A raiz de las contundentes celebraciones y homenajes a Donald Trump por el 75 aniversario del Desembarco en Normandia, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, advirtió que con estas celebraciones, a las cuales el presidente Vladímir Putin no fue invitado, se está «exagerando» el papel de las potencias occidentales en la II Guerra Mundial en detrimento de la Unión Soviética, cuya contribución a la victoria sobre la Alemania nazi se pretende «infravalorar». La historia es clara: el desembarco de Normandía «no tuvo un impacto fundamental en el resultado de la II Guerra Mundial», como sostiene Zajárova.
Tras las victorias del Ejército Rojo en Stalingrado y Kursk, «lo que sucedería después estaba predeterminado».
María Zajárova recuerda el argumento ampliamente esgrimido por la historiografía rusa en cuanto a que Moscú se cansó de esperar la apertura del Segundo Frente y culpa al Reino Unido y a EEUU de «haber retrasado tres años» esa decisión que al final se terminó adoptando el 6 de junio de 1944.
«La apertura del Segundo Frente, incluso teniendo en cuenta las fechas finales, debería haber facilitado las acciones de combate de las unidades del Ejército soviético. Sin embargo, en la práctica, fue necesario ayudar a los aliados occidentales que fueron derrotados por los nazis en las Ardenas», aseguró Zajárova.
En la época soviética y desde que Putin dirige el país se prodiga en general y se enseña en las escuelas rusas que fue el Ejército Rojo el que logró la victoria sobre los nazis, no los americanos ni los ingleses y mucho menos los franceses. Moscú considera que el peso de la contienda recayó en primer lugar sobre los soviéticos, cuyo balance de muertos fue con diferencia el más abultado entre todos los países involucrados en el gran conflicto: 22 millones de rusos.
La historia no debe olvidarse.
1. La URSS fue, de lejos, el país que más sufrió durante la II Guerra Mundial, al menos en términos absolutos (en términos relativos fue Polonia la más castigada): 24 millones de combatientes y civiles rusos murieron durante la guerra, comparados con 450.000 ingleses y 420.000 estadounidenses.
2. El 93% de las bajas del ejército alemán se produjeron en el frente ruso.
3. En los seis meses que duró la batalla de Stalingrado murieron 2 millones de soldados y civiles, una cifra que iguala a los muertos de Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Holanda durante toda la conflagración.
Los propios alemanes asumieron que el principio del fin del Reich empezó el día que Hitler cometió el monumental error estratégico de saltarse el pacto de no agresión firmado en 1939 con Stalin y atacar la URSS. Joachim von Ribbentrop, el ministro de exteriores de Hitler que dio nombre -junto a su homólogo Molotov– al citado pacto enumeró años después los tres principales motivos de la derrota de Alemania:
1. La inesperada resistencia de la Unión Soviética.
2. El suministro de armas y equipamiento a gran escala por parte de EE.UU. a la URSS.
3. El éxito de los aliados en el pulso por la supremacía aérea.
Y, sin embargo… Muchos siguen pensando que la Guerra Mundial se decidió en Normandía. Obviamente, el desembarco de Normandía fue la puntilla a la Wehrmacht, que se había desangrado durante cuatro eternos años en el frente oriental. La encuesta a la que hacía mención arriba tuvo su réplica en 2015 en otros países que sufrieron la contienda, con resultados análogos: Estados Unidos es casi siempre el ganador “moral” de la II Guerra Mundial, especialmente para los propios norteamericanos -como es lógico- pero también para los propios alemanes (37%), franceses, daneses y suecos. Sólo ingleses y noruegos atribuyen a ¡Inglaterra! el mayor peso en la derrota nazi.
En resumen y como me dijo en su día el recordado Daniel Wagman, un norteamericano disidente de la propaganda de su país: “Estados Unidos remató la II Guerra Mundial, pero la URSS puso los muertos”.
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