Alberto Santamarina, juez federal de Lomas de Zamora, se sumó a la ola paranoica de ver células de Hezbollah por todas partes. Por caso, el juez le abrió una causa a Hassan Adnan Hamze, argentino con familiares en El Líbano, luego de que pidiera por teléfono un kilo de helado a la dirección donde fueron detenidos los hermanos Axel y Kevin Abraham Salomon, acusados de ser parte de Hezbollah y donde incautaron una serie de armas en desuso pero que la justicia considera potenciales instrumentos del terrorismo.
La cuestión fue que el teléfono de ese domicilio quedó intervenido y cuando Hamze pidió un kilo de helado distribuido en cuatro potes de un cuarto de kilo, no era consciente de que estaba a punto de ser protagonista de un proceso penal en su contra por presunta pertenencia a esta organización que los Estados Unidos considera como terrorista.
Lo que despertó la sospecha de los investigadores fue que durante la llamada telefónica Hamze nombró a la hija de dos años de Axel Abraham Salomon.
La referencia a la niña fue lo que cerró el lazo sobre Hamze y su domicilio ya fue allanado aunque trascendió que el resultado fue negativo. Todavía resta el análisis de sus computadoras y teléfonos celulares.
Para colmo, Hamze regresó hace unos dos meses de El Líbano, donde tiene familia, y lo tendrá que explicar durante la declaración indagatoria que le espera.
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