El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Carlos Roberto Tohom, personaje con fuertes nexos con el negocio del narcotráfico en Guatemala, sería quien organizó la salida abrupta del país de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y no el presidente como se llegó a creer inicialmente.
Las actividades delictivas de este señor ejemplifican el carácter criminal y la impunidad con la que obran los funcionarios públicos al servicio del Estado guatemalteco.
En 2010, Carlos Tohom Escobar fungía como secretario en el Tribunal Disciplinario del Distrito de Occidente en el departamento de Quetzaltenango.
En sus inicios en los negocios, Tohom Escobar fue transando expedientes disciplinarios de policías que estaban sujetos a procedimientos por infracciones muy graves, a quienes les ofrecía, cobrando desde Q10 mil si les reducía el caso a infracción grave y Q15 mil si archivaba el caso definitivamente. Una actividad lucrativa en ese entonces para un aprendiz de los negocios.
Sus cómplices eran los agentes Gomer Ortiz y García Palacios, quienes delinquían a costillas de sus mismos compañeros, hasta que les dio “la caída” la licenciada Tum Rafael, del Tribunal Disciplinario del Distrito de Xela. De esta información obran las denuncias en los libros de la Inspectoría General.
Ya como todo un buen hombre de negocios Carlos Tohom Escobar llegó como Jefe de la Comisaría 74 de Chimaltenango.
Su primera orden fue, que todas las patrullas policiales que se encontraban fuera de circulación se les abasteciera de combustible que jamás entró a las patrullas porque se encontraban fuera de circulación.
Este caso fue investigado por la Inspectoría General, y existe evidencia en los libros de registro. Otro de sus negocios consistían en extorsionar establecimientos de dudosa reputación a los que cobraba una cuota semanal de Q3 mil y Q6 mil si encontraban menores de edad.
En Chimaltenango empieza a enrolarse en el polvo blanco que no es harina, pactando cuotas al narcomenudeo. Fue denunciado por un Inspector que se encontraba de servicio en Diprona, presuntamente por negociar madera ilegal, investigación que obra en los archivos de la Inspectoría General.
Presuntamente Tohom siempre ha trabajado para las mafias y los tumbadores de Quetzaltenango y Coatepeque. También figura entre sus negociadores de droga en el departamento de San Marcos, el ex subdirector general de Operaciones en la PNC, Elvin Joadzir Juárez Duque, quien estaba delegado en las Fuerzas de Tareas de Tecún Umán, San Marcos, como asesor y quien se encargaba de avisarles a los meros señorones sobre posibles redadas.
Tohom Escobar para el éxito de sus negocios, ha formado una organización poderosa, que incluye al comisario Juan Francisco Calimayor Chaclán, jefe de la División de Información Policial, DIP, el comisario Eduardo Juc Mox, jefe interino de la Subdirección de Tecnología, la licenciada Eunice Navas, el ahora oficial Gomer Ortiz, el subinspector García Palacios, la agente Carolina Roldán y su esposo inspector Nery Estuardo Matías Pérez.
Estos últimos cuatro se encuentran en la Dirección General Adjunta, a excepción del esposo de Carolina quien está de jefe de Operaciones de la DEIC. La licenciada Eunice junto a su hermano Sergio Celis Navas, empresarios del polvo blanco que no es harina de La Antigua Guatemala, se encargan de negociar los tumbes y el traslado a diferentes partes del país en carros particulares de la institución policial y patrullas de la FEP.
Dentro de la organización se encuentran el oficial Ortiz y el subinspector Palacios, que son los encargados de visitar a los jefes policiales para asignarles la cuota que le deben pasar a Tohom Escobar y condicionarles la forma cómo deben operar.
La modalidad que están utilizando es amenazar a los Jefes Policiales, que si no se alinean estarían integrando la lista de baja que está realizando el Director General. La mayoría de estos jefes se resisten a integrar el grupo criminal mientras que otros jefes policiales están aceptando por temor a ser destituidos.
Entre los tumbadores se encuentra la agente Carolina y su esposo el inspector Matías, quienes son los que se encargan de esconder el “cash” y el polvo que es incautado en las operaciones policiales.
El reclutador de las cuotas que los jefes policiales le dan a Tohom y lo incautado por la agente Carolina y su esposo Matías, más los negocios que realizan con la familia Navas, es reportado al comisario Juc Mox, quien se encarga de trasladarlo a las caletas que solo él y el Director General saben donde esconden.
Además, en las filas de la Policía se le señala al director general Tohom, de ser el responsable del “fallecimiento” del Oficial Primero Albizuris por envenenamiento. Este oficial laboraba en la Inspectoría General y estaba en contra de los negocios de Tohom y tenía información que involucraba a Tohom en sus andanzas.
La documentación que obraba en los archivos de la Inspectoría General, Tohom los mandó a desaparecer con una agente que le llamaban la Santa, pero quedan los registros en los libros donde figuran las investigaciones iniciadas en contra de Tohom Escobar.
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