La mujer y Stalin
“La «liberación» es un acto histórico y no mental, y conducirán a ella las relaciones históricas, el estado de la industria, del comercio, de la agricultura…” (Karl Marx y Friedrich Engels, La ideología alemana.)
La figura de Stalin y de su etapa al frente de la URSS ha sido objeto de una deformación sistemática, la mayor parte de las publicaciones occidentales han estado y están al servicio del combate de la burguesía contra el socialismo.
En este combate contra el socialismo, la burguesía y sus aliados no han dudado en recrear la historia de la revolución de Octubre y de los bolcheviques cambiando el rigor histórico por una serie de tergiversaciones, mentiras y falsificaciones.
En la actualidad, el capitalismo está utilizando el feminismo como recurso para dividir a la clase obrera. Desde las poderosas Instituciones capitalistas se diseñan campañas por la igualdad.
Las burguesías de los distintos países incorporan a su legislación leyes contra el maltrato, declaran en sus Constituciones la igualdad y la no discriminación por razón de sexo…pero la igualdad real no llega ni puede llegar bajo el capitalismo.
“… ¡Abajo esas mentiras! ¡Abajo los mentirosos que hablan de libertad e igualdad para todos mientras existe un sexo oprimido, mientras existen clases opresoras, mientras existe la propiedad privada del capital y las acciones, mientras existe gente rica que utiliza sus excedentes de cereales para esclavizar al hambriento!
¡Nada de libertad para todos, nada de igualdad para todos, sino lucha contra los opresores y los explotadores, eliminación de toda posibilidad de oprimir y explotar! ¡Esa es nuestra consigna!” (Lenin.1919, “El poder soviético y la posición de la mujer”).
“El movimiento obrero femenino se plantea como tarea principal luchar por la igualdad económica y social de la mujer, y no solo por la igualdad formal. Lo fundamental es incorporar a la mujer al trabajo social productivo, arrancarla de la “esclavitud doméstica...”(Lenin.1920. “El Día Internacional de la Mujer”).
Durante el proceso revolucionario bolchevique, la mujer se incorporó al trabajo productivo al mismo tiempo que se fue socializando el trabajo domestico no remunerado transformándolo en trabajo comunal pagado con la creación de comedores comunitarios, guarderías, lavanderías...
Para lograr esta incorporación, se concedieron derechos laborales como el seguro de maternidad que otorgaba ocho semanas de licencia de maternidad plenamente remunerada, paros para la lactancia e instalaciones de descanso en las fábricas, servicios médicos gratuitos antes y después del parto y bonos en efectivo.
La independencia económica de la mujer era fundamental para garantizar su emancipación.
Los distintos gobiernos bolcheviques tuvieron siempre presente la cuestión de la mujer y tomaron una serie de medidas legales para mejorar su condición: se creó un departamento del partido dirigido a las necesidades de la Mujer, el Zhenotdel se declaro el aborto legal y gratuito y también el divorcio, se instauro el matrimonio civil y la unión de facto, sin registro legal, etc, se emprendió la alfabetización de la población, ya que en el imperio ruso había un 79% de analfabetos (las estadísticas no están segregada por sexos) mientras que en 1932 la alfabetización aumento a un 89,1% .(Estadísticas y datos aportados por: Grupo “Iniciativa por un gobierno responsable-Poder para el pueblo”.http://www.liveinternet.ru/users/sokol_14/post92571533/).
Pero su mayor preocupación fue integrar a la mujer en el trabajo productivo: el número de mujeres trabajadoras pasó de 423.200 en 1923 a 885.000 en 1930. (Goldman, Wendy Z.
Las mujeres en las Puertas: Género e Industria en la Rusia de Stalin)
Muchos de los intentos bolcheviques de crear más libertad para las mujeres debieron enfrentarse a la pobreza y la miseria creada por la I Guerra Mundial y por años de guerra civil.
Los bolcheviques reconocían que sin un desarrollo económico cualitativo, la construcción del socialismo era imposible y la liberación de la mujer también.
El Partido, bajo la dirección de Stalin abandonó la política de construir el socialismo “a paso de tortuga” y adoptó un plan de industrialización acelerado porque era desesperadamente necesario para la defensa de las conquistas de la revolución socialista y para que la URSS no fuera aplastada en la contienda imperialista que se vislumbraba….
El desarrollo económico resultante trajo consigo un cambio cualitativo en las condiciones de la mujer trabajadora. Para que éstas pudieran trabajar, las guarderías y los comedores prosperaron en vecindarios y fábricas.
La Unión Soviética fue el único país del siglo XX en desarrollarse pasando de un país atrasado y abrumadoramente campesino a una potencia industrial avanzada.
Esto es una confirmación del inmenso ímpetu al bienestar humano, y particularmente a la condición de la mujer, que surge de la destrucción del capitalismo y el establecimiento de una economía colectivizada y planificada.
Fue sólo gracias a este desarrollo industrial que la URSS pudo echar atrás el ataque de los ejércitos de Hitler en la Segunda Guerra Mundial y hacer frente a todas las necesidades sociales con carácter gratuito.
En la década de los 30, el Partido y diversas organizaciones sociales hicieron una campaña para inscribir a las mujeres en programas de capacitación técnica e institutos de educación superior.
También hubo campañas para lograr que las mujeres se convirtieran en conductores de automóviles, pilotos, y para llevarlas a puestos de responsabilidad y a posiciones anteriormente monopolizadas por los hombres .
Por último, en un esfuerzo por controlar y revitalizar la gestión de las fábricas, se animó a las trabajadoras a hablar públicamente sobre los problemas en el lugar de trabajo. Según las estadísticas, En 1935, las mujeres constituían el 44% de la fuerza de trabajo de la URSS y en 1937 el 50%. (B. Armstrong, notes on women in Soviet USSR).
En cuanto a las zonas rurales, Stalin, en el informe al 17 congreso del Partido de 1934 dice: “…
El progreso cultural y social en los distritos rurales se demuestra con las siguientes cifras, que aunque incompletas nos dan idea de la situación de la mujer en estos distritos: 6.000 mujeres koljosianas son presidentes de las granjas colectivas, más de 60.000 son miembros de los consejos de administración de las granjas colectivas, 28.000 son jefes de equipo, 100.000 son organizadores de enlace, 9.000 son los gerentes de las industrias lácteas de las granjas colectivas, y 7.000 son conductores de tractores” (publicado en Las mujeres y el comunismo , Lawrence & Wishart, Londres, 1950)
En la Constitución de 1936, se recogieron los avances en la construcción del socialismo; En su elaboración participaron 75 millones de personas, y se hicieron 2.5 millones de propuestas, adiciones y enmiendas.(Pravda, 25 de noviembre de 1936).
El artículo 122 de la Constitución soviética de 1936 deja en claro el compromiso hacia las mujeres de la Unión Soviética bajo Stalin: “La mujer tiene en la URSS iguales derechos que el hombre en todos los dominios de la vida económica, pública, cultural, social y política.
Garantizan el ejercicio de estos derechos la concesión a la mujer de los mismos derechos que al hombre en materia de trabajo, salario, descanso, seguros sociales e instrucción; la protección de los derechos de la madre y del niño por el Estado; la ayuda del Estado a las madres de prole numerosa y a las madres solas; la concesión a la mujer de vacaciones pagadas en caso de embarazo, y una extensa red de casas de maternidad, casas-cuna y jardines de la infancia”.
Las críticas a la política del Partido bajo la dirección de Stalin se centran en las medidas adoptadas durante la década de los 30: la supresión del Zhenotdell, la regulación del aborto y del divorcio.
Los trotskistas inciden una y otra vez en que estas decisiones fueron abordadas para abandonar la liberación de la mujer y reconstruir la familia burguesa basada en la subordinación de la mujer y argumentan: “Una ofensiva a fondo fue desatada para reconstituir la estructura familiar basada en la subordinación de la mujer.
En 1934 la sección del partido para el trabajo entre mujeres fue abolida y todas las organizaciones de masas de mujeres fueron disueltas.
El aborto fue prohibido en 1936 y se dificulto el acceso al divorcio haciéndolo prácticamente imposible.”(La mujer soviética: Una apología estalinista Spartacist en español No. 16).
Los hechos y los documentos nos demuestran: El propósito de los departamentos de las mujeres en los distintos niveles era la necesidad de elevar la conciencia política de las mujeres e inculcar en ellas el hábito de acción en el ámbito público. Implicaba la participación activa de delegadas en los departamentos de bienestar social, trabajo, educación, salud.
Este propósito, se había cumplido después de una década, en la mayoría del territorio de la URSS.
La explicación de L.Kaganovich dice textualmente: “El Zhenotdel fue necesario, y en su momento llevaba a cabo un trabajo muy importante, sin embargo, ahora la mayoría de las mujeres ya están integradas al trabajo productivo y al ámbito público, por eso no es necesario ningún organismo especial, ya que de este trabajo va a hacerse cargo el Partido.
En este momento lo fundamental es promover a la mujer no como mujer sino como un trabajador de pleno derecho, crecido y desarrollado”
Sin embargo las actividades del Zhenotdel se intensificaron y aumentaron con las llamadas “mujeres de Oriente”, los zhenotdel siguieron existiendo hasta los años 1950 en las regiones sureñas y orientales del país, donde la lucha por la liberación de la mujer fue especialmente difícil y intensa, específicamente en Asia Central Soviética.
En esta lucha el Zhenotdell jugó un papel fundamental, utilizando la industrialización y las factorías de seda del Turquestán, para que las mujeres abandonaran el velo y se integraran en el trabajo de la fábrica.
Las jóvenes trabajadoras textiles escribieron canciones sobre el nuevo significado de su vida, cuando comenzaron a trabajar en la fabrica: “Cuando emprendí el camino a la fábrica/Encontré allí un nuevo pañuelo, /un pañuelo rojo, un pañuelo de seda/¡Comprado con el trabajo de mis propias manos!/El rugido de la fábrica está en mí. /Esto me da ritmo. Esto me da energía”
Como dice Anne Louise Strong, no podemos leer lo anterior sin recordar, en contraste, la “Canción de la Camisa” de Thomas Hood, que habla de las condiciones de las primeras fábricas de Gran Bretaña: “Con dedos cansados y magullados,/Con párpados pesados y rojos,/Una mujer se sentó, en harapos nada femeninos, /A manejar su aguja y su hilo. /La puntada, la puntada, la puntada, en la pobreza, el hambre y la miseria,/Y de todos modos, con una voz de diapasón doloroso, /Cantó la canción de la camisa”.
Las mujeres eran explotadas en las fábricas capitalistas de Gran Bretaña por un salario de miseria, para el beneficio privado de unos pocos. En la URSS, las fabricas además de un medio para crear riqueza colectiva, eran un instrumento para romper los grilletes del pasado.
En 1920, el gobierno bolchevique dicta una disposición que tenía como título:”Sobre el cuidado de la salud femenina” y decía:
“El Gobierno de Trabajadores y Campesinos es consciente de este serio mal que afecta a la sociedad. El gobierno combate este mal con propaganda contra abortos dentro de las mujeres de la clase trabajadora.
Trabajando por el socialismo e introduciendo la protección de la maternidad e infancia a una escala extensa, el gobierno se siente seguro de que logrará la gradual desaparición de este mal.
Sin embargo, en la medida en que sobrevive la vieja moral del pasado y la difícil situación económica del presente todavía obliga a muchas mujeres a realizar la operación, los Comisarios del Pueblo de la Salud y la Justicia, ansiosos por proteger la salud de las mujeres y considerando que el método de la represión en este campo ha fallado enteramente en conseguir su objetivo, han decidido:
1. Permitir que la operación se realice libremente y sin ningún cargo en los hospitales soviéticos, donde se aseguren condiciones de mínimo riesgo para la operación
2. Queda absolutamente prohibido para cualquiera que no sea doctor llevar adelante esta operación.
3. Cualquier enfermera o partera encontrada culpable de realizar esta operación será privada del derecho a ejercer la profesión y será llevada a la Corte del Pueblo.
4. Un doctor que lleve adelante el aborto en su práctica privada con propósitos de ganancia será llamado a cuentas por la Corte del Pueblo
N. Semashko, Comisario del Pueblo de la Salud. Kurskii, Comisario del Pueblo de la Justicia.”
Como vemos, el lenguaje y el carácter transitorio de la Disposición, manifiestan que no se trataba de un derecho para la mujer sino de una medida de salud pública para proteger la salud femenina.
En estos años, Rusia, después de la I Guerra Mundial y de estar inmersa en la guerra civil, tenía una economía desbastada; 1920 fue un año en el que el desempleo creció, por lo que muchas mujeres recurrían al aborto por no tener las condiciones económicas para poder criar a su hijo.
Los preservativos eran difíciles de obtener como consecuencia de la guerra y del bloqueo imperialista y no existían anticonceptivos hormonales.
Tampoco existían los antibióticos, que fueron descubiertos a final de esta década, y la higiene era muy básica, por lo que los abortos realizados causaban infecciones y en muchos casos las muerte de las mujeres que los practicaban.
La legalización del aborto supuso una reducción en la mortalidad del 4% al 0,86%.
En los años posteriores, los bolcheviques tomaron todo tipo de medidas para acabar con las causas socio- económicas y educacionales, que empujaban a las mujeres a abortar: la falta de recursos económicos, apoyo en la crianza, la dificultad de acceso a los métodos anticonceptivos y la falta de conocimientos sobre la fertilidad humana.
La ley de 1936 consideraba el aborto como una medida de última opción que sólo podría llevarse a cabo si la salud de la mujer estaba en peligro o en caso de enfermedades de los progenitores.
En estos momentos existía una infraestructura bastante generalizada, que hacía de la educación y el cuidado de los hijos algo puramente social.
La penalización de los abortos realizados fuera de los supuestos establecidos por la ley, recaían exclusivamente en las personas que realizaban y presionaban a las mujeres embarazadas a tener abortos.
Esta medida fue acompañada por una batería de disposiciones de protección a la maternidad: se amplió el número de guarderías, se incrementaron los salarios y beneficios para las mujeres embarazadas o con hijos pequeños, se aplicaron sanciones penales a la discriminación laboral de las embarazadas, etc.(Goldman, Wendy Z. Las mujeres en las Puertas: Género e Industria en la Rusia de Stalin)
El divorcio sufrió una serie de transformaciones legales desde su implantación.
En un principio el divorcio se considero un como un derecho de la mujer, ya que en el Imperio Ruso la mujer era propiedad de su marido y no tenía la posibilidad de separarse de su amo.
Las primeras disposiciones sobre el divorcios son extremadamente fáciles: se podía conseguir por la voluntad de uno de los conyugues sin que el otro estuviera presente en el proceso de divorcio, esta normativa trajo muchos problemas en los tribunales y se produjeron situaciones adversas para las parejas, independientemente de su género.
Una mujer se podía ver sin recursos económicos (sobre todo en los primeros momentos del proceso revolucionario, en los que la mujer no estaba incorporada masivamente en el trabajo productivo) si su marido se divorciaba.
Para paliar este problema se introdujeron las pensiones alimenticias a favor de los hijos (hasta que el Estado pudiera hacerse cargo)….esto llevo a situaciones extremas a muchos hombres que no podían sobrevivir económicamente teniendo que mantener a varias familias.
La ley de 1936 regulariza el divorcio, exigiendo la comparecencia en el tribunal de los dos conyugues, imponiendo tarifas progresivas para los sucesivos divorcios, y el registro de los mismos.
Las tarifas eras de 75 rublos para el primer divorcio, 150 rublos para el segundo y 300 rublos para los siguientes .
El espíritu de esta ley era impedir el uso irresponsable de este derecho, que desorganizaba la vida comunitaria socialista (Schlessinger, la familia en la URSS)
La industrialización de la URSS, básica, para afrontar los problemas sociales y para no ser aniquilada por el imperialismo, necesitaba una planificación de la población a través del fortalecimiento de la unidad familiar.
Las nuevas leyes iban dirigidas a este fortalecimiento familiar para apoyar el programa de industrialización.
Pero la incorporación de la mujer al trabajo productivo, la reinversión de la ganancia social en la construcción de jardines de infancia, casas cuna, comedores comunales, lavanderías…etc., sacaron a la mujer del hogar y del trabajo domestico monótono y embrutecedor y esta situación creó una nueva base económica para una forma superior de la familia y de las relaciones entre los sexos.
La familia que se estaba construyendo era la familia socialista, basada en la igualdad de sus miembros.
Fuente;