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Ignorando completamente que una parte importante de la población ucraniana entendió los hechos sucedidos el 2 de mayo en Odessa como un punto de inflexión, personas como la ex vicegobernadora de Odessa siguen manteniendo el incendio provocado en la Casa de los Sindicatos como un acto justificado y que debió repetirse.

Así lo recogía esta semana Politnavigator:

Durante la primavera rusa en Donetsk y Lugansk debió quemarse vivos a los oponentes de Maidan de la misma forma que se hizo en la Casa de los Sindicatos de Odessa. Así lo expresó en un festival de blogueros en Truskavets la que fuera vicegobernadora de la región de Odessa, Zoya Kazanzhi según cita Politnavigator.

“Creo que Odessa y Crimea eran puntos estratégicos en los que se reflejaban muy activamente los intereses del FSB, porque en Crimea y en Odessa se celebraban festivales de la prensa de habla rusa y llevaban allí preciosos libros publicados en Rusia”, recordó.

Según Kazanzhi, en 2014 los habitantes de Odessa se opusieron tanto al golpe deEstado que se había producido en Kiev, que llegaron a destrozar las ventanas de coches por llevar banderas ucranianas.

“Uno de mis amigos me contó que tenía un Lexus y antes del 2 de mayo de 2014 era muy peligroso conducir por la ciudad porque destruían ventanas y esas cosas. Como norma, si llevabas una bandera ucraniana en el salpicadero, la quitabas al salir porque si no, al volver te encontrabas con la ventana rota”, afirmó Kazanzhi.

Así que, según la que fuera vicegobernadora, quemar vivas a personas en la Casa de los Sindicatos de Odessa fue un acto perfectamente justificado que ayudó a Kiev a mantener el control sobre Odessa y debió llevarse a cabo también en Donbass.

“Durante un año no me atreví a decirlo, pero el 2 de mayo de 2014 se salvó la ciudad (el día que se incendió la Casa de los Sindicatos-Ed). Porque cuando se dice que allí murieron personas inocentes, esas personas no estaban allí por accidente. Y si esas personas hubieran ganado, entonces no podríamos estar aquí ahora, puede que físicamente.

He dicho muchas veces que, si eso hubiera ocurrido en Donetsk o en Lugansk, donde cien personas salvan a millones, entonces no tendríamos esto en esas zonas”, sentenció Kazanzhi.

Hay que recordar que, pese a los cuatro años de propaganda ucraniana y el intento de reescribir lo que ocurrió durante la primavera de 2014 en Odessa, los manifestantes que se concentraban en el campo de Kulikovo, frente a la Casa de los Sindicatos, lo hacían en busca de un objetivo concreto y no especialmente ambicioso. Aunque una parte de ese movimiento sí defendía el nacionalismo ruso, el grueso de aquella protesta que duró semanas y que se reflejó en las manifestaciones del 1 de mayo, simplemente recogían firmas para pedir un referéndum para la federalización del país.

Tras un golpe de Estado y un nuevo Gobierno con claros tintes nacionalistas, zonas de habla rusa y de menor identificación con el nacionalismo ucraniano (como es el caso de Odessa, Donetsk o Lugansk, además de Crimea) salieron a las calles para exigir un modelo de país que les protegiera, por medio de una descentralización política y con gobernadores elegidos en las urnas, del nacionalismo que se disponía a imponer Kiev siguiendo el ejemplo de la Revolución Naranja.

En esa situación, las nuevas autoridades de Kiev, encabezadas por Turchinov, Yatseniuk o Parubiy (entonces presidente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional) optaron por reprimir unas protestas políticas legítimas con la violencia y con el uso de la extrema derecha en Odessa y del ejército en Donetsk y Lugansk. 

Cuatro años y miles de muertos después, hay personas que siguen justificando el uso del asesinato como arma política.

https://slavyangrad.es/2018/10/12/15459/

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