La distancia entre los anuncios y la materialización del golpe de Estado contra Maduro es todavía grande. La estrategia golpista necesita combinar dos variables: presión internacional hacia el reconocimiento del gobierno paralelo –con acciones económicas incluidas- y conformación de un río revuelto con muertos dentro de Venezuela.
Las cartas están echadas y el juego en movimiento. La semana que llega a su fin ha sido la consumación del quiebre de la etapa anterior, el ingreso en un terreno de desenlaces inciertos, peligrosos, con elementos predecibles. Nos encontramos en el momento de maduración de las diferentes variables, a la espera de nuevos elementos catalizadores/justificativos.
El encadenamiento de sucesos parece haber sido armado paso a paso: el intento de robo de armas de un grupo de integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana el lunes de madrugada, seguido de focos de violencia en el oeste caraqueño, el video de Mike Pence con la bendición a Juan Guaidó y la convocatoria a la movilización del 23 de enero, la juramentación de Guaidó, el twitt de Donald Trump reconociéndolo a los pocos minutos, la continuidad de los focos de violencia, la reunión de la Organización de Estado Americanos (OEA) para intentar reconocer el gobierno paralelo, los 20 millones de dólares anunciados por Pence para la “ayuda humanitaria”, más violencia programada.
No todo salió como previsto. Por el momento las dos principales variables en acción son la internacional y la violenta. En el primer caso no lograron el intento de que la OEA reconozca a Guaidó como presidente, con 16 votos contra 34. No es un fracaso nuevo: el Grupo de Lima, ahora debilitado por la postura anti-injerencista del gobierno de México, nació producto de esa incapacidad. En segundo lugar, un actor de peso como la Unión Europea no reconoció formalmente a Guaidó, y acordó -un acuerdo inestable y golpeado por gobiernos como el de Francia- la necesidad de que se realicen nuevas elecciones en Venezuela.
El centro de gravitación nació y recae en los Estados Unidos, que convocaron a una reunión del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas para este sábado 26 ¿Qué debate y acuerdo buscan allí dentro del esquema del gobierno paralelo? La estrategia recuerda la forma en que fue llevada adelante la operación para derrocar al gobierno de Libia en el año 2011.
En el segundo caso, la violencia, se ha asistido a la puesta en marcha de focos programados, que se han movido por diferentes zonas populares caraqueñas: oeste, sur y el final del este, es decir Petare, uno de los barrios más poblados. Allí, y en particular en el último caso, han sido activados grupos armados financiados para generar acciones violentas de cara a crear un cuadro incendiario con alta repercusión mediática. Los focos tienen horario de activación nocturna y diseño de manejo para las redes sociales.
“Al menos el 38 por ciento de las manifestaciones eran violentas y en el 28,5 por ciento de ellas hubo un enfrentamiento a los cuerpos de seguridad, con armas de fuego y objetos contundentes”, señala el colectivo de derechos humanos Surgentes. Ha sido asesinado un Sargento Segundo de la Guardia Nacional Bolivariana y dos integrantes de ese cuerpo han sido golpeados en un intento de linchamiento a la luz del día en la zona de mayor fuerza de la oposición.
En ese cuadro se ha dado un número creciente de muertes, de jóvenes de sectores populares activados por la derecha. Se trata de una situación conocida: el 2017 presentó la misma metodología, con puntos críticos de jóvenes chavistas incendiados en plena calle hasta asaltos a cuarteles militares. Es parte de la escalada, que se despliega en Caracas y varios puntos del país, crea escenarios de fuegos y muertes donde la derecha no sacrifica a su base social, y se combinan con las jornadas de movilización como la del 23.
La estrategia golpista necesita combinar variables: presión internacional hacia el reconocimiento del gobierno paralelo, conformación de un río revuelto con muertos en el cuadro nacional. Ese es el momento actual.
¿Qué sigue? Uno de los pasos previstos es que se activen acciones del gobierno paralelo, que tiene su fuerza en lo internacional, pero no tiene ni poder ni incidencia en el plano nacional. Esto podría traducirse en acciones económicas, como el intento de congelar activos del Estado, o apoderarse de Citgo la filial de Pdvsa que se encuentra en los Estados Unidos. Esos ataques agudizarían el cuadro de dificultad económica con el objetivo de llevar a la economía al colapso programado desde que comenzó la estrategia de sabotaje y bloqueo.
Junto a eso se espera que intenten poner en marcha la operación para traer la “ayuda humanitaria” prometida por Mike Pence en la reunión de la OEA. ¿Se tratará de un caballo de Troya?
Este conjunto de pasos diseñados y movidos desde el frente internacional no traen la respuesta a cómo piensan sacar a Nicolás Maduro, democráticamente electo, del gobierno. Al ser interrogado Juan Guaidó al respecto, respondió que la intervención militar es un “elemento de fuerza que está sobre la mesa”, y respecto a un Golpe que podría dar la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) afirmó que “siempre es un elemento a considerar”.
La hoja de ruta planteada por Guaidó, pieza de un plan armado desde fuera, no puede concretarse sin una alta envergadura de violencia. ¿Cuáles serán los caminos de esa violencia? Es lo que está por verse. Se sabe de los antecedentes del 2014 y 2017, de lo que ya está en marcha, de lo que necesitan para lograr su objetivo. Guaidó, desbordado por su papel y su ánimo de triunfo, extendió a Nicolás Maduro la amnistía que ha dicho que dará a civiles y militares.
La distancia entre los anuncios y la materialización del Golpe de Estado, es decir el derrocamiento de Maduro, es todavía grande. La dirección de la Fanb se pronunció, afirmó que “no aceptará jamás a un presidente impuesto a la sombra de oscuros intereses y autoproclamado al margen de la ley”. Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, también afirmó que se va a “evitar un enfrentamiento entre venezolanos, no es la guerra civil la que solucionará los problemas de Venezuela, es el diálogo”. Esa última frase debe tomarse con toda la seriedad: una de las estrategias de violencia planteadas por el plan del Golpe reside en desencadenar enfrentamientos entre civiles.
La derecha repite que no dialogará ni negociará. En cuánto a Nicolás Maduro afirmó su disposición a hacerlo, siguiendo las declaraciones de los gobiernos de México y Uruguay. ¿Si no hay diálogo entonces qué? Venezuela está frente a una decisión que no parece tener retorno: la de acelerar todas las formas de asalto para sacar por la fuerza al gobierno electo de Venezuela e instaurar una revancha masiva. La conducción reside en los Estados Unidos, en nombre, nuevamente, de la libertad.
LA CONSTRUCCIÓN DE GUAIDÓ
Para efectos de la hoja de ruta de desestabilización de Venezuela mediante las presiones externas y la proclamación de una figura paragubernamental que someta a un nuevo ciclo de inestabilidad de la institucionalidad venezolana, la presentación de la figura de Juan Guaidó y sus convocatorias a nuevas movilizaciones contra el chavismo tienen elementos indiscutidos de fabricación que son necesarios de analizar.
Desde una visión de conjunto, los elementos distinguibles de la narrativa sobre Guaidó pueden resumirse de la siguiente manera:
Es una figura joven, cooptada desde el partido Voluntad Popular (VP), para dirigir el parlamento venezolano. Los partidos que integran “el cuarteto” que dirige la Mesa de Unidad Democrática (MUD) decidieron hacer rotativa la presidencia de la Asamblea Nacional (AN) cada año entre sus representantes. Por esto, en 2019, año en que la presidencia de la AN queda bajo el timón de VP, Guaidó asume en la línea de sucesión del partido luego de Leopoldo López y Freddy Guevara, pasando por alto a Juan Andrés Mejía. Decisión que tiene que ver con proyectar un perfil “popular” de Guaidó en vez de uno de clase media alta sintetizado en Mejía.
Guaidó es presentado como un dirigente fresco, con orígenes en la clase media popular, oriundo del estado Vargas, ingeniero egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Se contrasta su figura con la del presidente Maduro, quien proviene de la clase trabajadora como conductor de autobuses.
Sobre Guaidó señalan su background de dirigente estudiantil y perfil de “lucha de calle contra la dictadura del chavismo”. Su imagen, e incluso color de piel, que se sale un poco de la siempre caucásica apariencia de los líderes de VP, ha servido para que alrededor de su figura se construya una presentación que parezca “popular”.
Sobre este dirigente se han hecho también omisiones a su participación directa en actos de violencia destemplada en los años 2007, 2014 y 2017, así como sus apreciaciones en el canal Globovisión en las que declaró que el asesinato con guayas contra motorizados en los años 2014 y 2017 eran una farsa y un montaje del gobierno.
Desde diversos medios digitales se ha construido una narrativa sobre Guaidó, al punto de que su perfil en Wikipedia ha sido disputado y modificado por diversos wikipedistas y no sólo por su autobombramiento como “Presidente interino de Venezuela”, pues además se ha intentado colocar su nombre en la lucha pacífica e institucional, alejándolo de la violencia paramilitarizada y brutal que el ala dura antichavista protagonizó en Venezuela en estos años y en la que Guaidó participó.
Se omite su rol como operador del caos y la violencia en el terreno, pues a expensas de ella se ha decantado y producido una pérdida parcial del apoyo de opositores a movilizaciones y actos de calle contra el chavismo. Pero con el especial próposito de ubicarlo como una figura racional de centro que pudiera unir el extremismo opositor, reflejado en las guarimbas, con los militares que respondan a su llamado de reconocerlo como “presidente interino”.
Tanto Guaidó, como su mujer, refritan el modelo Leopoldo López-Lilian Tintori para convocar al vacío a los uniformados que se presten para iniciar un conflicto civil del lado de quienes, en 2017, atacaron con especial saña a los guardias nacionales bolivarianos y policías que contuvieron sus protestas violentas.
https://zonafrank.wordpress.com/2019/01/27/cuales-podrian-ser-los-proximos-pasos-del-golpe-en-venezuela/