obrera ni que alberguen su moral. 

Lo segundo es que no hay un criterio selectivo a la hora de reclutar miembros sino que se recluta para engordar las filas. 

Y tercero que los miembros de la organización no dedican todo su tiempo a cuestiones de la lucha de clases sino a idioteces como hacer memes y postureo en redes sociales, a irse de fiesta, montar broncas y demás fenómenos comunes en la vida de gente de este tipo. (...)

 ¿Realiza dicha organización algún tipo de política de masas en frentes? ¡Sí, por supuesto! Participan en aquellos «frentes de masas» donde solo militan sus propios militantes (¿?). (...)

 Básicamente a que cada Comité Regional, e incluso dentro de ellos, cada célula «barra para su parcela», es un reflejo del individualismo pequeño burgués, muchas veces estas organizaciones de un partido actúan como los círculos de organizaciones no partidistas que compiten entre sí, la vocación de sus líderes por buscar reconocimiento e independencia de las directrices superiores con las que no concuerdan recuerda al espíritu de las sectas políticas. Bajo esta estructura gremial, la constitución del partido comunista como tal es imposible. (...) 

Siempre hemos criticado esas actitudes triunfalistas de creer que por tener unas pocas células con militantes y unos pocos simpatizantes se puede autocalificar a la organización como partido o se puede considerar que es una organización con influencias y consolidada, ya que esta forma de pensar irreal lleva a la autocomplacencia y a mundos de fantasía, cuando la propia realidad de medios materiales y humanos te dice que sigue habiendo mucho trabajo que hacer. 

Siempre se ha de partir de la realidad y a partir de ahí ir proponiéndose objetivos realistas, «no poner el carro delante de los caballos», cuando una organización por motivos de orgullo se niega a reconocer su debilidad y a aceptar humildemente los puntos en que deben mejorar, de ahí salen estos ejemplos como la creación de células fantasma o endebles destinadas a fracasar». (Equipo de Bitácora (M-L); Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista, 25 de septiembre de 2017)

Estas descripciones hacen bastante justicia al PCE (m-l) de la actualidad, pero no podemos aplicar todos los epítetos a dos organizaciones tan dispares como RC y el PCE (m-l), sobre todo en el tema de la militancia. 

Y es que el perfil en que se fija cada dirección para reclutar «savia nueva» y para mantener su chiringuito a flote, es bien distinto. 

Mientras desde RC se fijan en jóvenes lumpenizados o de clase alta que buscan una nueva y excitante aventura ideológica, desde el PCE (m-l) explotan las siglas del mismo y la historia antifranquista que arrastra, por tanto, en éste último, el perfil suele responder a atraer a viejos exmilitantes del PCE (m-l) de avanzada edad, mientras que en los frentes republicanos tratan de engatusar a personas de edad prematura, pero de todos modos, la juventud en este actual PCE (m-l) no ocupa un rol tan determinante como en otras organizaciones como RC o el propio PCE (r).

 Esto como hemos dicho siempre es y siempre será así, cada corriente revisionista se centra en unos rasgos que le benefician. Más ejemplos: el viejo PCE (r) se basaba en perfiles semianarquistas y de grupos nacionalistas, el PCPE o el PCOE siempre han buscado en grupos afines al viejo revisionismo prosoviético, y el actual PCE busca dentro de grupos afines al socialismo del siglo XXI, tercermundistas varios en definitiva, más feministas y ecologistas. 

Obviamente según avanza el tiempo, caen algunos regímenes en el poder y por otro lado desaparecen ciertos partidos revisionistas que jamás llegaron a tomar el poder, van surgiendo nuevas corrientes ideológicas y se fundan nuevos partidos mientras gira la rueda centrífuga del revisionismo, que parece que cada día quebranta más y más la confusión ideológica y organizativa general. 

Todo esto es normal, porque recordemos, el revisionismo nace y vive de la división, es la traición a los marxista-leninistas basado siempre en un pensamiento pseudocientífico y subjetivo, fenómenos como el arribismo o el personalismo, es tan solo el perejil de todas estas situaciones de traición y división, y responde generalmente a las propias condiciones sociales degeneradas de estos líderes. 

En España, podemos ver como al final casi todos estos grupos han hecho piña en el apoyo a corrientes revisionistas chavismo, juche, castrismo, también se prestan a ser propagandistas pagados o no del imperialismo ruso, chino y otros, pero esta unidad es a la vez una lucha recrudecida por tratar de captar a perfiles afines en un mercado con varios competidores.

El viejo PCE (m-l) decía, no sin razón, sobre la característica social de los militantes de una organización revisionista como el PCE carrillista de aquel entonces:

«La entrada multitudinaria en el partido revisionista de intelectuales pertenecientes a las clases acaudaladas –abogados, literatos, artistas, ingenieros, médicos, catedráticos, etc. así como de industriales, comerciantes, altos funcionarios e incluso algunos financieros y terratenientes– ha abierto al equipo de Carrillo las puertas de la «alta sociedad» española». (…) 

Como se ve, los métodos «nuevos» de organización –que, en efecto carecían de precedentes en los partidos comunistas pero que, en cambio tenían muchos precedentes en los partidos socialdemócratas–, estaban, en realidad destinados a meter en el partido intelectuales burgueses, carentes de sentido proletario de organización y de disciplina». (Partido Comunista de España (marxista-leninista); Adulteraciones del equipo de Santiago Carrillo, 2ª edición, 1967)

¿Pero por qué necesitan los líderes oportunistas un partido de este tipo? Porque garantiza la domesticación del partido:

«Una de las razones es que en él tienen cabida, pasando más desapercibidos, los vicios burgueses de la pandilla revisionista encastillada en la dirección, tales como el envanecimiento, el compadrazgo, la placidez, la rutina, la falta de empuje y dinamismo, la desligazón de las auténticas masas explotadas –sobre todo de las capas más pobres de la población trabajadora–, el espíritu de comodidad, el descuido por un trabajo ideológico serio, el individualismo y las rencillas personales. 

Con semejante «partidos de masas» sin lucha interna contra los vicios y las aberraciones ideológicas, sin depuración de los elementos oportunistas, sin una selección rigurosa de nuevos militantes, a lo que se va es a una amalgama socialdemócrata». (Partido Comunista de España (marxista-leninista); Adulteraciones del equipo de Santiago Carrillo, 2ª edición, 1967)

En realidad si miramos las descripciones que hacía el PCE (m-l) de los rasgos del PCE de Carrillo-Ibárruri de los años 70, veremos los mismos rasgos que empezarían a caracterizar al propio PCE (m-l) de finales de los 80 tras la muerte de Elena Ódena y la total libertad de poder para Marco-Chivite. Esto lo pudimos observar en la degeneración del mismo en el capítulo: «El PCE (m-l)... de querer ser un «partido bolchevique» a emular a un «partido menchevique».

Este marco se puede ajustar muy bien al actual PCE (m-l) refundado por Raúl Marco en 2006: un partido burocratizado, donde reina el formalismo, donde no se aplica el más mínimo aspecto democrático, lleno de líderes de avanzada edad, de profesiones liberales, sin conexión con los problemas reales de las masas trabajadoras, repitiendo una y otra vez eslóganes y tácticas que nada tienen que ver, que han dado ya variados y sonados fracasos.

Aunque el número de «viejos dinosaurios» revisionistas en la cúpula del partido es sin duda muy alto, no hay que despreciar el rol que puede ejercer en ciertas capas juveniles con poca formación que se dejan deslumbrar por el halo que estos señores propagan de sí mismos de «dilatada y abnegada militancia», creyendo los jóvenes más necios «estar reconstruyendo el antiguo PCE (m-l) y su gloria» si se afilian a él junto a estos «viejos comunistas». 

Sobre estos elementos es donde más se debe incidir, ya que su debilidad es manifiesta, y están a tiempo de ser recuperados, pero eso depende de la personalidad de cada sujeto, su tolerancia a la crítica y demás. 

¿Por qué decimos esto? Seamos claros, si los viejos exmilitantes del PCE (m-l) no se dieron cuenta de la traición de Raúl Marco y Blanco Chivite en los 80 y todavía hoy siguen en sus trece justificando a uno u otro bando, bajo un manto de sentimentalismo barato. 

Es obvio entonces, que los jóvenes de estos partidos sí tienen más posibilidades de madurar que los viejos revisionistas que llevan décadas siendo amigos y encubridores de los líderes revisionistas. Algunos aludirán, ciertamente el PCE (m-l) actual no le llega ni a la suelda del zapato al viejo PCE (m-l) pero existen veteranos y nuevos cuadros honestos. 

¿Cómo funcionan estos partidos ante la crítica?:

«Es más, cuando los revisionistas solamente responden a las críticas externas con rumorología y acusaciones sin pruebas pretendiendo ignorar la montaña de críticas argumentadas de sus rivales, al final los simpatizantes y militantes de la propia organización dudan de la capacidad de sus líderes, de sus debilidades en el debate, es entonces cuando su halo mitificado de líderes infalibles sufre una brecha, y al tiempo cae por sí solo.

 Poco a poco se van dando cuenta que para la dirección no es importante solventar los errores de la organización que se denuncian y se van acumulando, sino que todo es un teatro donde lo importante es la apariencia, para que el show, la farsa continúe pase lo que pase, para que los jefes siempre puedan seguir aprovechándose del rédito que sacan a esta estafa que han montado. 

Cuando este punto de inflexión ocurre –y tarde o temprano siempre ocurre entre los más avanzados–, algunos elementos empiezan a ver que las críticas externas no son tan descabelladas, y cuando finalmente abandonan la organización, son conscientes de que lo que advirtieron en su momento tanto las críticas internas como externas eran del todo razonables, arrepintiéndose de no haberlas hecho caso antes». (Equipo de Bitácora (M-L); Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista, 25 de septiembre de 2017)

Esto también cuenta para partidos y reductos como el PCE (m-l) actual. Como decimos siempre, la «honestidad» se demuestra ante las críticas bien argumentadas y documentadas, sean voces de dentro o fuera. 

Y este mismo documento, será leído con interés por los interesados en formarse y en mucho menor medida por los recalcitrantes revisionistas que seguramente adoptarán la táctica del avestruz; el documento caerá sobre los jefes, militancia y simpatizantes con la misma contundencia que cayeron otros documentos como el del PCE (r) o RC: a la gente que dudaba le servirá para que los defectos y dudas cuadren finalmente, les animará para regenerar de estos farsantes, avanzar en su formación ideológica, y posiblemente buscar una militancia más adecuada». (Equipo de Bitácora (M-L); Ensayo sobre el auge y caída del Partido Comunista de España (marxista-leninista), 2019)

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Las secciones anteriores referidas a los problemas fraccionales serían:





El estudio sobre los problemas y desviaciones en la concepción militar serían:



Los evidentes errores en la línea y programa serían:






La progresiva degeneración del PCE (m-l):







http://bitacoramarxistaleninista.blogspot.com/2019/11/de-nuevo-la-importancia-del-concepto-de.html

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