Durante su Gobierno, el presidente Donald Trump ha puesto en marcha una serie de medidas para reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China e incrementar la producción doméstica, entre estas: terminar o renegociar los acuerdos de libre comercio, elevar los aranceles y tarifas a las importaciones chinas e incentivos para atraer los capitales estadounidenses. En respuesta, el Gobierno chino ha implementado restricciones tarifarias a las importaciones estadounidenses y en el último produjo la devaluación de su moneda para favorecer sus exportaciones y paliar el impacto de las medidas impuestas por Trump[1].
Este clima de tensión no sólo ha afectado la producción de ambas potencias, sino que implica reducciones en el comercio internacional y una mayor volatilidad financiera. La principal repercusión para los países de América Latina, es la salida de capitales y la reducción de exportaciones primarias que se refleja en la devaluación de las monedas nacionales frente al dólar.
Con una tasa de cambio de 3.431,35 pesos, Colombia experimenta la mayor devaluación del peso desde el año 2016. Si bien esta situación tiene su origen en la confrontación comercial entre China y Estados Unidos (EE. UU.), el grado de afectación está relacionado con la vulnerabilidad del país y las medidas adoptadas por el Gobierno nacional. El objetivo del presente informe es profundizar en dicha afectación y grado de vulnerabilidad.
Bajas defensas: vulnerabilidad de la economía nacional
Desde comienzos de primera década de los noventa, Colombia ha defendido una política de apertura comercial caracterizada por bajas tasas impositivas a los bienes y servicios importados. Esta política se afianzó en el 2012 con la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE. UU., y como efecto se reafirmó la vocación del país como exportador de petróleo, café, carbón y ferroníquel. Estos productos tradicionales, de escasa elaboración, representaron el 64% de la canasta exportadora del 2018 y su principal destino es EE. UU., según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Dicha estructura comercial colocó la economía nacional a merced del precio de los hidrocarburos y de las medidas que adopten los principales socios comerciales de Colombia: Estados Unidos y China. Es así como la retracción del comercio internacional experimentada desde el 2013 ha tenido como correlato la caída del precio y demanda de los productos primarios.
En el 2019 el valor de las ventas y servicios realizados al exterior cayeron un 8,7% debido, principalmente, a la disminución del precio del petróleo (en los últimos 3 meses pasó de 72 a 54 dólares) y a menores ventas de carbón[ii].
La devaluación ascendente desde el año 2015 no ha sido acompañada de un aumento de la demanda, y esto tiene que ver con una canasta exportadora compuesta esencialmente por commodities, cuyos precios dependen más del dinamismo del comercio internacional que de la tasa de cambio; es decir, Colombia no coloca el precio de sus bienes sino que es tomadora del precio internacional.
Con un peso devaluado frente al dólar al país se le dificulta sostener la demanda de importaciones que, adicionalmente, se encarecen. Esta situación es preocupante dado que, como resultado de la apertura comercial, Colombia importa no sólo bienes manufacturados, sino también productos agropecuarios, alimentos y bebidas. Es decir, el aumento de precios afectaría a maquinaria, insumos y bienes tecnológicos, pero también a productos de la canasta básica alimentaria, como el arroz, el pollo, el maíz, entre otros.
De acuerdo con la CEPAL, en este contexto los gobiernos deberían optar por políticas contracíclicas (inversión en infraestructura, ciencia y tecnología), estimular la demanda, reevaluar las deducciones tributarias, disciplinar la inversión hacia sectores productivos (generadora de empleos y de valor agregado) y mejorar las condiciones de los acuerdos multilaterales[iii].
Contrario a estas recomendaciones, ante el déficit comercial creciente Iván Duque optó, cómo lo hicieron sus antecesores, por adquisición de deuda[iv]. En marzo del 2019, según el Banco de la República de Colombia, la deuda externa alcanzó los 132.794 millones de dólares, 769 millones más que el trimestre del año anterior.
El 55,11% corresponde a deuda adquirida por el sector público, siendo una de las principales fuentes de ingreso público: el 27,7% del Presupuesto General de la Nación (PGN, vigencia 2020) proviene de deuda[v].
En cuanto a la distribución del presupuesto, el 85,7% se destinará a gastos de funcionamiento, el 8,9% al pago de servicios financieros (entre estos, la amortización de la deuda) y sólo el 5,3% a inversión.
Es decir que el Gobierno ha adquirido deuda principalmente para mantener el aparato estatal y cumplir con las obligaciones financieras, en contradicción con la promesa de campaña de disminuir el gasto en funcionamiento y en contravía de mejorar la capacidad productiva y económica del país.
Según el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, ante la devaluación del peso y el correspondiente encarecimiento de la deuda, una de las opciones es afectar la distribución del PGN para actualizar los compromisos financieros con la nueva tasa de cambio; en otras palabras, aumentar el porcentaje destinado a amortización de la deuda, afectando el rubro de inversión y de gastos de funcionamiento.
A esta posible disminución de ingresos para financiar el gasto público, se suman los resultados de la reforma tributaria -Ley de Financiamiento- cuyo eje principal fue beneficiar a los grandes capitales con exoneraciones y deducciones impositivas con el fin de aumentar la inversión y el empleo. Contrario a esas expectativas, durante el 2019 los ocupados se han reducido en 60 mil personas y los desocupados han aumentado en 71 mil personas, ubicando la tasa de desempleo en 10%.
En el lado opuesto, por cuenta de los beneficios tributarios otorgados a las empresas, en el 2020 el país dejará de recaudar 9.546 millones de pesos que se suman a los 13,7 billones que actualmente se dejan de percibir por cuenta de anteriores reformas[vi].
En cuanto a la Inversión Extranjera Directa (IED), de acuerdo al informe de Cedetrabajo, durante la gestión de Duque ésta alcanzó los 8.925 millones de dólares, mientras que por renta de factores los inversionistas han recibido 13.083 millones de dólares.
Es decir que la cuenta de la IED en Colombia es negativa: por cada dólar que ingresa se van 1,5 en renta de factores. Este tipo de capital puede catalogarse como “capital golondrina”, pues aprovecha una coyuntura económica favorable (el boom de los precios de las commodities, regulación laxa, bajos salarios) y en tiempos de recesión sale del país sin haber mejorado considerablemente la estructura productiva.
En conclusión, y como los indicadores lo evidencian: las importaciones aumentaron respecto al año anterior en 5,80%, el déficit comercial se disparó entre agosto y mayo en un 102%, el sector agropecuario tuvo un escaso aumento del 1,20% y el sector industrial de 1%.
En el Gobierno de Iván Duque no se han aplicado medidas que disminuyan la afectación de la devaluación del peso y, por el contrario, todo apunta a que esta tendrá consecuencias negativas en la calidad de vida de la población.
[1] Para profundizar en la génesis de esta confrontación recomiendo revisar el artículo América latina frente a la guerra comercial China-EE. UU.: https://www.celag.org/america-latina-frente-a-la-guerra-comercial-china-ee-uu/
[ii] Exportaciones del país terminan en negativo en el primer semestre: https://www.portafolio.co/economia/exportaciones-de-colombia-a-junio-de-2019-532203
[iii] Ver la presentación del estudio económico de ALC 2019: https://www.youtube.com/watch?v=95tGxlhzKNk
[iv] Para profundizar en el comportamiento de la deuda colombiana recomiendo revisar el artículo ¿Por qué se duplicó la deuda externa en Colombia? https://www.celag.org/se-duplico-la-deuda-externa-colombia/
[v]Presupuesto General de la Nación vigencia 2020: http://www.pte.gov.co/WebsitePTE/Documentos/PresupuestoGeneralNacion2019.pdf
[vi] Datos tomados del Balance económico del primer año de Duque realizado por Cedetrabajo.