El profesor J. Michael Francis (Calgary, 1967) es un erudito de la historia de la Florida colonial, del periodo en el que la corona española gobernó la península entre 1513 (descubrimiento por Juan Ponce de León) y 1821 (entrega a Estados Unidos).
Durante más de una hora desgrana por teléfono detalles que forman parte de la investigación que ha dirigido y acaba de presentar, La Florida: el archivo digital interactivo de las Américas; un portal en desarrollo que dibuja un retrato de la Florida de esa etapa a través de las biografías de sus gentes.
Ya han archivado nombres y detalles, accesibles en la web, de 3.711 colonos de Florida y avanza que faltan miles más, "si Dios quiere".
Este historiador canadiense de la Universidad del Sur Florida Saint Petersburg (USFSP), que aprendió español en una estancia en Perú en los años ochenta y se doctoró en Cambridge con un estudio sobre Nueva Granada (hoy Colombia), afirma que "se conoce muy poco de la presencia española en Florida y, sin embargo, existe una cantidad de documentación impresionante.
Pese a que se trataba de una frontera del imperio español, no de un centro, era un lugar imprescindible en la política de defensa del Caribe de la corona".
Asegura que los materiales son tantos que otros podrían proseguir su labor durante décadas.
La investigación para poner en marcha el archivo digital ha durado dos años con Francis como investigador principal, aportando el bagaje de la década que ya se había pasado él trabajando estos materiales, una decena de historiadores fijos o colaboradores –incluido, desde Asturias, Javier Ángel Cancio-Donlebún Ballvé, descendiente directo del sexto gobernador de Florida, Gonzalo Méndez de Cancio– y la firma tecnológica española Edriel Intelligence.
Los principales archivos de los que están sacando información son el de la parroquia de San Agustín (primera ciudad colonial de Estados Unidos, fundada en Florida en 1565, hoy un atractivo histórico-turístico), el General de Indias en Sevilla, el de Simancas (Valladolid) y el Histórico Nacional en Madrid, además de otros particulares como el Jesuíta de Roma –"gran fuente de 1566 a 1572"–.
El mayor hallazgo que han hecho es que el primer matrimonio cristiano del que hay registro en los Estados Unidos continentales fue entre los españoles Miguel Hernández, herrero y soldado de Segovia, y Luisa Ábrego, una negra libre que había trabajado de sirvienta en Jerez de la Frontera.
El dato apareció en una pesquisa por supuesta bigamia instruida por el Santo Oficio de la Inquisición en México en 1575. Ábrego y Hernández llegaron juntos a Florida en la expedición fundacional de Pedro Menéndez de Avilés (1565) y se casaron ese mismo año.
ampliar fotoUn documento del archivo de Cádiz del siglo XVI
Entre los 3.711 colonos que ya están en la base de datos se encuentra una vasta variedad de oficios.
Curioseando por categorías, uno puede por ejemplo dar con siete barberos españoles, un calafate (el que tapaba las juntas de las maderas de las naves con estopa y brea para que no entrase agua), seis escribanos, un zapatero, cuatro herreros o diez carpinteros.
En la expedición del capitán Menéndez de Avilés iba hasta un maestro cervecero.
"Eso es lo que queremos", incide el historiador, "recuperar historias de personas desconocidas que son las que realmente colonizaron Florida y tuvieron allí sus familias.
En los libros llamamos a todos los que vinieron a esta tierra conquistadores, pero esa palabra no capta la complejidad y las diferencias que había entre toda esa población.
Nosotros realmente planteamos esta pregunta: ¿Quiénes fueron?".
Otro detalle sorprendente que ha arrojado la revisión documental es que la primera celebración del día de San Patricio en Estados Unidos fue en San Agustín en el año 1600; 137 años antes que en Boston. Hubo una procesión y se dispararon cañones.
La razón de esta peculiaridad: que un gobernador de Florida se llevó consigo desde Puerto Rico, como cura, a un amigo irlandés.
El doctor Francis quisiera escribir un libro titulado Los diez floridianos del siglo XVI que me hubiera llevado al pub.
Y el número uno en su lista no es un español sino un portugués llamado Pablos Juan que en 1576 denunció a un gobernador colonial "que le hizo darle un beso a un perro en el culo", fue expulsado de Florida y reaparece en documentos de 12 años más tarde en Madrid acusando a las autoridades de Florida de haber robado el dinero de la corona en ultramar y atribuido el saqueo, para encubrirse, al temible corsario Francis Drake.