“¡Patriarcado y capital alianza criminal!”... Grito a todo pulmón, cuerpo y alma: nos hemos dejado la garganta pegada a las paredes de la ciudad, despertándola, por un lapso de tiempo, de su sopor consumista...
Gran asistencia en la mañana del 8 marzo en los piquetes y los diferentes puntos de concentración. En la tarde, nueva concentración: enorme.
En los piquetes de la mañana, las compañeras de sindicatos todavía combativos, y algunas de grandes sindicatos, lograron cerrar varias tiendas del templo del consumo e hicieron gran labor en los centros de trabajo.
Las compañeras estudiantes hicieron gran labor en las aulas, llamando a la huelga (hubo algunos altercados en la Universidad de Madrid con estudiantes machistas muy agresivos, pero ellas igualmente hicieron valientemente el trabajo de concienciación).
Éramos muchas mujeres enardecidas, la mayoría de consignas con contenido de clase y feminista... ¡y con digna rabia! ¡Vamos fuertes a tumbar este sistema que nos explota y saquea la naturaleza! La mayoría de consignas eran muy coherentes, hubo pocas consignas algo insulsas (las que inyecta el edulcorado y confusivo “feminismo” burgués.
Algunas de estas consignas del "feminismo" burgués muy confundidas sobre la prostitución, todavía con el rancio y pro-proxeneta discurso de que la “prostitución empodera”, mientras muchas feministas coherentes gritábamos sobre la explotación aberrante que es la prostitución).
Las compañeras feministas rojas estuvimos con nuestras banderas rojas y nuestras pancartas feministas. Y ninguna segregacionista, de esas que por redes había amenazado con eso de “¡como vea una bandera comunista o republicana os la coméis!”, nos agredió en nuestra ciudad...
Pero reportan compañeras de agresiones en Madrid y del lamentable accionar de las falsas feministas, las segregacionistas, de acudir a la policía (!) con la intención nefasta de censurar las banderas de las rojas, en una fecha luchada por las rojas, en conmemoración de una matanza de obreras.
Estas cosas son muy graves, promovidas por el mismo sistema con su voluntad de atomizar la lucha y con su anticomunismo supino.
Tenemos que profundizar y combatir el aberrante segregacionismo funcional del sistema: crear conciencia y que se enteren todas las mujeres de qué es exactamente el 8 de marzo y quienes lucharon en esa fecha (las rojas), que se enteren de la lucha histórica y fundamental de las rojas contra el machismo y contra el sistema que lo promociona.
La clase explotadora, ante la evidencia del enorme descontento social de las mujeres, intenta secuestrar la voz feminista, edulcorarla, encaminarla hacia el segregacionismo que divide y no suma y vaciarla de su medular contenido de clase, lo hace tejiendo cortinas de humo, con abanicos, mediatización sesgada para resaltar lo superficial y mediante la censura.
Permitir esto sería herir la lucha feminista.
No obstante la gravedad de lo anterior, y de que hay que tratarlo, las movilizaciones fueron un éxito desde el punto de vista de la cantidad de descontentas. Ahora el trabajo de cada día del año es crear conciencia para que ese legítimo descontento sea dirigido contra el sistema que hace constante promoción del machismo, el capitalismo.
No podremos acabar con el machismo en el capitalismo. Un feminismo coherente lucha contra este sistema de explotación y barbarie.
Dentro del capitalismo solo tendremos “feminismo de parche" contra la omnipresente e incesante promoción del machismo que difunde el aparato cultural de la clase explotadora.
El capitalismo seguirá promocionando el machismo, porque le es funcional.
El capitalismo se sostiene gracias a la violencia y a la alienación, incesantemente difunde paradigmas que le son funcionales, como el machismo o el racismo.
Asimismo, en este sistema seguirá creciendo el empobrecimiento de las mayorías, por causa del saqueo capitalista que perpetra contra la clase explotadora y por lo tanto crecerá la vulnerabilidad social y las peores formas de explotación, como la prostitución o los llamados “vientres de alquiler".
Lo que constatamos en las marchas y piquetes a las que asistimos el 8 de marzo 2018, es que había mucha receptividad entre compañeras, temblaban las calles de nuestra rabia certera contra el patriarcado y el capital.
Un temblor hermoso, el que algún día tumbará este statu quo de oprobio para que podamos construir un mundo libre de explotación, libre de guerras imperialistas, libre de machismo, libre de racismo...
Liberado de la clase explotadora y su barbarie. Salir del capitalismo es un imperativo vital para tumbar el patriarcado, para salir de toda explotación y también para salvar al planeta del saqueo capitalista.
Blog de la autora: https://cecilia-zamudio.blogspot.com.es
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